Renato Ravelo, enviado, El Tajín, Ver., 17 de marzo * La toma de El Tajín inició oficialmente. Mientras en las afueras se leen las pancartas que advierten: "hoy pagas por un evento, mañana por saber tu historia", para el gobernador veracruzano, Miguel Alemán Velasco, "no hay ni habrá daño al patrimonio arqueológico".
Los diversos discursos del festival, que abarca música, artes escénicas y manifestaciones del espíritu, comenzaron a ocupar la zona en una jornada que fue de la histeria organizativa a la aparente tranquilidad de una inauguración, pospuesta hasta que ya era indiferente qué acto marcaba, ahora sí, el inicio de Tajín 2000, Primavera del Milenio.
A los representantes de los medios de comunicación se les negaba el acceso para visitar la zona. Se argumentaba, así nomás: "no está permitido"; si se compraba el boleto y se portaba el gafete, también; solamente si se aparentaba ser turista ųde los pocos que ingresaronų se podía constatar que el espacio entre la Pirámide de los Nichos, el Templo de las Columnas, que normalmente era de un verde que dimensionaba la grandeza de las construcciones, está convertido en un continuo de madera para el escenario, para las sillas en primera fila de los VIP, y más arriba las de los preferentes.
ƑSe atenta o se modifica?
ƑAtentado contra el patrimonio? El Instituto Nacional de Antropología e Historia dice que no. Juez y parte del caso. Técnicamente se constatan el metro y tantos que recomiendan las autoridades entre construcción piramidal y tarima, pero la media docena de vehículos, los cinco generadores distribuidos, la gran carpa, donde una inmensa tortuga aguarda su animación en unos días, y las tres decenas de letrinas que se distribuyen en los alrededores (y que seguramente serán necesarias), gritan que si no se atenta contra el patrimonio, es claro que se está cambiando su uso.
Afuera de la zona, a la primera posposición de las 10 de la mañana para que se inicie el acto, le ha seguido otra oficial, que en el programa de prensa promete: "12:00 hrs. Inauguración del evento Tajín 2000, Primavera del Milenio, en la Plaza de la Música, Cumbre Tajín. Encendido simbólico del Fuego Nuevo. Palabras de bienvenida". Nada. Los esfuerzos maratónicos de los organizadores para dar registro a los visitantes lo impiden. Más tarde, los organizadores aseguraron que se inscribieron las 2 mil 500 personas esperadas. Extraoficialmente se dice que en el primer día llegó 30 por ciento.
El seguro que se ha contratado para todo lo que pudiera pasar, trasciende, es de más de un millón de pesos. Por momentos se constata que, pese a los esfuerzos de algunos talleristas y del grupo musical Combo Ninguno por echar a andar el acto, podría ser que el INAH llegase a cobrar la fianza de 300 mil pesos que se depositó, en caso de que se cancelara el festival.
A eso de las 14:30 horas, aproximadamente 150 manifestantes, entre investigadores del INAH, trabajadores, estudiantes y población, parecieron una amenaza más. Un grupo que aparenta tan poca fuerza sería capaz, en una de esas, de hacer que cancelen el programa. Francisco Jiménez, poblador activo, denuncia que se les impide el acceso a la zona.
Pero la inercia del gran esfuerzo que evidentemente ha hecho el grupo que encabeza Gastón Melo, asesor en comunicación de Alemán Velasco, aunque invisible, empieza a ocupar los espacios. A la hora de la comida la práctica de todo mundo pidiendo información, de todo mundo dando información que oyó por ahí, toma un descanso: "viene el gober a las cinco", "hay conferencia de prensa con él a las ocho", "no hay inauguración, no puede venir el gober, solamente va a tocar Café Tacuba".
Sumidos ya en la inercia que hace meses se llamaba proyecto, los reporteros ceden a la expectación paciente. La mayoría apostaba a que el gobernador vendría ų"tanto le costó este festival". A eso de las 17:40, Café Tacuba, en un ensayo que parecía palomazo de inauguración, tocó y cantó: "si la lluvia reprochara el momento de caer", y la estrofa parecía profética.
Las prisas del gober
La pequeña multitud, en la que abundaban los muchachos de rojo, que hacen las veces de auxiliares, parece convencer a Gastón Melo que el festival ya había sido inaugurado, y que era mejor así, por lo que ingresó, a eso de las 17:49, mientras los jugadores purépechas de pelota terminaban de bendecir el campo y unos saltimbanquis ingresaban por la puerta.
Algo hace salir al coordinador del festival. Afuera, el grupo que espera al gobernador, reporteros y manifestantes, se agita. Los segundos rayan, y no precisamente el coche, sino el paso de Alemán Velasco. Los organizadores corren detrás de la camioneta que pasa veloz (para la cantidad de gente que ocupaba el camino) junto a la entrada del área de eventos.
A pesar de la nueva negativa a la entrada de reporteros, esta vez son mayoría, pero ya el gobernador revisa (a eso de las 18:10 minutos) los trabajos de la tarima y el escenario. A su bajada repite a la prensa el discurso del lunes, cuando dijo que actos así se hacían en Egipto, Atenas, en todo el mundo. Una pregunta lo irrita: "ƑQué riesgo existe de que con la introducción de bebidas alcohólicas haya problemas?". No la responde y contesta, en cambio, que iguales riesgos tiene, por ejemplo, el ser periodista. Sale de prisa, no inaugura. Son las 18:29 y algo, por lo menos, ya es cierto: la toma de El Tajín ya comenzó.
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En marcha, la toma de El Tajín