JUEVES 23 DE MARZO DE 2000

* Cuando se prueba el mundo de la ópera es imposible abandonarlo: Sökol


La flauta mágica, montaje para que el último intérprete sea el público: Vela

* Inaugura esta noche el Festival del Centro Histórico * Narradora de la obra

* La intención es dar cuenta del tesoro mozartiano, dice * Pisar Bellas Artes, un honor

Angel Vargas * Una vez que ha probado el mundo de la ópera, Sasha Sökol sabe que será imposible abandonarlo. Su inclusión como narradora en el montaje de La flauta mágica representa para ella, amén de la realización de un sueño, el proyecto más importante en su carrera.

''Pisar el Palacio de Bellas Artes para un artista que viene de la formación de la que yo provengo es un privilegio. No es algo común, porque el tipo de música que he abarcado no se presenta en este foro y estar cerca de cantantes como los que participan en esta ópera, escucharlos y conocerlos es un agasajo. šQué puedo decir de La flauta..., que es una ópera hermosa que siempre me ha encantado! šEs una obra de Mozart, de un genio! šQué más se puede pedir! Algo he de haber hecho, he de haberme portado muy bien y se me premia".

La cantante y actriz, cuya carrera comenzó con el grupo Timbiriche, es consciente del riesgo que implica representar un rol creado ex profeso para este montaje, sobre todo si se toma en cuenta, dice, que ''es una propuesta distinta y el público ortodoxo alucina este tipo de puestas, prefiriendo recurrir una y otra vez a sus mismos paisajes, bosques e imágenes".

Agrega que con la intervención del narrador la obra adquiere mayor fluidez, además de que ayuda a comprender con más claraidad las escenas que en muchas ocasiones son un tanto complejas.

Si bien la formación artística de Sasha ocurrió en el ámbito popular y comercial, ella rechaza que el arte se pueda dividir en serio y en banal. ''Sí hay son personas serias y personas banales. Y cuando uno es serio, se buscan cosas comprometidas y que tengan una propuesta, que dejen algo, porque hay tan poco tiempo en la vida que para qué desperdiciarlo en algo que no nutra. Es imposible comparar una telenovela con una ópera, porque son mundos tan distintos y distantes que sería injusto hacerlo".

Seguidora de la música wagneriana, pero con un gusto también por Mozart, la intérprete refuta que su participación en La flauta... signifique su incursión permanente en el mundo operístico:

''No soy cantante de ópera, si hubiera nacido con ese don sé que me habría dedicado a esto. No es común que las puestas en la ópera requieran de este tipo de participaciones; creo que será difícil alejarme de este mundo una vez conociéndolo. Probablemente pediré a Sergio que me invite a sus próximas producciones; a jalar un cable, a coser vestuario o lo que sea, porque una vez que se entra a la ópera es una emoción tan fuerte que resulta difícil abandonarla.''