SABADO 18 DE MARZO DE 2000

Ť El presidente interino no comentó la versión


Acusa periódico ruso a Vladimir Putin de corrupción

Ť Su comité de campaña organizó un seminario contra la mordida

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 17 de marzo Ť En tiempos electorales, cuando queda prácticamente una semana para la votación en que los ciudadanos rusos habrán de elegir quién será su presidente en los próximos cuatro años, no es fácil distinguir entre una denuncia fundada en hechos y un golpe bajo con el propósito de desprestigiar a los rivales políticos.

En Rusia, los políticos también suelen pedir a gritos que se presenten pruebas. Por ello, no deja de ser extraña la reacción (más bien, lo extraño es que no ha habido reacción alguna) del presidente interino Vladimir Putin ante una denuncia del periódico Novaya Gazeta.

El periódico sostiene que, durante su gestión en la alcaldía de San Petersburgo, Putin otorgó licencias de exportación a empresas fantasmas, en un torpe esquema de trueque de materias primas por comestibles que significó grandes pérdidas para la ciudad del Neva.

El reportaje se basa en una entrevista a Marina Salie, quien fungió como presidenta de la comisión parlamentaria que investigó los supuestos ilícitos cometidos por el gobernante, y se acompaña de fotocopias de varios contratos.

La comisión legislativa estableció que tan sólo en 1991, Putin firmó contratos o concedió licencias de exportación por 93 millones de dólares.

En muchos casos estas licencias se concedieron a empresas cuyo capital social no superaba los 10 mil dólares. No obstante, su privilegiado papel de intermediarias, con una comisión de 25 a 50 por ciento, permitió a dichas compañías lograr ganancias por cerca de 34 millones de dólares.

Por si fuera poco, la comisión parlamentaria determinó que el precio de las materias primas estaba muy por debajo de los precios mundiales, y vendían comestibles a precios mucho mayores de los marcados por el mercado mundial.

Novaya Gazeta cita el ejemplo del escandio, vendido a 72.60 marcos alemanes por kilogramo siempre a intermediarios, cuando el precio internacional mínimo de este raro metal llegaba a 2 mil dólares estadunidenses por kilo, y a cambio, los mismos intermediarios suministraron azúcar a 280 dólares la tonelada, cuando su precio era de no más de 200 dólares.

Aparte de esta peculiar aritmética empresarial, la comisión detectó un quebranto por 11 millones de dólares que, en palabras de Salie, se esfumaron.

Novaya Gazeta aclara que no era competencia de la comisión parlamentaria fincar responsabilidades penales y por eso se limitó a sugerir al entonces alcalde de San Petersburgo, Anatoli Sobchak, fallecido recientemente, destituir a Putin y turnar las conclusiones de su investigación a la procuraduría federal.

Pero en Moscú el Kremlin le dio carpetazo al asunto, concluye el periódico.

Putin no ha considerado necesario desmentir a Novaya Gazeta, simplemente no se da por aludido, y sus razones tendrá. Y no es que el tema no le interese, a juzgar por el seminario que organizó su coordinación general de campaña este viernes para recoger la opinión de reconocidos expertos acerca de cómo combatir la corrupción.

El compromiso de los organizadores es que las recomendaciones de los expertos, encabezados por Serguei Stepashin, ex primer ministro y presidente de la Comisión Anticorrupción de la Duma, Cámara baja del Parlamento, serán incorporadas al programa de gobierno de Putin, en caso de ser elegido presidente.

A pesar de su gravedad, lo cierto es que la denuncia de Novaya Gazeta no tuvo ningún eco en otros medios. Los magnates de la prensa parecen convencidos de que la maquinaria en favor de Putin es tan apabullante que ya nada puede impedir su elección, aun si hiciera falta una segunda vuelta.

Tampoco se le dio importancia a que Novaya Gazeta, que es bisemanario, no haya podido salir a la venta el pasado jueves. La redacción de la revista denunció que el miércoles unos intrusos lograron entrar a su red de computadoras y borraron el contenido completo del número ya a punto de ser enviado a la imprenta.

Mientras, Reuters reportó hoy que con sus armas al hombro militares y policías rusos destacados en Chechenia comenzaron este viernes a emitir su voto para las elecciones presidenciales; los civiles lo harán recién el 26 de marzo.

La televisora NTV mostró imágenes de soldados con ropa de camuflaje haciendo fila junto a una tienda de campaña convertida en centro de votación, en tanto que continúan los bombardeos de la aviación rusa contra posiciones rebeldes chechenas.