JUEVES 30 DE MARZO DE 2000

Ť Se pretende avalar el proyecto de Labastida, dicen


Disidentes acusan al SNTE de excluirlos del congreso educativo

Ť No hay condiciones para asistir, afirman varias secciones

Claudia Herrera Beltrán Ť Maestros disidentes denunciaron ayer que la directiva del sindicato magisterial utilizó diversas ''artimañas'' para excluirlos del Tercer Congreso Nacional de Educación, que comenzará el 7 de abril, y así evitar opiniones críticas en un encuentro que calificaron de partidista porque, aseguraron, pretende avalar los proyectos educativos del priísta Francisco Labastida.

Nueve días antes de que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) defina sus propuestas de política educativa --que serán entregadas a los candidatos presidenciales-- maestros de la sección 22 de Oaxaca declinaron asistir porque su participación sería tanto como ''estar de acuerdo con el proyecto gubernamental'', mientras las secciones 9 y 10 del Distrito Federal se quejaron de que no hay condiciones para su asistencia.

María Refugio Jiménez, vocera de la sección 9 --que agrupa a más de 58 mil maestros de preprimaria y primaria del Distrito Federal-- sostuvo que el SNTE se ha cerrado al emitir la convocatoria para la elección de delegados al congreso, lo que pone en duda su presencia en el mismo.

A su vez, un bloque democrático de la sección 10 calificó de ilegal e ilegítimo el congreso, pues en conferencia de prensa aseguró que servirá para que la ex lideresa del SNTE y dirigente del sector popular del PRI, Elba Esther Gordillo, avale la plataforma educativa de Labastida con tintes privatizadores.

La participación de los maestros disidentes de la sección 10 no es segura, explicó Carmen Rueda, debido a que sólo tras la presión de los profesores el SNTE aceptó publicar la convocatoria para la elección de los delegados al congreso, pese a que debió hacerlo con 30 días de anticipación.

Cuestionaron además que los delegados no sean electos en asambleas delegacionales, sino en un ''extraño'' formato denominado jornadas electorales, en el que se espera ''mano negra'' del sector institucional para poder contar con el mayor número de representantes y evitar así la presencia de profesores democráticos.