DOMINGO 26 DE MARZO DE 2000
Ť La semana política en Estados Unidos
Ť La competencia Bush-Al Gore, un esfuerzo contradictorio
Ť Sorprendentes, los montos astronómicos que se han donado
Ť Poco creíble, su promesa de reformar el sistema electoral
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Nueva York, 25 de marzo Ť En lo que promete ser la elección más cara de la historia, la competencia entre los dos candidatos presidenciales se vuelve en un esfuerzo contradictorio: solicitar la confianza y el apoyo del electorado con base en una reforma de gobierno y del sistema de financiamiento electoral, y hacer todo lo posible para explotar dicho sistema para obtener más dinero que el contrincante.
El republicano George Bush ya ha recaudado más fondos que cualquier candidato en la historia de Estados Unidos: más de 73 millones. El demócrata Al Gore ya ha recaudado 37 millones; unos 9 millones más que la fórmula que él mismo integró con Bill Clinton, en 1996.
Pero lo más sorprendente son los montos astronómicos que ambos candidatos ya han invertido, a sólo tres meses de iniciar el año electoral. Bush comenzó este mes con sólo 7.8 millones en sus cuentas de campaña, o sea, tuvo que gastar ya más de 60 millones en las elecciones primarias. Gore inició este mes con 9.3 millones.
Un periodista estadunidense preguntó cómo Bush, quien ha indicado que desea administrar al país como si fuera una gran empresa, gastó tanto dinero para obtener un triunfo como candidato de su partido. "Si fuera un ejecutivo de una empresa, lo hubieran despedido por invertir tanto en algo que supuestamente ya era suyo", comentó el observador de esta elección.
Mientras, ambos candidatos repiten la palabra "reforma" una y otra vez. Sin embargo, ambos son productos del sistema actual, y por lo tanto, será difícil convencer a muchos de que están comprometidos en cambiar un sistema electoral que ha sido cuna de sus éxitos profesionales y políticos.
El sistema es simple: los candidatos están obligados a solicitar apoyo financiero de los ricos. Los ricos, claro, esperan frutos de su inversión. Quien llegue a la Casa Blanca (o al Congreso si es candidato a la legislatura), tendrá a varios "amigos" que le darán la bienvenida, celebrarán su triunfo, y esperarán favores a cambio de haber contribuido a esta victoria.
Pero el camino electoral pavimentado con dólares tiene consecuencias aún más serias que sólo una percepción de que los donantes ricos son los que determinan el proceso electoral. Siempre presente está la sombra de la corrupción, y por lo menos, como se caracteriza diplomáticamente, el uso indebido del sistema de financiamiento electoral.
Las investigaciones de las prácticas de recaudación de fondos electorales de Clinton y Gore ya son bien conocidas, entre las cuales destaca el asunto del "Templo Budista", ya que Gore fue quien obtuvo las contribuciones ilegales de monjes y monjas budistas en 1996.
De hecho, este mes, la amiga de Gore, Maria Hsia, fue judicialmente culpada por falsificar los informes sobre esta maniobra.
Gore recientemente declaró que "los errores" que cometió en la recaudación de fondos en 1996 lo han dejado con el compromiso de promover una reforma del sistema de financiamiento electoral. Pero estas declaraciones son minadas con cada día en que el candidato se dedica a buscar más fondos de las mismas fuentes que en 1996. Ello se confirmó esta semana cuando se confirmó que el presidente de la campaña presidencial de Gore, el ex diputado Tony Coelho, está bajo una investigación criminal por posible corrupción.
Las actividades de Coelho han sido investigadas durante meses, pero ahora la clasificación como una investigación criminal es algo nuevo, así como el enfoque en sus actividades financieras cuando él actuó como jefe de la exhibición de Estados Unidos en la Feria Mundial de 1998 en Portugal. Al parecer, hay deudas incurridas por su mal manejo como también "pagos cuestionables". Además, The Washington Post informó que Coelho vivió en un departamento que rentaba por 18 mil dólares mensuales, pagado por el gobierno federal. El viernes, Gore defendió a su jefe de campana y afirmo que seguirá trabajando con él.
Los donantes claves de ambos candidatos son precisamente los mismos que siempre han estado en estas listas de los principales candidatos: banqueros, bienes raíces, empresarios y otros multimillonarios.
Además, para los demócratas, están los grandes sindicatos nacionales. Bush declaró su candidatura ante 150 cabilderos influyentes en Washington, y cada uno de ellos se comprometió a recaudar más de 25 mil dólares para la campaña.
Los dos principales candidatos son precisamente los escogidos por la cúpula de cada partido, y por los donantes más ricos del país. Claro, hay "errores".
Pero no se sabe si el error es que exista este sistema, o si el "error" es cuando se da esto a conocer a la opinión publica. ƑSi nadie hubiera detectado las listas de los donantes, o algunas de las actividades ilegales de recaudación de fondos, hubiera sido un "error"?