MIERCOLES 12 DE ABRIL DE 2000
Ť El sinaloense tuvo una jornada de aplausos y abucheos estudiantiles
Cuestiona Labastida prohibiciones panistas
Ť María Teresa Uriarte, en contra del "feminismo" y del "indigenismo como política de Estado"
José Gil Olmos Ť Entre aplausos y abucheos, Francisco Labastida Ochoa se presentó ayer ante estudiantes de diversas universidades públicas y privadas. Al mediodía, los universitarios de Redes 2000 le pidieron apoyos y plantearon sus preocupaciones, lo que aprovechó para atacar al PAN, por segundo día consecutivo, por sus prohibiciones a minifaldas y centros de diversión en algunos estados.
Pero en la tarde, la situación fue difícil pues algunos alumnos de la Universidad Lasalle lo cuestionaron y recibieron con protestas y gritos de "šviva Fox!", al tiempo que levantaban las manos con la señal de la "V".
Lleno, el auditorio lasallista se dividió entre la aceptación y el rechazo al candidato presidencial del PRI, que por momentos alzó la voz para contestar algunas preguntas que cuestionaron su papel como funcionario, sobre todo cuando una joven le señaló que durante su gestión en la Secretaría de Agricultura "el campo fue un desastre", en Energía el petróleo bajó y en Gobernación no pudo resolver el conflicto en Chiapas.
Un grupo de estudiantes que ocupó la parte alta del auditorio y gritaba vivas a Fox protestó cada respuesta de Labastida y lanzó varias veces expresiones de "šbuuu!" cuando no le satisfacían las propuestas de empleo, educación, cultura, seguridad pública e igualdad de género que les hizo el priísta.
Sin embargo, el grupo calló en el momento en que el sinaloense repitió el mensaje que había dado en la primera reunión con estudiantes de Redes 200: "Los que prohíben a las mujeres jóvenes, o no tanto, usar minifalda, no están en mi partido ni soy yo el que las prohíbe. Los que cierran lugares de reunión, baile o diversión para los jóvenes porque, dicen, son antros de vicio o perdición, están en otro partido. Los que pretenden educar a los jóvenes partiendo de la palabra 'cállate', complementada siempre con el 'yo sé más que tú', son los partidos del cambio pero en reversa, porque también hay cambio para atrás, no sólo para adelante".
Sostuvo, en medio del silencio, que su apuesta es por el cambio hacia el progreso, no para el retroceso, y remarcó: "Los que siguen pensando que las mujeres, que las chavas, asisten a la universidad para buscar marido, son los que tienen la cabeza llena de prejuicios contra la mujer y le niegan la igualdad de oportunidades".
Los jóvenes lasallistas, que ingresaron al auditorio con un pase especial proporcionado en las coordinaciones de sus respectivas carreras, se dividieron. Los de abajo y parte media aplaudieron a Labastida y los de arriba lo abuchearon y protestaron cada vez que tuvieron oportunidad.
Una decena de preguntas le hicieron en el encuentro de casi una hora. "ƑQué le ofrece a los pobres?", interrogó uno de los presentes entre aplausos; otro le inquirió si el PRI seguiría encubriendo la corrupción de funcionarios y uno más le espetó: "No le creo, es una farsa".
El sinaloense trató de convencer a los renuentes a su propuesta de cambio. "Yo hablo con la verdad, de frente y mirando a los ojos", les dijo casi al final del encuentro, pero recibió un "šbuuu!" de respuesta.
Horas antes, en el restaurante Santa Clara, Labastida y su esposa, María Teresa Uriarte, encabezaron una reunión con el grupo Redes 2000, creado para atraer votos de estudiantes y sectores sociales a los que no llega la estructura priísta.
Cinco jóvenes leyeron, primero, sus propuestas ya redactadas. Todos priístas, los estudiantes del Tecnológico de Monterrey, Universidad Panamericana, Lasalle y UNAM expusieron demandas como igualdad de los géneros, apoyo a los deportes, más empleo y atender a las comunidades indígenas. "šSeñores de la prensa, no somos acarreados ni somos porros, este es el nuevo PRI!", reclamó Rolando Lemus, estudiante lasallista.
María Teresa Uriarte, responsable de esta organización, habló antes que su esposo y expuso la desigualdad a la que es sometida la mujer, sobre todo la indígena, por los usos y costumbres que se siguen en las comunidades. Aclaró que estaba en desacuerdo con el "feminismo" y a favor de la "evolución del ser humano", pero también contra el "indigenismo" como política de Estado, porque sólo se margina a los pueblos indios, aunque señaló que el gobierno debería trabajar directamente con las etnias para "incorporarlas" a la sociedad.
En tanto, el candidato quiso remarcar que él representa, dentro del Revolucionario Institucional, "la corriente del cambio, la corriente de la transformación", pues impulsó el avance hacia la democracia entre los priístas y por ello les pidió su voto el 2 de julio.
"Yo propongo que vayamos en primera, segunda, tercera o cuarta velocidades, pero siempre para adelante, nunca en reversa, nunca hacia atrás, nunca hacia atrás en las libertades, nunca hacia atrás en los derechos de la mujer y mucho menos en la participación de los jovenes", propuso Labastida.