El voto útil es por Cárdenas
* Magdalena Gómez *
La dinámica de las encuestas está entrando en un juego perverso para el proceso democrático. La lectura política de sus resultados ha creado tal clima que coloca al acto del sufragio como un mero trámite que fatalmente confirmará resultados anticipados. Así tenemos un ambiente de ganadores y perdedores en el que más que captar el sentir del electorado lo está "construyendo".
En este contexto destaca el falso dilema entre Labastida y Fox identificados como la continuidad o la supuesta alternancia, mientras que la verdadera posibilidad de un cambio de régimen representada por Cárdenas se ubica crecientemente en el terreno del voto perdido.
El peso atribuido al PRI refleja que la inercia del aparato y el corporativismo asociado a él aún les dice algo a los electores, que son partícipes de una cultura política generada por la persistente acción de los resortes y mecanismos que han caracterizado el llamado partido de Estado.
El avance del PAN, por su parte, obedece a diversos factores que van desde el abaratamiento del discurso y su sustitución por criterios de marketing, hasta el interés de sectores de poder internos y externos que lo ven como cambio útil y válvula de escape de la imagen desgastada del PRI por un esquema de alternancia sin riesgos.
Sin embargo, el que hoy estemos ante un proceso electoral con garantías frente al fraude, es producto de los logros de un movimiento social de oposición que durante décadas ha cuestionado el sistema electoral y ciertamente ha logrado triunfos en esta materia.
Pese a estos avances, las diversas campañas y el manejo de los medios sobre los mismos muestran inequidades que evidencian que la equidad y transparencia de las elecciones rebasan el día del sufragio y atañen a todo el proceso previo. También muestran que la alternancia por sí misma no garantiza el cambio de régimen.
En este marco debemos ubicarnos para analizar la implicación de la posición que algunos intelectuales están asumiendo en el sentido de festejar anticipadamente como un "gran avance" que se logre cambiar al PRI por el PAN. Y así algunos se preparan a abandonar su voto tradicional por la izquierda bajo la tesis de que no es inteligente el voto por principios. Otra versión manida de que el fin justifica los medios.
Este peligroso proceso de reconversión ideológica empezó primero por cuestionar a Cárdenas y al PRD defendiendo la necesidad de fortalecer a los partidos pequeños, también de oposición al PRI, para ubicarse ahora en una nueva variante del pragmatismo que hace abstracción del nuevo proyecto de nación que propone Cárdenas y omite toda consideración sobre la ausencia de divergencia de fondo entre el labastidismo y el foxismo. No en balde el PAN ha declarado que en los dos últimos sexenios el PRI le robó su programa, sobre todo en materia económica.
No olvidemos que el voto por Cárdenas lo es por quienes seguiremos empeñados en modificar el modelo neoliberal y desterrar la cultura y prácticas priístas, aunque éstas se vistan de Fox.
Por ello resulta necesario abrir el debate sobre la implicación de esta posición. Cada voto que se reste a Cárdenas abonará el debilitamiento de este amplio y diverso espectro que ha tenido por décadas el eje común de la lucha por la democracia. Sin duda este movimiento será más necesario que nunca si se consolida el gatopardismo foxista en el poder. *