ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Varios lectores han hecho saber a esta columna su enojo por la decisión del gobierno federal de implantar nuevamente el llamado horario de verano. En esos envíos tiene un notable registro el tono amenazante (ese sí es terrorismo, asegura uno de los correos electrónicos) del secretario de Energía, mister Luis Téllez, quien ha advertido a los mexicanos que de no aceptar el mencionado horario habría cortes de suministro eléctrico. Otro de los puntos en el que coincide la mayoría de quienes se comunicaron sobre el tema es acerca de la arrogancia de un sistema político que se niega a consultar a la gente para tomar decisiones que le afectan en varios planos, entre ellos el meramente fisiológico.
Ayer, la agencia noticiosa del gobierno, Notimex, difundió una entrevista con Odón de Buen, quien es director de la Comisión Nacional de Ahorro de Energía. El buen Odón mantiene la línea de terrorismo institucional de mister Téllez: "si se quitara el horario de verano perderíamos más de 600 megavatios, y existe la posibilidad de que haya cortes en algunas zonas del país, pues no sería suficiente lo que se tiene instalado (de capacidad de energía eléctrica) para lo que se demandará en algún momento".
Banderas y minitas económicas
Pero Odón el bueno se aventura disfrazado de Caperucita por los bosques de la política partidista: "No hay que olvidar que este es un año político, y la posibilidad de tener una bandera como lo es el horario de verano es una 'minita', en el sentido para hacer política. En buena medida responde a eso lo de suspender el horario".
Y, blandiendo una pedagógica regla en las manos, pasó revista a las tareas de los párvulos llamados diputados locales. Ya que los congresos de Michoacán, Sinaloa, Chiapas, Jalisco, Coahuila y Sonora se han manifestado contra el horario de verano, y han pedido al presidente Zedillo que no lo implante, don Odón (léase sin jota y sin miedo a la cacofonía) les convocó "a tener un interés real por el país. En esta coyuntura de alto crecimiento, donde se acortan las reservas, se pondría en riesgo la propia seguridad de tener electricidad en un futuro".
Diputados ignorantes
Lo peor, es que, con frecuencia, los diputados locales son unos ignorantes, pues "los reclamos que nos hacen no vienen sustentados con estudios. Vienen los puntos de acuerdo, pero no hay un solo análisis sobre esto". A veces, añadió, "no hay ni una comprensión real de lo que es el horario de verano, de cómo opera. Hay un desconocimiento de cómo funciona el sistema eléctrico".
Pero, para no ser ignorante como diputado, sepa el ciudadano común y corriente que, gracias al deterioro de su reloj biológico, y de otras minucias personales, el ahorro de energía logrado durante 1999 por la aplicación del horario de verano evitó el consumo de ocho millones de barriles de petróleo, cantidad con la que se hubiera podido movilizar durante cuatro meses a toda la flotilla vehicular de la ciudad de México. En los cuatro años de horario de verano, el ahorro hubiese servido para pagar el consumo de energía eléctrica de todas las casas de México durante siete semanas.
Mal ejemplo
Los enojos y destemplanzas de los señores altos funcionarios (mister Téllez y el buen Odón) se deben a que ha ido caminando a lo largo del país la idea de oponerse activamente a la pretensión mencionada del veranazo que entraría el primer domingo de abril. Gobiernos y Congresos de corte priísta se han manifestado así, y en la capital del país tanto Rosario Robles como la Asamblea Legislativa que coordina Martí Batres están dispuestos a organizar una consulta ciudadana respecto a la aplicación del citado horario.
En vísperas de elecciones constitucionales, mostrar a la gente que su opinión debe ser escuchada, y que con esa opinión puede cambiar el sentido aparentemente decidido de las cosas, es altamente riesgoso para el sistema dominante. Esas razones, más que las técnicas, son las que hoy están llevando a la desesperación y al terrorismo institucional.
En Baja California, mano dura en lugar de dedazo
Federico Torres, jefe de seguridad de la discoteca Aragonƀs, de Mexicali, asegura que nunca había visto violencia y destrozos tales en ese local como los que provocaron, el viernes 24, las huestes cenecistas que impidieron que se realizara allí la única convención priísta de todo el país en la que habría competencia para postular candidatos a senador.
El espectáculo de porrismo rural presentado por el viejo cacique cenecista, Rodolfo Fierro Márquez, en la primera entidad donde el tricolor perdió una gubernatura, se produjo para impedir que triunfara la fórmula de Roberto Pérez de Alva y de Jaime Martínez Veloz, los dos diputados (federal, el primero; local, el segundo: ganadores ambos por mayoría, circunstancia nada desdeñable en el ámbito bajacaliforniano fuertemente dominado por el panismo) que convirtieron aquella entidad en la excepción de la tendencia nacional priísta de presentar candidatos "únicos" que, en este caso, hubieran sido Carlos Bustamante y Antonio Meza.
La irrupción violenta de Fierro Márquez usó el argumento de que habían sido rasurados del padrón de votantes de esa convención algunos de sus seguidores. El presidente del comité priísta de aquella entidad, Fernando Castro Trenti, propuso que la votación se hiciese mediante la lectura del nombre de cada delegado previamente acordado, de tal manera que se verificara físicamente su presencia o ausencia. Pero Fierro Márquez no tenía entre sus propósitos buscar soluciones: tomó "por el pescuezo" (según él mismo describiría para demostrar que no lo golpeó, sino nada más lo zarandeó) al presidente priísta, tomó el micrófono, arengó a los presentes a la desobediencia y encabezó luego acciones más convincentes, como fueron la ruptura de urnas y mamparas priístas y de mobiliario de la discoteca. La convención tuvo que darse por disuelta. El delegado nacional del PRI, el bartlettista Jaime Aguilar Alvarez, dio por cancelada la sesión.
El sábado recién pasado, los precandidatos fueron llamados a la oficina de Dulce María Sauri. Se les informó que la convención se volverá a realizar, ahora este martes. Los seguidores de Pérez de Alva y Martínez Veloz se niegan a volverse a exponer a las furias de Fierro Márquez y compañía.
Los beneficiarios reales de todo este montaje rural son Bustamante y Meza. El primero es uno de los hombres más ricos de la entidad, apoyado por el señor de la charola del labastidismo, Eduardo Robinson Bours y por Emilio Gamboa. Sus adversarios le exigen que dé a conocer su situación patrimonial, pues aseguran que tiene cuentas pendientes con el Fobaproa. Meza, por su parte, es una persona muy allegada en lo personal al presidente Zedillo, aunque tal cercanía nunca pudo ser gratificada políticamente de manera proporcional a esos afectos privados, pues antes de retornar a la política norteña estaba a disgusto como director de la Comisión Nacional de Libros de Texto.
Pérez de Alva y Martínez Veloz tienen, por su parte, la aprobación de Esteban Moctezuma Barragán y se instalan en ese terreno difuso que el labastidismo pretende llamar nuevo PRI. Una de las mayores reticencias se da respecto a Martínez Veloz, de quien se ha recordado en Baja California que fue candidato a presidente municipal de su natal Saltillo por el Partido Socialista de los Trabajadores, cosa que Jaime ha reconocido por ser verdad y que ha asumido sin timbre alguno de pena. Pero, además, Martínez Veloz fue, como diputado federal, activísimo miembro de la Cocopa, donde con frecuencia se movió en dirección contraria a la deseada por el zedillismo. Otro punto que ven en su contra los ortodoxos del PRI es que ganó la candidatura a diputado local, y luego ese cargo, en Tijuana, contra la voluntad superior del mismo zedillismo.
Todos estos zipizapes se dieron a menos de 24 horas de que Francisco Labastida había estado en Mexicali, reunido con la cúpula del priísmo de la entidad, a la que exhortó a la unidad y a la democracia. Como se ve, sus exhortaciones cayeron en tierra vana.
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