VIERNES 24 DE MARZO DE 2000
* En un año electoral se quiere crear la imagen de modernidad, dice
El TLCUE tiene un tinte político: Romero
* El especialista negó que con este acuerdo se pueda reducir la dependencia comercial de EU
La firma del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE) tiene un "tinte político" en un año electoral, a fin de crear una imagen de modernidad, pero "nos subimos al carro y luego no arranca", dijo José Antonio Romero Tellaeche, investigador de El Colegio de México.
El especialista en comercio internacional consideró que la industria nacional no podrá sufrir más cambios con este acuerdo de los que ya ha tenido por la liberación comercial con América del Norte (TLCAN), y el nivel de exportación es muestra de ello: 90 por ciento del intercambio comercial de México se realiza con Estados Unidos y sólo alrededor de 8 por ciento con el viejo continente.
El investigador negó que el TLCUE pueda reducir la dependencia comercial y financiera con EU porque el programa político y económico está trazado con el vecino del norte no con la UE, ni con otros países con los que México ha firmado acuerdos, y con los que su intercambio comercial no es representativo, como el caso de Israel. "El destino de México es Estados Unidos, y esto está probado a lo largo de 18 años".
A su vez, Rafael Bouchain, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, consideró que si bien este tratado representa la ampliación en la diversidad de mercados, podría convertirse en un acuerdo de complementación más que de convergencia, por la disparidad que existe entre la economía de México y la europea.
Bouchain alertó que la importación de insumos que se está elevando de una forma "espantosa", pone en riesgo la planta productiva nacional que se encamina a una integración mundial.
Para José Antonio Romero los beneficios sólo pueden implicar que una que otra empresa exporte algunos productos, nada más, pero no existe la posibilidad de que el intercambio con la UE pueda cambiar las tendencias del comercio exterior que ya existen. "Lo que sí va ocurrir es la introducción de más productos europeos a México".
Romero Tellaeche descartó que México se convierta en una maquiladora europea, pues explicó que las empresas del viejo continente tendrían que traer sus componentes, pagar la mano de obra y luego llevárselos, lo que no resulta "costeable"; agregó que sería más factible, aunque sólo para algunas empresas sólidas, el venir a establecerse aquí para contar con mano de obra barata, pero esto ya podía efectuarse sin necesidad de tratado comercial, sólo con la condicionante de contar con cierto porcentaje de capital nacional. (Anasella Acosta N.)