JUEVES 23 DE MARZO DE 2000
* Las declaraciones del Papa nada tienen de nuevo, afirma Israel
Abierto apoyo de Juan Pablo II a la creación de un Estado palestino
* La visita, uno de los logros de Arafat, dicen * Extreman medidas de seguridad; temen disturbios
Reuters, Afp y Ap, Belén, 22 de marzo * Juan Pablo II mostró este miércoles abiertamente su apoyo a la creación de un Estado palestino durante una histórica visita a Belén, la ciudad donde nació Jesucristo, en el primer viaje de un Papa a los territorios palestinos autónomos.
Karol Wojtyla comenzó su visita besando una muestra de tierra palestina contenida en un recipiente que le ofrecieron dos niños, un gesto que los palestinos consideraron un sello papal sobre sus demandas de establecer un Estado independiente en Cisjordania y Gaza y que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, prometió instaurar este año.
Arafat dio la bienvenida al pontífice en "Jerusalén, la capital eterna palestina".
"Nadie puede desconocer cuánto ha tenido que sufrir el pueblo palestino en las décadas recientes. Su tormento está ante los ojos del mundo. Y ha transcurrido durante demasiado tiempo", declaró Wojtyla, de 79 años de edad, en la ceremonia que le ofreció Arafat en Belén, ciudad cercana a la disputada Jerusalén.
El Vaticano, añadió Juan Pablo II, siempre ha reconocido que el pueblo palestino "posee el derecho natural a una patria y el derecho a vivir en paz y en tranquilidad con los otros pueblos del área".
Pese a que esta visita adoptó un giro abiertamente político, también se trata para Wojtyla de un peregrinaje personal a los principios del cristianismo.
"Jerusalén constituye el corazón de mi peregrinaje del Jubileo", indicó Juan Pablo II en la homilía que pronunció durante un oficio religioso celebrado en la Plaza del Pesebre, ubicada enfrente de la Basílica de la Natividad.
Varios miles de personas asistieron a la misa durante la cual Juan Pablo II pidió a la minoría de palestinos cristianos permanecer en los territorios autónomos.
En su homilía, Wojtyla advirtió que "sólo con una paz justa y duradera, no impuesta, sino garantizada a través de negociaciones, quedarán satisfechas las legítimas aspiraciones palestinas... Sólo entonces verá la Tierra Santa la posibilidad de un nuevo y brillante futuro, no más disipado por rivalidades y conflictos, pero sólidamente fundamentado en el entendimiento y la cooperación para el bien de todos".
Wojtyla tuvo otro gesto amistoso hacia los palestinos: envió el martes un mensaje a Arafat cuando sobrevolaba los territorios autónomos en el avión que lo llevó de Ammán a Tel Aviv.
Se trata de un gesto tradicional que en esta ocasión adquirió especial relevancia, ya que no existe aún el Estado palestino.
"La visita del Papa a Palestina es uno de los logros del presidente Arafat. Habrá un Estado palestino", declaró uno de los voceros del líder, quien ha advertido que declarará unilateralmente la estatidad este año, haya o no un acuerdo definitivo con Israel.
Las negociaciones sobre un acuerdo de paz se reanudaron la víspera en la capital de Estados Unidos.
Tras el oficio religioso en Belén, Wojtyla se dirigió al cercano campamento de refugiados de Dheisheh, considerado tanto un símbolo de los sufrimientos palestinos como de las esperanzas de un Estado.
El campamento, establecido en 1949 tras la creación del Estado de Israel, alberga actualmente a unos 9 mil refugiados.
Allí el Papa exhortó a los líderes de la zona y de la comunidad internacional para que muestren su "voluntad política" para terminar con "los sufrimientos" de esos refugiados, pero no se pronunció sobre la exigencia fundamental de los desplazados, basada en el derecho al retorno a los pueblos de los que fueron expulsados por Is-rael entre 1948 y 1967.
El Papa ingresó al campamento apoyado en la mano de Arafat, quien se vio muy estimulado por la visita papal. El futuro de los 4 millones de refugiados palestinos está entre los puntos claves de las negociaciones con Tel Aviv.
Por su parte, la policía informó que tras la visita de Wojtyla al campamento se produjeron incidentes entre manifestantes y la policía palestina, causados por las medidas de seguridad adoptadas para la visita.
Para el gobierno de Israel las declaraciones de Wojtyla en Belén no tienen nada de nuevo, mientras Estados Unidos declaró su total aprobación al mensaje de reconciliación pronunciado por el Papa.
La visita de Wojtyla a la zona terminará el domingo, y las autoridades israelíes también han adoptado fuertes medidas de seguridad para proteger al visitante de un posible atentado.
Este día la policía detuvo a un judío ultraortodoxo por pronunciar una maldición mortal contra el Papa, mientras se informó que las autoridades ordenaron diseñar un chaleco antibalas especial para Wojtyla, y los encargados de su seguridad están intentando convencer a Wojtyla a usarlo.