VIERNES 17 DE MARZO DE 2000

* Marcha en París; piden mayor presupuesto educativo


Anuncia Jospin la distribución del excedente fiscal; bajarán impuestos

Afp y Dpa, París, 16 de marzo * Teniendo como telón de fondo a unos 200 mil franceses que salieron hoy a las calles de esta capital y de la ciudad de Marsella para manifestar su descontento con el presupuesto educativo y pedir una mejora en sus condiciones laborales, el primer ministro, Lionel Jospin, anunció medidas financieras que pretenden acabar con las críticas de postergar la distribución del excedente fiscal que se le han hecho a su gobierno.

Los impuestos en este año disminuirán en 40 mil millones de francos para las dos franjas más bajas de los contribuyentes, y habrá una disminución general del impuesto al valor agregado, que descenderá de 20.6 a 19.6 a partir del próximo mes.

Sobre las acusaciones de inmovilismo hechas contra su gobierno, subrayó que en dos años el desempleo ha disminuido 2 por ciento, para quedar en poco más de 10 por ciento, y aseguró que aspira a hacer caer ese índice a un solo dígito.

Refiriéndose a las manifestaciones de este jueves, se declaró dispuesto a escucharlos y afirmó que prefiere la impaciencia a la resignación en que, sostuvo, se encontraban los franceses durante el gobierno de derecha, que la izquierda remplazó en 1997.

Mientras miles de estudiantes, profesores y padres de familia exigieron un aumento en el presupuesto educativo, miles de funcionarios de la hacienda pública se manifestaron en la capital francesa a favor de una reforma que asegure la continuidad de contratación y permita una reducción del número de horas de trabajo.

El primer ministro socialista, cuya hasta hace poco elevada popularidad ha comenzado a mermar en los sondeos de opinión, se refirió por otra parte a su reciente viaje a Israel, donde acusó de "terrorista" al Hezbollah libanés en lucha conta los israelíes. Esta toma de posición provocó un protesta general de los países árabes y un conflicto con el presidente francés, Jacques Chirac.

Interrogado al respecto, el primer ministro se abstuvo de renegar de la palabra terrorista que había empleado, y también evitó responder quién tenía prioridad en Francia en materia de la política exterior, si el presidente o el primer ministro.