VIERNES 24 DE MARZO DE 2000

* Rafael Coronel abrirá muestra en el Antiguo Palacio del Arzobispado


Irrelevante, el destino de mi obra; sólo me importa el placer de pintar

* La democracia es la izquierda, algo que ahora veremos si ocurre, considera el creador

* Incluye 94 obras y se exhiben para festejar su trayectoria de medio siglo en el arte

Merry Mac Masters * El ideal de Rafael Coronel (1933) era ser futbolista, no pintor. Inclusive, jugó unos dos años en la reserva del América. Sin embargo, recién llegado de Zacatecas participó en un concurso de pintura en Bellas Artes, por el premio del Instituto Nacional de la Juventud, con el cuadro La mujer de Jerez (1952), y ganó.

El primer referente directo en su trabajo fue la producción pictórica de su hermano Pedro (1923-1985). Luego, Rafael se casó con Ruth Rivera, hija de Diego.

Recuerda el pintor, sin presumir, que ''el mundo intelectual de esa época se movía casi alrededor de nosotros. A la casa de San Angel iban a comer Lázaro Cárdenas, López Mateos, todos los intelectuales y políticos que eran amigos. Como acababa de llegar de Zacatecas estaba un poquito jolín, no tenía el ímpetu intelectual de aquí. Fui amigo de todos los de izquierda, de Pepe Revueltas, Chávez Morado, Cardoza y Aragón, los que me digan. Pero me cansé de eso porque era todos los días".

Radicado en Cuernavaca desde hace 20 años, Coronel opina acerca de la izquierda mexicana: ''Ha desaparecido. Lo que tratan de hacer en política es equilibrar. Y no es tan malo, porque si se busca el equilibrio puede distribuirse mejor el capital. Lo que pasa es que la izquierda, ahora, la generalidad, todos los intelectuales, inclusive las personas que venden aquí fuera en los mercados, la llaman democracia. La democracia es la izquierda, cosa que vamos a ver si pasa. La izquierda es como si yo hablara de una época en la pintura que ya se deshizo. Todo el mundo quiere que el gobierno sea por voto general, es decir, que la libertad en cuanto expresión tenga validez. La izquierda, la democracia, vamos a ver si existe. Igual, hay ciertos péndulos de los cuales se puede uno asir según es la tendencia política".

Desde el año pasado, a Coronel le festejan su medio siglo de pintor con una exposición de 92 obras, 14 de las cuales pertenecen a la colección Pago en Especie de la Secretaría de Hacienda. Al homenajeado, sin embargo, no le gusta hablar de su pintura: ''Soy pintor. No tengo mucha literatura personal de mi pintura porque nunca me pongo a observarla después de terminada. No me importa que un cuadro sea bueno o malo ni que un cuadro mío se vaya a un museo o al basurero. Lo que me importa es el placer de pintar''.

 

Mejor que la grilla, el anonimato

 

''No tengo un sentido crítico de mi pintura, sólo instintivo, pero no empírico. No me gusta observar mi pintura desde el punto de vista de otros pintores que me han influenciado. Veo un cuadro de Goya y me gusta, pero no me agrada explicarme por qué. Veo uno de El Bosco o de Orozco y me pasa lo mismo. Me gusten o no las cosas, no me interesa explicármelas, porque para eso está la crítica que muchas veces salva el pellejo de algunos pintores que no gustan a las personas. La crítica los obliga a que vean la pintura y que le den su valor.

''En México ha habido gran cantidad de pintores y lo mismo en algunos estados como Zacatecas, Jalisco u Oaxaca. Desde luego cuando la pintura mexicana tiene esa evolución los únicos que la pueden explicar son los historiadores o los críticos. Los pintores debemos pintar. La grilla es importante para algunas personas, pero para otras no, porque nos gusta ser anónimos."

Ayer, en rueda de prensa para anunciar la muestra Rafael Coronel: cincuenta años de pintura, 1949-1999, que estuvo en Tijuana y Zacatecas y el día 28, a las 20:00 horas, se inaugurará en el Antiguo Palacio del Arzobispado (Moneda 4), dentro del decimosexto Festival del Centro Histórico, el artista habló sin ''pelos en la lengua". Aseguró estar en pleno declive expresivo, pero no por eso dejará de pintar. ''Estoy un poco lamido, por decirlo de alguna manera. Trato con menos violencia el color y matizo con más dulzura". Una insatisfacción es lo que le deja su trayectoria, porque ''cuando uno ve la pintura de otros, sobre todo grandísimos pintores, advierte que no es más que un remedo de aquellas épocas".

Coleccionista por excelencia, Coronel aseveró que hace dos meses donó 10 mil piezas más a su museo de Zacatecas.