JUEVES 23 DE MARZO DE 2000
* Se omitieron incentivos fiscales planteados por escritores y editores
Aprueban diputados iniciativa de ley para fomentar la lectura y el libro
* Primer paso para acabar con el rezago educativo de 10% de la población, dice Zavala Peniche
* Esperan que el Senado revise el proyecto y lo vote en este periodo ordinario de sesiones
Miryam Audiffred * Casi cuatro años de trabajo legislativo llegaron a su fin. Ayer, la iniciativa de Ley de Fomento para la Lectura y el Libro fue aprobada por unanimidad ųcon 377 votos a favorų en la Cámara de Diputados y sin la inclusión de los incentivos fiscales demandados por escritores y editores nacionales.
''Adecuado al punto de vista de las autoridades educativas del país", el documento será turnado a la Cámara de Senadores para que, de ser posible, México cuente con la primera legislación en la materia antes del próximo 30 de abril.
Entrevistada al término de la sesión, la diputada panista Beatriz Zavala Peniche ųquien fue titular de las comisiones unidas de Educación y Cultura que se encargaron de elaborar el dictamenų aseguró que si bien ''no es exactamente lo que todos queríamos", la aprobación de la iniciativa representa el primer paso de una lucha que intenta acabar con el alarmante rezago educativo en el que está preso, por lo menos, 10 por ciento de la población en México.
Y es que, con base en datos proporcionados por la diputada Zavala, en el país sólo existen 15 millones de lectores potenciales, cifra alarmante si se considera que el número total de habitantes rebasa los 95 millones.
Sin embargo eso no es todo, pues durante la sesión de ayer, Ricardo Cantú Nájera, del Partido del Trabajo, expresó que existe 80 por ciento de deserción escolar en las zonas rurales y que en la actualidad el país ni siquiera puede responder a la demanda educativa de 35 por ciento de las personas mayores de 18 años.
La realidad va más allá de estas cifras. En opinión del perredista Luis David Gálvez Gasca, cada mexicano lee en promedio 2.8 libros al año, siendo que en países desarrollados el consumo por persona llega a 20 ejemplares y que la UNESCO recomienda un mínimo de cuatro.
Asimismo, seis de cada diez hogares mexicanos no compraron libros en los últimos 12 meses y las ventas en las librerías decrecieron por lo menos en 20 por ciento, añadió el diputado Gálvez Gasca.
Indiferencia y ''suerte de horror''
En ese contexto, la iniciativa aprobada ayer está integrada por tres capítulos, 15 artículos y dos transitorios mediante los que se pugna, principalmente, por la creación de un Consejo Nacional de Fomento de la Lectura y del Libro que tendrá como presidente al secretario de Educación Pública (SEP) en turno y como integrantes al titular del CNCA y a 15 vocales invitados, entre los que habrá libreros, editores y escritores.
Propuesto en principio como un órgano desconcentrado de la SEP, el documento aprobado lo contempla como una instancia de consulta que evidencia en sí mismo su sumisión al Estado.
Podría decirse que el documento aceptado por todos los grupos parlamentarios es la parte moral o espiritual de la iniciativa presentada al pleno de la Cámara de Diputados en 1998.
No hay un solo renglón que haga énfasis en los mecanismos que permitan abaratar el costo de los libros. Gracias al secretario de Hacienda y Crédito Público, José Angel Gurría (La Jornada, 11/XII/99), no fue posible alcanzar la exención del impuesto al valor agregado y del impuesto al activo que hubiera permitido impulsar el desarrollo de la industria editorial nacional.
Si el Nobel de Literatura Octavio Paz dijo alguna vez que ''los escritores mexicanos trabajamos en condiciones particularmente desventajosas por la existencia de una industria editorial raquítica", las autoridades ųincluyendo al presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Rafael Tovar y de Teresaų no lo pensaron así.
Decir, como el titular del CNCA, que en el país ''no hace falta legislar en materia de lectura" exhibe la indiferencia y ''suerte de horror" señaladas por el autor de El laberinto de la soledad.
Respuesta parcial
El nuevo presidente de la Cámara de la Industria Editorial Mexicana (Canaiem), Antonio Ruano, está consciente del fracaso. ''Aplaudo que haya leyes enfocadas a la lectura ųcomentóų, sin embargo el proceso legislativo no ha respondido a las prerrogativas que solicitamos.
''Urge otorgar incentivos fiscales a toda la cadena productiva para tener libros más económicos y ese hecho no fue tomado en cuenta así es que insistiremos hasta lograr algo que no es imposible, pues otros países (Argentina, Chile, Colombia y Guatemala, entre muchos) ya lo han conseguido."
De no ocurrir este cambio en el corto plazo, las editoriales seguirán desapareciendo o, en el mejor de los casos, estancándose pues si en los años cincuenta el tiraje promedio por título era de 3 mil ejemplares destinados a 30 millones de mexicanos, en la actualidad apenas alcanza, en promedio, 2 mil. Y eso que la explosión demográfica se ha convertido en un fenómeno persistente.
Por lo pronto, sólo queda esperar que el Senado de la República agende en este periodo ordinario de sesiones la revisión de esa legislación y ųal igual que Beatriz Zavalaų confiar que se trata del ''primer paso para contar con una herramienta legal acorde con nuestra realidad".