MIERCOLES 22 DE MARZO DE 2000

Ť Alusiones a Izábal, durante el discurso por el natalicio de Benito Juárez


Descalifica Madrazo a traidores y desleales que se niegan a sí mismos

Ť Responderemos con más unidad, más esfuerzo y más resultados, afirma el procurador

Rosa Elvira Vargas Ť Envuelto todavía en el escándalo público por el suicidio de quien fuera su oficial mayor, Juan Manuel Izábal, y cuando aún no se extinguen los rumores que hablan de su probable dimisión a la Procuraduría General de la República (PGR), Jorge Madrazo Cuéllar se refirió a su colaborador muerto como alguien que traicionó y empezó por negarse a sí mismo y a quienes lo rodeaban.

Nunca lo llamó por su nombre, pero lo juzgó como un desleal que, acosado por sus ''culpas agravadas'', tomó en sus manos ''la ejecución de su condena''.

Pero al parecer asimilado ya el amargo trago que le produjera la muerte por mano propia -el pasado 9 de marzo- de quien lo acompañara en varios tramos de su función pública, el fiscal de la nación indicó que ''estos eventos, ciertamente dolorosos, no nos intimidan ni desalientan en el cumplimiento de nuestras responsabilidades. Ante ello, responderemos con más unidad, más esfuerzo y más resultados''.

Designado orador para la ceremonia oficial en el aniversario del natalicio de Benito Juárez -lo que para algunos asistentes como el titular de Salud, José Antonio González Fernández, representó ''sin lugar a dudas'' un espaldarazo a su labor frente a la PGR-, Madrazo Cuéllar revisó la agenda nacional, vinculada sobre todo con la aplicación y vigencia del estado de derecho, y estableció no pocos paralelos entre la obra de la actual administración y el legado juarista.

Inaceptable acatar unas leyes sí y otras no...

Así, entre otros conceptos, el procurador aseguró que los mexicanos de hoy ''no seguimos atados al integracionismo forzado'' como única fórmula para abrir a la población indígena mejores oportunidades de superación''.

Expuso que en una democracia como la mexicana, no es políticamente legítimo ni moralmente aceptable ''acatar unas leyes sí y otras no'', si todas han sido aprobadas. El verdadero espíritu democrático -recalcó- es el que siempre cumple con todas las leyes; con las que gustan y las que disgustan; con las que apoyan y con las que cuestionan. Si se está en desacuerdo con la ley, ello debe expresarse en la intención de una enmienda, pero no en su desobediencia o violación.

Madrazo Cuéllar armó una extensa pieza oratoria ante el presidente Ernesto Zedillo, los miembros de los gabinetes legal y ampliado, la jefa de Gobierno del Distrito Federal, Rosario Robles, y los representantes de los poderes Judicial, Genaro David Góngora Pimentel, y del Legislativo, María de los Angeles Moreno y Francisco José Paoli Bolio.

Su discurso pasó por hacer la caracterización de Benito Juárez como indígena, abogado, servidor público, modernizador de México y promotor de la paz en tiempos de armas.

Aunque resaltó que hoy, como en el siglo pasado, las soluciones a los problemas se encuentran en el estado de derecho, Madrazo Cuéllar dijo que si bien es indudable que el reproche penal, en términos de igualdad, no puede dejar de aplicarse, no es menos cierto que en la realidad ''no se debe vivir sistemática y permanentemente sólo a expensas del poder coactivo del derecho''.

Tema de sus ocupaciones diarias, el combate a la delincuencia, dijo también que ésta amenaza la seguridad pública e incluso, en algunas de sus manifestaciones, la seguridad nacional. Los delincuentes son los primeros en desconocer la ley, olvidar sus mandatos, rechazar su imperatividad y así dañar a sus semejantes, al Estado mismo y a la convivencia democrática, afirmó.

En cambio -continuó-, el Estado está compelido a actuar contra la delincuencia sólo en términos de la ley, pues si renunciara a ésta para combatir a la delincuencia, ''no estaría sino cavando su propia tumba''.

Firme, el procurador general de la República aseguró que ''no vamos a perder la batalla contra los delincuentes''. Por el contrario, se ganará actuando con la ley en la mano, con toda la fuerza legítima que aquélla autoriza, y con la energía profunda de las convicciones. Se logrará, indicó, con profesionalismo, con organización y con honradez. Se ganará a pesar de las piedras en el camino, de las incomprensiones y los errores, de los reveses y la dificultad de los desafíos, ''y de las traiciones de quienes empiezan por negarse a sí mismos, a sus familias, a sus amigos y a su institución''.

Más adelante, llamó la atención ante lo paradójico e injustificable de que mientras las bandas nacionales e internacionales tienen altos niveles de colaboración, en contrapartida las instancias de seguridad pública y procuración de justicia del país ''no alcancemos dimensiones de coordinación que demanda ese urgente desafío''.

Apuntó Madrazo Cuéllar que, no obstante los ''errores y tropiezos'', progresivamente se consiguen decrementos en los índices de criminalidad que se espera pronto puedan incidir en la manera como a la sociedad civil se presenta el problema de la inseguridad pública. ''Lo que se requiere para ello son indudablemente muchos más hechos y muchos mejores resultados'', admitió.

En el engarce de épocas y situaciones, tan comunes en este tipo de piezas oratorias, Madrazo se refirió a la convicción juarista de que el estado de derecho quedaba garantizado por el Poder Judicial. Así ocurrió en esta administración, refirió, cuya primera enmienda constitucional promovida fue también sobre la administración de justicia para reorganizar la Suprema Corte y crear el Consejo de la Judicatura. Se congratuló también de que ese poder tenga la iniciativa de reformar el juicio de amparo para que éste beneficie efectivamente a las grandes mayorías nacionales.

El procurador habló del federalismo y el sistema de gobiernos de pesos y contrapesos en el que son naturales los desencuentros y diferencias donde la ley da armas para resolver las controversias, pero aclaró que lo que nunca ha sido ni será válido es pretender encontrar las virtuales soluciones en fórmulas del pasado ''ancladas en un presidencialismo providencial que afortunadamente no existe más''.

Dijo que servir a la nación es un extraordinario privilegio, y lo es aún más cuando, como en estos tiempos difíciles y de cambio, ''lo que se busca transformar aún no se expresa plenamente y las inercias se revelan regresionistas y retardatarias''.

Más adelante, Madrazo Cuéllar expuso otros resultados positivos de las medidas impulsadas por la actual administración. Pero tal vez por su reiterado apartidismo, nunca consideró necesario referirse al presidente Ernesto Zedillo como el promotor de aquéllas. Así, dijo que este gobierno ha manejado las finanzas públicas con orden, disciplina y prudencia; que los mexicanos han dejado atrás una de sus crisis económicas más severas, y que se construye una economía sana, fuerte y productiva.

El procurador remató su discurso refiriéndose a los comicios de julio próximo. ''Estas elecciones se celebrarán en una nueva democracia de la cual estamos legítimamente orgullosos''. Esa democracia, dijo, fue construida por todos y a todos corresponde cuidarla.

Por eso, indicó Madrazo, la ciudadanía tiene razón al demandar respeto a todos los actores y protagonistas de los procesos electorales, ''así como cada uno de nosotros deberá ser respetuoso de todas las normas que rigen los procedimientos comiciales. Respeto, eso es lo que queremos'', apuntó.