JUEVES 6 DE ABRIL DE 2000
* Para toda la familia
Desde hoy, Los árboles mueren de pie, en el Insurgentes
Arturo Cruz Bárcenas * Hoy se estrena en el teatro Insurgentes la obra Los árboles mueren de pie, original de Alejandro Casona, seudónimo del dramaturgo español Alejandro Rodríguez Alvarez, cuya vasta producción tuvo a lo largo de su vida, y aun en la actualidad, una buena recepción por parte del público.
Dirigida por José Solé, con la producción de Tina Galindo, asociada con Rubén Lara, y con el trabajo escenográfico de David Antón, en esta puesta en escena participarán los primeros actores Ofelia Guilmáin, Juan Ferrara (quien por primera vez actuará con su madre, Guilmáin), Leticia Calderón y Luis Gimeno, acompañados de Rosángela Balbo, René Azoitia, Alejandro Villeli, Miguel Solórzano y Leticia Pedrajo.
Es una obra dirigida a toda la familia, lo cual ya es en sí un valor, en medio de una cartelera teatral en la que predominan ofertas para adultos. La actriz Ofelia Guilmáin definió esta creación de Casona como probadamente exitosa, de realidades, fantasías e ilusiones.
"Ojalá nos apoyen --pidió la primera actriz--; antes que nada este tipo de teatro es un desfogue. Cuando alguien lleva a una persona al teatro se da una catarsis. Si la pasas bien, te conmueves o lloras, quiere decir que te estás desahogando. Que la gente se divierta dos horas le hace bien a su alma y al cuerpo".
--ƑCuánto tiempo espera que dure esta obra en cartelera?
--Yo esperó que esté 11 años, ja-ja-ja. Todo lo que se pueda, nunca se sabe. El teatro es siempre una lotería.
Para Tina Galindo esta obra será todo un éxito. "Aquí nos ayuda que el elenco es atractivo y estará en el teatro adecuado. No hemos hecho una producción baratita. Es digna".
--ƑCómo competir ante ofertas teatrales como las de El fantasma de la ópera o El hombre de La Mancha, que son producciones millonarias?
--No podemos competir porque no tenemos el dinero que ellos tienen, no lo podemos exponer para perderlo, porque nos duele. Si ellos pierden lo canalizan hacia otros lados. Son empresas muy grandes. Yo se lo decía a Alejandro Soberón: ellos van a ser los únicos que van a producir obras musicales, porque ante lo avasallador que están haciendo, nosotros no tenemos 8 millones de dólares para poner El fantasma de la ópera. Ahora, qué bueno que ellos lo hacen. Yo, en lo personal, no lo puedo hacer. Tengo los derechos de Cabaret y a lo mejor me asocio con Soberón para instalarla.