MARTES 11 DE ABRIL DE 2000

* Putin habla con todas las fracciones legislativas


Discuten en Rusia la ratificación del tratado START-II con EU

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 10 de abril * En una decisión insólita, el presidente electo Vladimir Putin invitó hoy a participar en una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, máxima instancia donde se discute y formula la política exterior y de seguridad del país, a los coordinadores de todas las fracciones representadas en la Duma, Cámara baja, incluidos los líderes de la oposición.

Se trató de una reunión a puerta cerrada, pero es fácil deducir que el tema central no fue articular una respuesta coordinada a la reciente recomendación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) al comité de ministros de Exteriores de los países miembros, de iniciar el procedimiento de expulsión de Rusia.

Es de suponer que se debatió un asunto más delicado: la ratificación del Tratado de Reducción de Armamento Estratégico (START-II, por sus siglas en inglés).

El Tratado, firmado en enero de 1993 y ratificado por el Senado de Estados Unidos en 1996, reduciría los arsenales nucleares de Rusia y Estados Unidos a 3 mil 500 ojivas nucleares por cada parte. En los últimos años, Moscú chocó invariablemente con la negativa de la oposición en el Parlamento, que ni siquiera quiso volver a poner en el orden del día el tema desde los bombardeos de Irak por EU en 1998.

Asumiendo ahora la opinión defendida por el gobierno, el Comité de Relaciones Exteriores de la Duma, con 11 votos a favor y siete en contra, recomendó ratificar el START-II, que podría ser sometido a votación de la plenaria este viernes, aunque también se manejan fechas posteriores.

La actual composición de la Duma hace más factible la ratificación del START-II, pero no hay garantía de que se alcance el mínimo necesario por el rechazo de la bancada comunista y de sus aliados, así como de otros legisladores que no están muy convencidos de los argumentos del gobierno.

El Kremlin sostiene que la ratificación del START-II corresponde a los intereses de Rusia porque la economía del país no está en condiciones de soportar la nueva espiral armamentista que representaría renovar el arsenal nuclear, más aún que se tendría que realizar un gasto adicional de persistir Estados Unidos en su intención de revisar unilateralmente los términos de otro Tratado, el de Misiles Antibalísticos, ABM, suscrito en 1972.

La insistencia de Moscú en que se ratifique el START-II obedece a que la mayoría de los misiles intercontinentales están próximos a cumplir su plazo de servicio y la capacidad de producción anual de los nuevos cohetes, los Topol-M, apenas llega a las 30 o 40 unidades. Se necesitarían entre 10 y 15 años para poder renovar por completo los misiles intercontinentales, de mantenerse el actual techo de ojivas nucleares, del orden de las 6 mil 500.

 

El último argumento del Kremlin

 

Según ha trascendido, en la reunión del Consejo de Seguridad, el líder del partido comunista, Guennadi Ziuganov, y su aliado agrario, Nikolai Jaritonov, reiteraron la negativa de sus respectivas bancadas a ratificar el START-II. Para ellos, el arsenal nuclear, en tanto que factor de disuasión, es el único argumento que le queda a Rusia para garantizar su seguridad. El Kremlin atribuye el rechazo de la oposición a otro tipo de consideraciones: mientras más se involucre el gobierno en el gasto militar menores recursos podrá destinar a atender las necesidades sociales, lo cual lleva agua al molino del Partido Comunista pues aumentaría el descontento de la población y, en esa medida, el número potencial de sus seguidores.

 

Cooperación estratégica

 

En tanto, el rechazo de la APCE hacia Rusia no es tan apremiante, pues pese a su "seria preocupación" por el sufrimiento de la población chechena, la Unión Europea afirmó hoy en Luxemburgo, que le interesa conservar una cooperación estratégica con Rusia.

La oferta de diálogo de la Unión Europea se basa en las conclusiones presentadas por sus emisarios que visitaron Moscú el pasado fin de semana, Jaime Gama, el canciller de Portugal, país que desempeña la presidencia en turno, y Javier Solana, el máximo responsable de política exterior y seguridad de la Unión.

Tanto Gama como Solana, al dejar en claro que la APCE propone y los países miembros disponen, trajeron a Moscú señales inequívocas de que las sanciones recomendadas por la Asamblea no serán instrumentadas de manera inmediata, concediendo en los hechos el "periodo de prueba" que los legisladores rechazaron de último momento en Estrasburgo.

La intensa actividad diplomática, que se observa de unos días para acá y que continuará a lo largo de la presente semana, apunta a que Rusia y Europa comparten la visión de que es necesario mantener los puentes, si bien Moscú se reserva el derecho de tomar represalias contra la APCE. Probablemente este martes, la Duma haga pública su respuesta oficial a la decisión de la APCE de suspender el derecho al voto de la delegación rusa.