MARTES 11 DE ABRIL DE 2000
* Reunión privada de Azcárraga Jean con Adal y personal de noticiarios
Obligado, Ramones se disculpa con reporteras
Fabrizio León * Emilio Azcárraga Jean mandó llamar a las reporteras de Televisa y algunos de sus compañeros para que Adal Ramones les ofreciera una disculpa personal por las "bromas" que hizo el pasado martes 4 en su programa Otro Rollo, cuando parodiaba las renuncias de Guillermo Ortega y de Jacobo y Abraham Zabludovsky, según fuentes cercanas a la oficina de la presidencia ejecutiva de la televisora.
En la emisión del citado día, el conductor se refirió de manera poco elegante a las múltiples relaciones que habría tenido Ortega con las reporteras, al grado de llamarle "el rey del preservativo", lo cual causó irritación en el personal femenino de noticiarios del monopolio, y en varios de sus compañeros.
Durante una reunión tensa, Azcárraga Jean llamó la atención a Adal Ramones. Señaló que en Televisa por "ninguna razón se puede ofender de esa manera al personal" y pidió una explicación y la disculpa correspondiente a las reporteras, no sólo de Ramones, sino también del director de Contenidos.
Adal Ramones, visiblemente nervioso, insistió en que no había sido su intención faltar al respeto y titubeante pidió que lo disculparan, pero una reportera dijo que "eso no es suficiente", ya que la ofensa había sido en público.
Por su parte, un conocido conductor en tono molesto reprochó a Adal Ramones su falta de sentido común, pues en el equipo "habemos varios hombres que defendemos a nuestras reporteras, sobre todo cuando se trata de imputaciones de honor". Tras solidarizarse con ellas, dijo "... acuérdate que no estamos mancos", ante el nerviosismo y palidez de Adal Ramones, quien frente a Azcárraga Jean se desbarataba en disculpas.
El acuerdo final: hoy en el programa Otro rollo, Adal Ramones y su equipo darán una explicación y pedirán perdón a todos los ofendidos.
Desde el pasado 6 de abril, Azcárraga Jean había hecho "un severo regaño" al conductor, y éste, por medio de diferentes cartas, se había dirigido al presidente del consorcio y a los periodistas que renunciaron explicando que su sketch no pretendía ofenderlos.
En tanto, Abraham Zabludovsky dijo que Adal Ramones era "un lacayo" y que sólo servía a su amo, en respuesta a los comentarios en los que Ramones insinuaba su afición al trago y las tablas para evitar que ese estado etílico se notara ante las cámaras.
A ver si no sucede lo que en la película La oveja negra: de tanto disculparse fue más caro el remedio que la enfermedad.