MARTES 11 DE ABRIL DE 2000

* Reaparece en escenarios nacionales la obra de Igor Stravinsky


La historia del soldado busca probar que con la fantasía el mundo se transforma

* Al final, el diablo es el que gana porque ilusión y felicidad siempre fenecen: Noemí Brickman

Angel Vargas * La austeridad de recursos suscitada por la Primera Guerra Mundial obligó a Igor Stravinsky a echar mano de hasta lo imposible para que la expresión de su creatividad no se viera sumergida en un impasse, que sin duda sería lamentado por siempre.

Con La historia del soldado, emergida a la luz en aquella época oscura de la humanidad, el creador ruso dejó constancia de que lo magistral de cualquier obra está determinado por su capacidad de transformar el mundo con la fantasía, más que por grandes despliegues económicos en su montaje.

El devenir del tiempo habría de reafirmar la importancia de esta creación, de cuyo libreto se encargó F. Ramuz y la cual involucra a la música, el teatro y la danza para reinterpretar, con sus particularidades, el mito faústico, ya que se cuenta cómo un militar es seducido por el mismísimo chamuco para que intercambie su alma ųsimbolizada con un violínų por riqueza y placeres.

 

El violín, personaje central

 

A comienzos de los años noventa el montaje que Alejandro Aura hizo en el Palacio de Bellas Artes, de la versión original, fue calificado como todo un acontecimiento. Más de un lustro después La historia del soldado reaparece en escenarios nacionales, pero ahora en la versión de Noemí Brickman y bajo la dirección de Victoria Rodríguez, quien además es bailarina y coreógrafa.

Fue el anhelo por interpretar la música de Stravinsky lo que condujo a Brickman para emprender este proyecto, apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes: ''Es una historia que los violinistas soñamos en tocar; es dificilísima, un gran reto y puedo calificarla como única, por su forma y la dotación, además de que el violín tiene la parte protagónica, tanto en la música misma como en la escena. Es un símbolo, pues el violín es el alma que el soldado intercambia por riquezas al diablo, quien al final gana, porque la ilusión y la felicidad siempre tienen un término.

''Es un mito como el de Fausto, un cuento con ese mismo mensaje. Siempre había tenido la inquietud de tocar esta música, además de que es una obra que se presta muy bien a la realidad mexicana. Tiene un ambiente particular que me recuerda a Juan Rulfo; hay todo un juego de ilusión, fantasía, realidad e irrealidad muy compatible con la realidad y la irrealidad mexicanas contemporáneas."

La violinista ųquien con cinco de los siete músicos participantes en la obra es integrante de la Filarmónica de la Ciudad de Méxicoų resalta que a diferencia de gran parte de las obras de teatro, en La historia del soldado la música no es elemento de apoyo, sino uno de los personajes centrales.

''La mayoría de la acción es la música misma. Está totalmente intercalada con el texto. Quise hacer la versión original porque me parece que la música pierde por sí sola. Stravinsky hizo la suite para ser tocada en concierto, lo cual se ha hecho muchas veces, pero considero que no se logra lo que propone la idea original. La historia es juguetona y cómica, muy colorida, pero también muy profunda, y nos llega a cada uno de nosotros".

 

Ni ópera, ni ballet

 

Por ser la primera ocasión que se enfrenta con la partitura del compositor ruso, Brickman reitera que demanda mucho virtuosismo de los intérpretes, ante su gran dificultad. En escena la complejidad aumenta, apunta, por ello se determinó que el director musical (Jorge Mester) no estuviera en el escenario, pues complicaba el trabajo actoral.

''Se supone que La historia... es antibélica, aunque no está implícito. Fue concebida como una obra para el pobre, porque la austeridad debida a la Primera Guerra mundial obligó a Stravinsky a crear algo que requiriera pocos recursos para su montaje. Por eso no es una ópera ni un ballet completos, pero con ella quedó demostrado que con pocos recursos se puede dar mucha riqueza. El montaje busca lograr esa magia, demostrar que con la fantasía se transforma al mundo", concluye la intérprete.

(La obra se presenta en el Foro Experimental del Centro Nacional de las Artes, los martes y los miércoles de abril y mayo ųa excepción del 26 de abrilų, a las 20:00 horas. El reparto lo integran los actores Ari Brickman, Arturo Reyes y Manuel Poncelis, la bailarina Djahel Vinaver y los músicos Jean Hay, Lucy Mackall, Gabriela Jiménez, Víctor Flores, Gustavo Rosales y Christopher Thompson.)