En Washington, antiglobalizadores preparan protestas
Renace el fantasma de Seattle
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 5 de abril * Bajo los cimientos del rechazo que se generó en Seattle a fines del año pasado, miles de activistas desempolvan sus estrategias de protesta contra la globalización del capital: adquieren máscaras antigás, reconstruyen títeres y enormes mantas, redactan nuevos panfletos, entonan canciones y aprenden nuevas técnicas de desobediencia civil, para usarlas durante una semana de acciones en Washington, que culminarán en un acto de protesta durante la reunión anual del FMI y el Banco Mundial los días 16 y 17.
''En Seattle demostramos que el poder popular puede enfrentar a los instrumentos de la globalizacion empresarial y ganar", explicó Kevin Danaher, activista de Global Exchange, uno de los 19 grupos que organizan la manifestación. ''En abril, en Wa-shington DC, demostrare- mos que el FMI y el Banco Mundial no han aliviado la pobreza global; al contrario, la han exacerbado''.
La policía de la capital estadunidense también se prepara para las acciones de protesta mediante la adquisición de reservas de gas lacrimógeno y balas de hule, y ha iniciado programas de capacitación especial para unos mil 400 oficiales que se encargarán de mantener el orden. La policía municipal se coordinará con la FBI, el Servicio Secreto y la Guardia Nacional en caso de requerir mayor apoyo.
Por su lado, líderes empresariales y firmas de asesoramiento para el sector privado incrementaron sus advertencias sobre las dimensiones de la oposición y las ''alarmantes'' consecuencias que tuvo Seattle para los intereses corporativos.
''Estas batallas de alto perfil permitirán que los activistas puedan institucionalizar y consolidar aún más sus avances, incrementar su coordinación, generar más atención de los medios y ampliar sus ofensivas contra los intereses empresariales'', señala el memorándum preparado en Washington por el bufete de abogados Black, Kelly, Scruggs & Healyd para sus clientes corporativos.
"Lo que es menos entendido ųpero tal vez más significativoų es la capacidad potencial de las coaliciones emergentes de estos grupos para impactar seriamente los intereses corporativos de más largo plazo. Seattle no fue una anomalía, y el mensaje antiempresarial de todos los grupos que participaron allí en noviembre no es un fenómeno temporal''.
El memorándum enviado a clientes empresariales, copia del cual fue obtenido por La Jornada, incluye una lista de 40 organizaciones sociales claves detectadas como las organizadoras de las protestas en Seattle, durante la reunión de la Organización Mundial de Comercio en diciembre de 1999.
Uno de los grupos identificados en la lista es el Ruckus Society, clave en la organización de las movilizaciones y acciones de desobediencia civil que cerraron el centro de Seattle. Este mes, el Ruckus Society organizó un campamento de entrenamiento para tácticas de resistencia no violenta en el que participaron 80 activistas de todas partes del país.
Los instructores en el campamento de Florida, programado para las vacaciones académicas de primavera de las universidades estadunidenses, ofrecieron cursos en diversas tácticas: escalar edificios para montar mantas, construir barreras humanas con cadenas y tubos para dificultar la tarea de los policías, protección contra el gas lacrimógeno y contra otras formas de control que utilizan los agentes de seguridad pública.
Una parte importante del entrenamiento en Florida, así como en actos similares realizados en Nueva York, Detroit y otras ciudades en los últimos tres meses, se centró en técnicas de comunicación durante acciones de protesta con el uso de teléfonos celulares, silbatos y señales de mano.
Aunque una buena parte de los participantes en estos seminarios de resistencia son estudiantes universitarios y jóvenes activistas ambientales , los organizadores informaron que, después de la experiencia de Seattle algunos sindicatos también enviaron a sus miembros a capacitarse.
Entre los que acudieron este mesa la semana de entrenamiento en Florida estuvo Bill Carey, trabajador siderúrgico de Gary, Indiana, quien dijo que los sindicalistas que están batallando contra empresas por sus prácticas laborales se han dado cuenta que pueden forjar alianzas con ecologistas y otros activistas. "Esto es algo que ha crecido de forma natural para nosotros", dijo Carey al diario St. Petersburgh Times.
Nadine Bloch, una vocera de la Movilización por la Justicia Global, coalición que está organizando las protestas en Washington para abril, indicó que el objetivo es construir sobre la experiencia popular que dejó Seattle y atraer a esas nuevas alianzas que nacieron allí a Washington para llamar la atención global sobre las políticas del FMI y el Banco Mundial.
"Los ministros de Hacienda y los burócratas internacionales que dan forma a la economía mundial para enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres necesitan entender que Seattle no fue sólo un tope en su camino a la dominación global", declaró la Movilización esta semana.
"Lo que afirmamos ante la OMC ųañadióų debe repetirse ante los gobernantes de la economía global. De nuevo tenemos que aclarar que los movimientos populares del mundo no se mantendrán al margen mientras los que tienen el poder sigan empobreciendo y oprimiendo a la mayoría de los pueblos del mundo y destruyendo el medio ambiente de la Tierra y sus recursos mientras se enriquecen a sí mismos y a sus empresas".
Y en esta capital comenzaron a aparecer carteles en los postes de las calles y los organizadores informan que fletaron autobuses que llegarán desde California, Canadá y Nuevo México, entre otros puntos del mapa estadunidense, para transportar a activistas a las calles de esta capital.
La vocera Bloch comentó que aunque se utilizarán tácticas no violentas, podría ser difícil para algunos funcionarios del FMI y el Banco Mundial llegar a sus reuniones. Habrá una variedad de estilos y formas de protesta: "probablemente se verá de todo, desde un servicio religioso para el Domingo de Ramos a un festival callejero. Probablemente se verán lockdowns, que son mecanismos para clausurar calles o edificios que deseamos cerrar".
Funcionarios del Banco Mundial y del FMI comentaron que se preparan para las protestas y que están abiertos al "diálogo" con los manifestantes. "Yo creo que las manifestaciones son útiles y jamás las detendré, pero prefiero abordar todo esto en discusiones" afirmó James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial.
Mientras tanto, la policía de Washington asegura que estará mejor preparada que sus colegas en Seattle. "(Los manifestantes) pueden ejercer sus derechos de libre expresión", declaró el jefe asistente de policía, Terrance W. Gainer. Pero advirtió: "No aguantaremos la desobediencia civil que lleva a romper ventanas, quemar coches y aventar piedras contra la gente.... Los arrestos serán rápidos, ágiles y seguros".
Sin embargo, como comentó un funcionario del FMI a estos corresponsales, estos manifestantes ya tienen experiencia. O sea, no están particularmente asustados.