MIERCOLES 22 DE MARZO DE 2000
Ť El posicionamiento mundial, más importante que las pérdidas económicas
Primavera del Milenio culminó con el vacío de un tercio de su aforo
Ť Se privilegió la imagen a futuro de un turismo alternativo para quien pueda pagarlo
Ť En el acto televisivo del festival, en la zona arqueológica de El Tajín, se coló el primer desnudo
Renato Ravelo, enviado, Papantla, Ver., 21 de marzo Ť El Festival Tajín Primavera del Milenio finalmente mostró su rostro más auténtico: mientras en la zona arqueológica el escenario acusaba a la vista un vacío de un tercio de su aforo, la televisión comercial se preparaba para transmitir su primer desnudo, y apareció la función histórica de este festival como un gran ensayo en el que no importaban las pérdidas económicas sino el posicionamiento mundial. Festival para la imagen a futuro de un turismo alternativo para quien pueda pagarlo.
A partir de hoy se empiezan a procesar los trabajos de los cuatro equipos de video que durante cinco días estuvieron captando aspectos del acto. Esto con el fin de garantizar productos promocionales entre las clases sociales nacionales de recursos y el turismo estadunidense, así como el europeo, interesado en el turismo de aventura que combine con esa visión milenarista.
A un lado quedaron los 20 minutos de angustia que tanto el gobernador Miguel Alemán Velasco, como Gastón Melo, quien encabezaba el comité organizador, vivieron al filo de las 8 de la noche cuando un fuerte aguacero se dejó caer en la zona, mientras la cita con la intensidad musical de Totó La Momposina se consumaba felizmente, y la promesa de cancelar el festival si llovía parecía a punto de cumplirse.
Los amagos del dios Tajín
A la tradicional desorganización y contrainformación entre las tres instancias involucradas: gobierno estatal, OCESA y Festival Tajín 2000, se sumó el hecho de que ante la expectativa que de seguir la lluvia plantearía el asunto más urgente de dónde pernoctarían los 2 mil 500 campistas que, ya la noche anterior, habían padecido la filtración de agua con una lluvia menos intensa.
Lo realmente preocupante, en términos económicos para los organizadores, era que la transmisión por canal 5 del festival estaba en peligro. Dos horas programadas estaban a punto de ser canceladas. Por supuesto que las cámaras no mostrarían cómo el escenario hacía presión sobre los vestigios, ni la ubicación del palco de honor directamente sobre uno de los edificios prehispánicos. Y mucho menos el aforo a dos terceras parte de su capacidad. Pero sí un espectáculo que a fuerza de la narración de los conductores lograra algo de la coherencia que no tenía más que en el aspecto musical.
Cuando la lluvia cesó y el cielo comenzó a mostrar por primera vez las estrellas, pareció cumplirse una última broma del dios Tajín. Mientras los asistentes ingresaban a la zona para ser ''testereados" con yerbas de curación, las cámaras se ubicaban de manera estratégica y la pantalla gigante era conectada al transmisor de Televisa.
Triple experimento
La pantalla sería el medio con el cual la empresa televisora por fin se estrenaría, ante la gran familia mexicana, en la transmisión de la belleza del cuerpo humano. El video que acompañó la coreografía Danzón, muestra cómo en el subconsciente colectivo la desnudez grisácea de dos cuerpos que bailan como si hicieran el amor.
Lo que sucedió fue similar al ensayo, aunque con la participación de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, dirigida por Francisco Savín, la marimba de Zeferino Nandayapa y el total de los efectos visuales mejoró en intensidad, aunque siguió siendo igualmente inconexo y confuso como propuesta total.
Para quienes pagaron un mínimo de mil pesos por ver en escena un centenar de bailarines, una iluminación colorida de las pirámides (que las daña más que los flashes prohibidos a los fotógrafos), un buen performance de Reyes, una excepcional intervención de Horacio Franco y en general una buena propuesta musical, no fue suficiente lo que en escena se planteó para lo que se pagó.
Pero al filo de la llegada de la primavera a medianoche, era difícil entender que en su propia lógica Tajín 2000 fue en parte un triple experimento: exitoso para quienes acudieron a buscar el turismo alternativo, acto televisivo por el que se coló su primer desnudo, pero también una discutible forma de usar las zonas arqueológicas.