MIERCOLES 12 DE ABRIL DE 2000
Ť Theatre Cryptic ofrecerá dos últimas funciones en el Jiménez Rueda
Electra, personaje enfebrecido y acosado por la venganza y el dolor
Ť Montaje con la dramaturgia de Clare Venables y la dirección de Cathie Boyd
Ť Orestes sólo sirve como intrumento frío para consumar la venganza por la muerte de su padre
Carlos Paul Ť Si Orestes no consuma la venganza por el asesinato de su padre, sufrirá, pero si lo venga matando a su madre (quien victimó a su progenitor) será un hombre vil y su dolor aumentará. Si Electra (hermana de Orestes) prolonga el luto por su padre, perpetúa su sufrimiento; si renuncia al deseo de vengar a su padre, su tormento se intensificará. Si Crisotemis (hermana de ambos) no se rebela ante el homicidio de su padre, salvará la vida, sin embargo será infeliz; si se rebela, será tal vez menos desdichada, pero su vida estará en peligro.
Tal es la visión que tiene la agrupación escocesa Theatre Cryptic de Electra, célebre obra de Sófocles, que se presenta en el contexto del decimosexto Festival del Centro Histórico, y cuyo montaje combina textos hablados y cantados, música, video en vivo e imágenes pregrabadas.
Con la dramaturgia de Clare Venables, la dirección de Cathie Boyd y la participación de dos actores y una cantante, la puesta en escena muestra a una Electra enfebrecida y acosada por la venganza y el dolor, que intuye, sentencia y justifica que ''de los actos terribles nacen los actos terribles".
Una desamparada, temerosa y rapada Electra (Kate Dickie) tiene como ''mortal enemiga" a su propia madre y es el eje por el que transita toda la tragedia, enmarcada en el escenario con una serie de espejos a los lados, en diagonal, mediante los cuales el espectador aprecia el movimiento de los actores desde distintas perspectivas.
Una pantalla al fondo del escenario, cuyos cambios de color buscan provocar una nueva atmósfera y en la que se proyectan imágenes pregrabadas, se suma a la escenografía, junto con dos esferas doradas, suspendidas en el aire que giran una alrededor de la otra. En esta versión, los coros se presentan como voces en off.
Diálogos que intensifican el tormento
La excelente música y ambientación sonora creada por Alistair Macdonald acompaña el trabajo actoral que se basa, más que en el movimiento, en el manejo de la voz y su sonoridad mediante la utilización de un micrófono (como es el caso del personaje de Orestes).
Se puede apreciar, en escena, más la voz que la actuación de la soprano Eurudike de Beul, quien encarna a la cauta Crisotemis y a Clitemnestra, esta última madre de Electra.
Entre los espejos, a la mitad del escenario y sentada sobre una especie de banca de madera que posteriormente se convertirá en un pequeño sillón rojo, Electra cuenta su desgracia, invoca a los dioses la llegada de su hermano Orestes (Steven Beard) para que vengue la muerte de su padre.
La lealtad de Electra hacia éste la impulsa a recriminar a la hermana su cobardía y acusar a su esperpéntica madre de ser una asesina. Diálogos que intensifican el tormento de Electra, pero que no proyectan el entramado y la fuerza de ese destino inexorable que se convierte en tragedia.
Acompañada siempre por los consejos del coro, a las penas de Electra se suma la incertidumbre acerca de si su hermano Orestes está vivo o muerto. Electra se desgarra parte de su ropa y su voz es desgarradora. Se despoja de su vestimenta y de las ganas de vivir.
La noticia llega. Orestes ha muerto y las cenizas que tiene en su regazo son prueba de ello. Sin embargo, todo ha sido una mentira.
Orestes más que presentarse físicamente, se proyecta en imagen sobre uno de los espejos, reconfortando a su hermana. Escena cuyo mérito es la sincronía entre los diálogos de la imagen pregrabada y los actores en vivo.
Los lamentos de Electra terminan. La espera y el suspenso para tramar el asesinato de su madre y su amante Egisto es breve. Orestes, casi sin conflicto interno alguno, sólo sirve como instrumento frío para lograr la venganza.
(Electra, con Theatre Cryptic, se escenifica hoy y mañana, a las 20:00 horas, en el teatro Jiménez Rueda, en Plaza de la República 154, colonia Tabacalera.)