JUEVES 23 DE MARZO DE 2000

* Astillero *

* Julio Hernández López *

La agenda del presidente Zedillo (una agenda necesariamente pensada y organizada en función de los intereses políticos de su ejecutante) hizo que el sexto aniversario de la muerte de Luis Donaldo Colosio le tomara en Lisboa, con una pluma en la mano, listo para firmar la versión europea de los tratados de libre comercio que el salinismo y el zedillismo (cada cual en su momento, por si fuese necesaria la explicación) han concertado con diversos países y regiones.

 

Ciertamente es importante la reunión por cuyo motivo el presidente mexicano estuvo impedido de ir, por ejemplo, el pasado 21 a Guelatao, o de encabezar hoy físicamente algún tipo de ceremonia luctuosa en memoria del sonorense cuya muerte le abrió las puertas rumbo a Los Pinos.

 

Sin embargo, no hubiese sido imposible, de mediar la suficiente voluntad política, el haber impedido oportunamente que una reunión internacional protocolaria interfiriese con el cumplimiento de obligaciones cívicas tan sentidas para los mexicanos como son las relacionadas una con el Benemérito de las Américas, Benito Juárez, cuya obra y pensamiento han estado en tan grave peligro durante cuando menos los tres sexenios federales recientes (De la Madrid, Salinas y Zedillo), y otra con Luis Donaldo Colosio, cuyo asesinato duele a los mexicanos todos no por razones partidistas ni electorales, sino por haberse sintetizado y exhibido en él los males terribles que hoy asuelan a la nación, como son la impunidad, el narcotráfico y la corrupción.

 

La ausencia del presidente mexicano en su patria, en momentos tan significativos como los del pasado 21, y los de hoy, ayuda, sin embargo, a dejar todavía más precisos los campos en los que actualmente se desarrolla la acción política y los proyectos de nación que las diversas fuerzas partidistas impulsan.

 

Pero, por lo demás, es de desearse que su presencia de hoy en Lisboa sirva para explicar a los representantes de la Unión Europea algunos de los puntos oscuros que subsisten en algunas de esas naciones, a las que la propaganda mexicana no logra aún convencer plenamente de que vivimos una verdadera transición democrática, que se respetan los derechos humanos, que el conflicto de Chiapas está en vías de resolución y que el narcotráfico no domina las estructuras institucionales de este país.

 

Y ya que la agenda presidencial hizo coincidir ambos sucesos (la firma del tratado y el aniversario de la muerte de Colosio), puede resultar claro para todos, los de Portugal, los de Europa y los de México, que el asesinato de Colosio es la viva prueba del control que ejercen los grupos del narcotráfico sobre los poderes formales de este país; que ese asesinato, del que nadie cree que el único culpable ni el mayor sea Mario Aburto, muestra con terrible contundencia el tejido de complicidades que ha instalado la impunidad como principal evidencia de que no vivimos en un estado de derecho, y que ese asesinato sin solución real muestra también que por más cláusulas democráticas y recomendaciones en materia de derechos humanos que se hagan a México, de nada servirán mientras aquí siga rigiendo la política de la simulación, de la frivolidad, de la desmemoria y del cinismo.

 

(Otro ausente, por cierto, será José Angel Gurría, quien asistirá hoy a un especialísimo aniversario en Nueva York que dará cita a lo mejorcito de la comunidad financiera internacional: los 10 años de que fueron emitidos los bonos Brady. Si tiene usted alguna botella de champaña que le sobre, únase a esta celebración desde el bar o la cava de su casa, Gurría se lo agradecerá.)

 

Labastida, en misa; don Luis, al Senado

 

Francisco Labastida estará hoy en el mausoleo donde se guardan los restos de Luis Donaldo y de Diana Laura Rojas, y luego asistirá a una misa de duelo en la iglesia de Magdalena de Kino. Ayer, en Pachuca, fue incapaz de dar una respuesta aceptable, creíble, a estudiantes que le pedían que hablara de manera seria y honesta sobre el crimen del sonorense.

 

En aquel periplo colosista participará, desde luego, el padre de Luis Donaldo, el señor Luis Colosio, cuyos reclamos de justicia han perdido toda fuerza ante su conversión en acompañante asiduo de Francisco Labastida en actos de campaña en los que suele usarse con sentido de proselitismo la memoria de Luis Donaldo, pretendiendo asociar la figura de éste con la del actual candidato presidencial priísta. El señor Colosio, por lo demás, está en vías de ser postulado candidato a senador, por la vía plurinominal. No es excesivo recordar que el aparato de poder al que luego pretende recriminar el señor Colosio por la muerte de su hijo es el mismo aparato en el que hoy él se mueve y al que se ha adherido con expectativas políticas personales.

 

Cárdenas y Juárez

 

Dos escenas permitirán cerrar el Astillero de este día. Una, la de Cuauhtémoc Cárdenas, cargando sonriente un busto de Benito Juárez, hecho en barro negro, que le regalaron durante su visita del pasado 21 a Guelatao. Otra, los cantos de guerra de los soldados mexicanos que fueron hechos desfilar en honor del general estadunidense que nos visitó ese mismo 21.

 

Cárdenas, a pesar de las tendencias demoscópicas que le muestran retrasado en relación con sus otros dos principales competidores, es el único aspirante presidencial capaz de hacer vibrar las fibras y las cuerdas íntimas de la nacionalidad mexicana. Llegado a la tierra natal de Juárez, Cuauhtémoc dijo cosas que conviene retomar: "Juárez entendió e hizo entender a quienes lo acompañaban en su empresa libertaria, que no se trataba de imponer nuevas leyes para cambiar una dominación por otra, sino para que los mexicanos pudieran arrancarse ataduras y pensar con libertad. En aquella época las potencias coloniales europeas aducían propósitos civilizadores y se imponían a otros pueblos por la fuerza de sus ejércitos expedicionarios".

 

Una prudente actitud ante

un incidente doméstico

 

(Cárdenas, por cierto, salió al paso con toda responsabilidad del incidente doméstico de ayer, en el que una compresora utilizada para pintar su departamento de Polanco estalló, posiblemente por el calentamiento derivado de usarla en un lugar que se mantuvo erróneamente cerrado. Sin sombra de duda, el michoacano aseguró que el accidente fue sólo eso, y deshizo cualesquier sombra de sospecha que, en la víspera del aniversario de la muerte de Colosio, habría sido materia de fácil combustión, sobre todo si se actuase con una malévola visión de mercadotecnia electoral.)

 

"... el pérfido invasor..."

 

Ya por último, vale recordar uno de los estribillos que cantaban a coro algunos de los soldados mexicanos al pasar frente al presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de los Estados Unidos, general Henry H. Shelton, a quien los jefes mexicanos homenajearon el mismísimo día del aniversario juarista: "Ejército del pueblo mío, nació de la Revolución, que se prepara día a día contra el traidor y pérfido invasor". Lástima que no haya estado Rosario Green para traducirle la letanía a mister Shelton.

 

Astillas: ƑSe acuerda usted del señor que en un mitin de Labastida gritó vivas a Fox? Según la oficina del candidato priísta, el orador del equívoco se llama Norberto Cruz, es panista activo y tiene dos órdenes de aprehensión en su contra... Por si alguien creyera que el asunto de la UNAM podría terminarse por agotamiento u olvido, allí están los retoños de la violencia... Diódoro Carrasco está reconstruyendo, con cargo a nóminas federales y estatales, el gabinete con el que gobernó Oaxaca. Varios de quienes fueron funcionarios con él hoy despachan en cuanta oficina esté al alcance de una irresistible llamada de recomendación. Ayer, por lo pronto, tomó posesión Armando Labra como subsecretario de Desarrollo Político de Gobernación. Labra, economista, había sido coordinador de asesores del gobernador Carrasco y representante de ese gobierno en el DF... ƑCómo está esa recomendación del FMI para que México ya no "inyecte" más dinero a su economía, pues ello le podría volver más vulnerable a los caprichos del mercado?

Fax: 5 45 04 73 Correo electrónico:

[email protected]