DOMINGO 26 DE MARZO DE 2000
Ť Despertaron las bestias de bronce Ť
Texto: Miryam Audiffred Fotos: Omar Meneses
Juan Soriano se descubrió anoche erguido en la plaza de las sombras largas, donde, bajo una lluvia inoportuna, fueron despertadas sus diez bestias de bronce.
En el marco del 16 Festival del Centro Histórico, el "muchacho de los mil años" recorrió los senderos de la Paloma, el Gallo Amarillo y el Pájaro dos caras acompañado del presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa; del titular del INBA, Gerardo Estrada, y de la jefa del GDF, Rosario Robles, quienes, al igual que él, caminaban sumergidos en una ola de empujones y pisotones.
-La gente abusa y lo pellizca a uno mucho -comentó el artista plástico, divertido-. Es una sensación muy agradable.
Sus palabras se tornaron rocío, agua que alcanzó por igual a los intelectuales-amigos que le acompañaron -Juan Villoro, Raúl Anguiano y Elena Poniatowska, entre otros- que a los miembros del equipo que acomodó las esculturas en esa esquina de la Plaza de la Constitución, con quienes minutos antes se tomó la foto del recuerdo.
Breve por las circunstancias, la apertura de la muestra 80 años de Juan Soriano, obra escultórica en el Zócalo dejó sentir que el artista tapatío es -como lo dijo Octavio Paz- ''una centella que rasga la sombra, una exhalación que asciende y se deshace en una lluvia de astros diminutos de múltiples colores que arden, brillan y caen en la vasta noche del origen''. En fin, un ser venido de las profundidades del tiempo.
Juan Soriano agradece a los empleados del GDF que participaron en la instalación de sus esculturas en la Plaza de la Constitución Ť Foto: Carlos Cisneros |