LAGUNA VERDE: ADVERTENCIA ATENDIBLE

Las declaraciones del ingeniero nuclear David Lochbaum sobre posibles riesgos en la operación de la Planta Nuclear Laguna Verde (PNLV) de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) constituyen un dato preocupante que debe ser evaluado por las autoridades responsables, por el Poder Legislativo y por la opinión pública.

El especialista, miembro de la UCS (Union of Concerned Scientists, organización que agrupa a científicos preocupados por las posibles consecuencias nocivas derivadas de los malos usos de la tecnología), da una versión inquietante de la inspección realizada en noviembre del año pasado en la instalación referida por la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO). Por desgracia, el informe correspondiente, debido a políticas de la institución no puede ser divulgado, y ello genera una situación de incertidumbre en la que no se cuenta más que con dos posturas contrapuestas: la de la CFE, en el sentido de que la evaluación refiere condiciones de seguridad "aceptables", y las versiones de organismos como la propia UCS y Greenpeace, según las cuales Laguna Verde opera en condiciones de seguridad inaceptables y riesgosas para trabajadores de la propia planta y para las poblaciones de la región.

Ciertamente, las advertencias sobre los peligros en la operación de Laguna Verde han sido insistentes; vienen desde los tiempos en que la planta estaba en construcción y no pocas de ellas han sido formuladas por técnicos mexicanos que trabajaron en algún momento en la propia instalación nuclear.

Por otra parte, el propio gobierno federal afirma que la CFE opera con escasez de recursos, y tal ha sido el principal argumento en el empeño de privatizar segmentos de la generación eléctrica; cabe preguntarse, si la penuria es verídica -y no mera coartada para justificar el traspaso de porciones de la industria a la inversión de particulares-, en qué medida han tenido impacto los costosos y complejos sistemas de seguridad que deben estar presentes y vigentes en un reactor nuclear.

De cualquier forma, lo anterior da elementos de verosimilitud a lo dicho por Lochbaum y, ante la imposibilidad de hacer público el informe de WANO, parece necesario que las dudas sean despejadas por un equipo de técnicos y expertos nacionales e internacionales no comprometidos con prácticas de confidencialidad y que Laguna Verde sea inspeccionada con total transparencia. La sociedad tiene derecho a saber si esta planta, propiedad de la nación, es segura, y en qué medida, o si su operación entraña riesgos inaceptables.