LUNES 10 DE ABRIL DE 2000
Ť Catherine Breillat, directora de la cinta Romance
Respeto el tabú, pero no por ello no lo puedo transgredir
Ť La gente califica de pornografía un trabajo de sexualidad, dice
Carlos Bonfil Ť La directora francesa Catherine Breillat concedió a La Jornada la siguiente entrevista durante la celebración del cuarto Festival de Cine Francés, en noviembre pasado, en Acapulco. La ofrecemos a nuestros lectores, ahora que pueden apreciar su polémico filme Romance, que se exhibe en salas comerciales.
-ƑNo es paradójico hablar de pureza, a propósito de una cinta que algunos califican de pornográfica?
-Cuando comencé a buscar una actriz para Romance la quería para un papel de institutriz. Lo ideal para el realismo habría sido una mujer con más edad que Caroline, de 25 o 30 años. Me dije sin embargo que dado el carácter tan sexual de algunas escenas, hacía falta un rostro de pureza, una virginidad de pensamiento. En los sets cinematográficos me di cuenta de que los actores con miedo a exponerse físicamente tienden a controlarse, pues les parece que en una escena de amor tienen que controlar su imagen, y que cualquier cosa que se salga del orden será algo necesariamente sucio. Sucede justamente lo contrario: entre más se controlan, más sucio se vuelve todo, y en cuanto se liberan de ese control y avanzan, surge una pureza increíble en las escenas más escabrosas. En mis películas anteriores me retenía un poco más que en Romance, pero aquí sentí que podía pasar al acto, que no sería solamente un juego, que no se simularían las cosas, que conservarían ese carácter de pureza que yo llamo un tránsito del tabú. Pienso que en sexualidad hay una mala comprensión y utilización de esa palabra. Tabú no quiere decir prohibición ni vergüenza. Es un lugar a fin de cuentas iniciático, ya que curiosamente es el lugar de la transfiguración. Es el lugar más orgánico del cuerpo y como nos provoca miedo, es también un lugar casi maldito. El cine pornográfico trata de decir que la sexualidad se limita a hechos sexuales, a una gimnástica sexual, pero en realidad ésta escapa totalmente a la carne. El tabú es el momento en que transformamos ese ritual sexual mecánicamente muy pobre, bastante mediocre, y lo transfiguramos mentalmente en algo inmenso que nos eleva por encima de nosotros mismos hasta hacernos tomar una conciencia superior que deja de ser una conciencia carnal.
-Sorprende en su cine, y en el de varias otras realizadoras francesas, la recuperación explícita del deseo femenino.
-Cuando escribí el guión de la película, toda la parte sexual era un descenso a los infiernos. Era una degradación, con todo lo que hay de romántico en una autodestrucción. Todo sucede como una prueba inciática de pureza. En la vida se da algo parecido. Pertenecemos a una especie totalmente distinta a la de los animales, y nuestra gran diferencia con ellos es el lenguaje, que no es para mí la palabra, sino el pensamiento. En las demás especies la sexualidad sirve sólo para la reproducción. En nuestro caso, ya no sucede lo mismo. Mediante ella buscamos un ideal, se ha vuelto algo trascendente. Pero los filósofos no siempre lo ven así. A la sexualidad se le sigue repudiando, como si fuera algo obligadamente salaz, algo que pertenece al mundo del consumo. El consumo sexual es la miseria sexual. El sexo sin sentimientos o el de la autodestrucción es también, evidentemente, miseria sexual. Todo mundo lo practica, las mujeres tanto como los hombres. Si a los hombres les perturba ver a una mujer que consume sexualmente, eso no cambia nada al asunto. Con todo, creo que cuando se establece una relación entre un hombre y una mujer, se trata de un contacto amoroso que escapa al ámbito del consumo. No hay por qué tener miedo. Es cierto que también las mujeres se ven tentadas por ese consumo, pero cuando uno conoce a alguien y sitúa la sexualidad a otro nivel, y de golpe se encuentra en una situación amorosa, es como si se tratara de una virginidad recobrada. El amor es un ideal, todo mundo posee una pureza en sí insatisfecha, que se puede a menudo reprimir, pero que busca resurgir todo el tiempo.
''Hemos fabricado leyes que dicen que las mujeres no tienen derecho al deseo. O que este deseo se debe someter al deseo de los hombres. ƑPero qué es ese deseo masculino hacia mujeres que no los desean? Es cierto que todo ser humano tiene miedo del cambio, y es cierto que es un cambio radical que las mujeres se decidan a existir, Ƒpero qué tipo de mundo es ese donde sólo existen los hombres, mientras a las mujeres se les mutila desde su edad más temprana, haciendo leyes muy opresivas contra ellas para tratar de que jamás comprendan quiénes son? Es como los japoneses, que les hacían más pequeños los pies a sus mujeres para que no pudieran correr. También se pensó en no darle instrucción a las mujeres para poder decir: "Vean, pues, son más tontas que los hombres". Un ser humano que no se educa se vuelve tonto; todo ser humano que no es amado también se vuelve tonto. Y pienso que las mujeres no han sido históricamente amadas, por lo que les tomó más tiempo volverse inteligentes: era más complicado.
-Hay en la cinta la reivindicación de un espacio de libertad sexual y de un derecho a la intimidad, Ƒsignifica esto la necesidad de romper con un tabú social?
-Estoy en favor del tabú, pero respetarlo no quiere decir que no se le pueda transgredir. Ni romperlo ni prohibirlo. Un ejemplo muy claro: las prohibiciones sexuales. Entiendo muy bien que se hagan leyes para proteger a los niños de un abuso sexual, porque ellos recorren su propio camino, muy íntimo, en cual no tenemos derecho a intervenir. Comprendo que haya leyes para protegerlos, son necesarias, y en mi opinión no lo suficientemente represivas en lo que concierne a crímenes sexuales. ƑPero que se hagan leyes sobre la sexualidad privada entre adultos en nombre de la moral? ƑLa moral de qué, de quién? ƑRespetando a qué individuo? El sexo es algo íntimo, algo oculto, como el sexo mismo de las mujeres. Por supuesto que no es algo que se exhibe con facilidad. El tabú puede tener un sentido iniciático, un sentido muy noble: no es accesible para aquellos que todavía no pueden ni comprenderlo ni merecerlo.
-ƑQué recepción tuvo su película en Francia?
-En un momento dado, al hacer este tipo de películas, me encontraba muy sola en Francia, y se me atacó con fuerza. Cada vez que una habla de sexualidad la gente busca decir que se trata de cintas pornográficas. Lo que en realidad quieren decir es que la sexualidad es en sí siempre escabrosa. Y aun cuando no hacemos porno, la reacción es siempre la misma. Hoy existe en mi país una especie de eclosión de mujeres que dirigen cine, con una inspiración muy propia, y todas hacemos una película común, con elementos parecidos, flagrantes. Desde que no estoy sola, tengo la impresión de que súbitamente -a pesar de ser ésta la "peor" de mis películas, por la cual normalmente debí haber sido lapidada- no se trataba de la obra de una mujer solitaria. Romance era una película esperada y ya nadie la reprimiría. El rechazo vendría después, por aspectos de moral y de sexualidad, a propósito de cosas que a mucha gente aún les parecen justificadas, como decir: "hay que preservar la dignidad de la mujer" o "la mayor cualidad de la mujer es el pudor". Pero el pudor es un complejo, quiere decir que tenemos algo horrible y que hay que esconderlo. Eso es lo que para mí significa el pudor. No se trata de una cualidad.