DOMINGO 19 DE MARZO DE 2000
* Las actividades artísticas pasan a un plano secundario en el festival
En vez de cultura, masajes y sanaciones en la toma pacífica de la zona de El Tajín
* Una incógnita, los lugares vendidos hasta el momento; las autoridades dicen que son 2 mil 500
Renato Ravelo, enviado, Papantla, Ver., 18 de marzo * Café Tacuba se encargó de encender formalmente el espíritu de la toma multidisciplinaria de El Tajín, con un concierto intenso que juntó, por primera vez, algunos de los muchos hilos sueltos que volaban sobre lo que se denomina Primavera del Milenio.
Toma pacífica, como mandan los tiempos de reconciliación con las naturalezas (tantas como discursos), pero ocupación al fin de cuentas. Son las seis de la mañana y ya algunos se encuentran de pie para iniciar alguna de las sanaciones.
Mientras, el centenar de personal de organización y la treintena de personas del equipo de Comunicación Social comienzan el recuento de los daños, que resultaron mínimos: ni los habitantes de la villa ni la prensa causaron mayores estropicios.
De acuerdo con la oficina de informes, ya se vendieron los 2 mil 500 lugares para pernoctar a las faldas de la morada del dios trueno. El presidente del comité organizador afirma que hay una ocupación de 85 por ciento, mientras demerita las protestas: son ''burbujas de descontento'', dice, que no provienen de la región sino del centro.
Sin embargo, aun para los propios visitantes, resulta difícil creer que son 2 mil 500: "yo veo más organizadores que turistas", le dice un joven a su amigo, mientras le cuenta que ha sido enviado por la Universidad Iberoamericana para hacer un reportaje del acto. La cifra que trascendió, de 30 por ciento, pareciera ganar batalla.
El nicho más visitado (concepto tomado de la pirámide del mismo nombre que caracteriza a la zona arqueológica) es el de la purificación. En la toma pacífica que aquí ocurre, la curiosidad por los temazcales o la certeza de que la consulta médica alternativa es lo más conveniente es lo más procurado.
La versión de la vida de Mishima, que trasmiten, o la danza que el Ballet Contemporáneo de Veracruz ofrece, grácil y plástico, pasan a un segundo o tercer plano. La gente quiere el temazcal, la consulta de iris, la terapia de aroma, la curazoterapia o la sanación de Rosa Dorada.
Por supuesto también el masaje Shatsu, el Sueco, el energético de armonización, la relación de aromas, o de plano el masaje terapéutico tradicional de china o la tronada de empacho (auch).
Lo cierto es que en vista de lo anterior, la mujer de falda larga que administra los ingresos se hace de un poder que no le va con el aura y amablemente ordena, impide y distribuye con indulgencia la entrada, con una sonrisa a punto de perderse.
Mientras en otro lado de los nichos unos jóvenes se avientan al aprendizaje de la pelota purépecha, que se juega con un bastón similar al del hockey, aunque no es un disco sino una dura bola de caucho la que se empuja.
Tan es así de relativa la asistencia que en torno del autobautizado Jaranero Solitario ųquien por la mañana amenizó el desayunoų hay, con trabajos, un grupo de 50 personas. Uno de los más absortos oyentes, Anónimo o José, o como se llame esta semana el vocalista de Café Tacuba, recibe, por supuesto, su rasponcito en forma de décima.
Adentro, en la zona arqueológica, la otra toma, la dolorosa a la vista, continúa. Uno de los encargados del aspecto artístico del festival, que ciertamente trae un esquema inédito al país, argumenta ante esto que no hay daño permanente, que las estructuras no pesan, que la zona antes era habitacional. Cierto, se le contesta, y se le pregunta: Guardadas las proporciones, una bandera nazi encima del Arco del Triunfo, Ƒcrees que cause daño a alguien?