JUEVES 6 DE ABRIL DE 2000

* 36 mil 750 millones de dólares más de lo previsto por el gobierno: Cepal


Costó el rescate bancario 92 mil mdd

* Según el organismo, el financiamiento con fondos públicos llegó a representar 19.3 por ciento del PIB

Antonio Castellanos * El rescate de la banca en México, calculó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), tuvo un costo financiado con fondos públicos de 92 mil millones de dólares, 36 mil 750 millones más de los 55 mil 250 admitidos por el gobierno federal; llegó a representar 19.3 por ciento de su producto interno bruto (PIB), pero no fue suficiente y ahora no hay consenso sobre cuánto se requiere para sanear a la banca.

Las autoridades del gobierno federal estiman 5 mil millones de dólares, los banqueros 8 mil y los analistas financieros 25 mil millones de dólares, cifra que podría aumentar de manera considerable si se incluyen los bancos intermedios y pequeños como Banca Promex, Banco del Atlántico y Bancrecer, que podrían requerir hasta unos 12 mil millones de dólares adicionales, precisan los expertos de la comisión.

 

Quiebra técnica; deudas 10.9 veces

superiores a su capacidad de pago

 

En un documento sobre la inversión extranjera en América Latina que se hizo circular dentro del marco del 28 periodo de sesiones de la Cepal, cuyos trabajos ministeriales inaugura hoy el presidente Ernesto Zedillo, se destaca que no obstante el proceso de rescate cubierto con recursos públicos y los capitales que llegaron de la banca extranjera, el sistema continuó técnicamente quebrado con deudas 10.9 veces superiores a su capacidad de pago.

Ante este panorama, el Ejecutivo federal propuso a la Cámara de Diputados y ésta aprobó en enero de 1999, las modificaciones a la Ley Bancaria para permitir la presencia de inversión extranjera hasta ciento por ciento a fin de fortalecer la capitalización rápida de las instituciones crediticias.

La operación de rescate del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), remplazado ahora por el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), llegó a representar más de 19 por ciento del producto interno bruto.

Desde 1996, gracias a los cambios legislativos por primera vez y en forma masiva, la inversión foránea parece buscar establecerse en el mercado mexicano.

Destaca el documento que con excepción de Citibank, hasta mediados de la presente década no existían bancos extranjeros en México. A pesar de los avances en el acuerdo comercial, las intermediarias estadunidenses, salvo la citada, no han mostrado especial interés en ingresar al mercado mexicano. Se lo han dejado a otros más "audaces como los bancos canadienses y españoles".

A partir de 1995, el Bank of Montreal y el Bank of Nova Scotia adquirieron participaciones minoritarias de Bancomer y del Grupo Financiero Inverlat; el Banco Bilbao Vizcaya y el Banco Santander, por su parte, lograron el control del Grupo Financiero Probursa y el Banco Mexicano.

A finales de 1996, los inversionistas canadienses y españoles eran los principales en el subsector y poseían, en conjunto, 12 por ciento del capital bancario mexicano. En 1997 comenzaron a llegar algunas de las mayores instituciones financieras del mundo.

De esta forma, el Hong Kong & Shanghai Banking Corporation y el J.P. Morgan compraron participaciones en Serfin, el tercer banco del sistema mexicano, y un año después, el Citibank adquirió ciento por ciento de Banca Confía.

Dicen los expertos de la Cepal que, no obstante, estos recursos resultaron insuficientes porque el sistema bancario continuaba técnicamente quebrado, con deudas 10.9 veces superiores a su capacidad de pago, y entonces se acentuó la necesidad de capitalizar a los bancos mediante asociaciones o ventas de su control a entidades extranjeras.

En resumen, señalan, la rápida apertura del sector financiero a las entidades internacionales ha coincidido con la agudización de las dificultades de los grandes bancos mexicanos. Esto ha abierto oportunidades a nuevos entrantes, pero también ha generado algunos temores con respecto a la seguridad de las futuras inversiones en actividades financieras en México.

Y finalmente recomienda: "Para tener una economía sólida, uno de los desafíos más importantes es contar con un sistema financiero vigoroso, saludable y que funcione adecuadamente, además de recuperar su condición de institución de crédito y mejorar su conexión con el sector productivo mexicano".