MIERCOLES 12 DE ABRIL DE 2000
Ť El escritor mexicano Ignacio Padilla presentó su libro Amphitryon, en Madrid
Clichés del realismo mágico dañan la literatura de AL
Patricia Landino, especial para La Jornada, Madrid, 11 de abril Ť La vorágine de las editoriales parece haber alcanzado a Ignacio Padilla, quien esta mañana presentó en Madrid su libro Amphitryon, galardonado con el cuarto Premio Primavera de Espasa Calpe. No se dio abasto. Firmó decenas de libros, posó para múltiples cámaras, atendió numerosas entrevistas y respondió a un bombardeo de preguntas. Pertrechado con sus amigos Jorge Volpi y Pedro Angel Palou, quienes se hacen llamar ''la generación del crack", Padilla confesó ser hijo de Cien años de soledad, pero reiteró su ruptura con clichés o arquetipos del llamado ''realismo mágico", que tanto daño han hecho a la literatura de América Latina.
''La generación del crack aludía a una ruptura no con el boom, tan rico e importante, pero sí con una literatura posterior que incurre en clichés del realismo mágico que ha hecho tanto daño a la literatura latinoamericana". Entre éstos, a lo que también se ha bautizado con el nombre de posboom o búmerang mencionó a escritoras como Isabel Allende o Laura Esquivel, pero no se atrevió a citar nombres masculinos con esa tendencia.
En plática con reporteros en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el escritor mexicano expresó su satisfacción por encontrar un nicho de lectores que no sea tan limitado como el mexicano, en el cual los tirajes, dijo, no sobrepasan dos mil ejemplares. Para empezar, Espasa Calpe imprimió 60 mil ejemplares de Amphytrion, que esta semana comenzará a circular en librerías mexicanas.
También destacó la importancia de que las editoriales españolas se abran a autores que buscan otro público, como el del país ibérico, al cual Padilla calificó de ''excesivamente inteligente y exigente".
La suerte es una actitud ante la vida
Lo principal, dijo Padilla, ''es que tenemos algo que decir y no se limita al público mexicano" y comentó que por el momento, literariamente, México le inspira poco. Sin embargo, reconoce que es caldo de cultivo para ciertos temas, entre los cuales menciona la corrupción, la violencia y la incapacidad de convivir o de subsistir.
En otro orden, Volpi apuntó que en Playboy se hace periodismo de mucho fondo. Por ahí pasaron los escritores de la generación beat, como Jack Kerouac o William Burroughs. Estos últimos tienen una herencia literaria para algunos narradores mexicanos cuyo estilo es el ''realismo sucio".
Acerca de los escritores mexicanos o latinoamericanos que no han ganado premios, Padilla opinó que ''la suerte es una actitud ante la vida" y ''con tesón y calidad lo harán seguramente".
El joven escritor, quien vive en Cholula, Puebla, se dijo ''un metropolitano que devino ermitaño. No sé como 25 millones de personas creen que pueden sobrevivir en la ciudad de México".
Padilla, quien pasó parte de su vida en Guadalajara, se dijo hijo de Juan Rulfo, quien para algunos es el más grande narrador latinoamericano: ''Coincido con ello. Mi respeto a Rulfo. Mis primeros cuentos tienen mucho que ver con su obra".
Después de la presentación del libro de Padilla, Volpi señaló -para La Jornada- que ''los escritores mexicanos publicados aquí son contados, gracias a esa apertura de las editoriales españolas en los últimos cinco años". Destacó a Guillermo Fadanelli, quien publicó cuentos con la editorial Lengua de Trapo y está a punto de salir su novela Clarisa ya tiene un muerto, en Mondadori, de Barcelona; y Silvia Molina, quien en 1998 ganó el premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela El amor que me juraste. ''No es un juego de suma cero. Lo que se hace aquí es beneficioso para la literatura mexicana", concluyó Volpi.