* Alejandro Calvillo* *
El informe WANO: la punta del iceberg/I
El informe de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO, por sus siglas en inglés) sobre la central nuclear de Laguna Verde, celosamente ocultado y negado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al Poder Legislativo, es apenas una fotografía superficial de la inseguridad con que operan los reactores nucleares en esa central.
El informe, elaborado por 18 operadores de centrales nucleares de otros países, se llevó a cabo en unas cuantas semanas, entre octubre y noviembre de 1999, y únicamente con base en entrevistas, recorridos y documentos proporcionados por la propia administración de la central nuclear. Sin embargo, dadas las condiciones de la planta, fue suficiente para que se concluyera que personal clave en la seguridad de la misma no tiene una preparación adecuada, que no existe coordinación entre los equipos de trabajo, hay equipo obsoleto y sin operar, algunas áreas están significativamente contaminadas por radiactividad sin que los trabajadores que ingresan a ellas estén informados al respecto, ocurren accidentes y no se evalúan adecuadamente las causas y, en fin, no existe cultura de seguridad en Laguna Verde.
El 6 de enero pasado Greenpeace dio a conocer la existencia de este documento y pidió a los legisladores solicitarlo. Así lo hicieron y la CFE les respondió que no podía dar a conocer el reporte porque se infringirían los derechos de autor de WANO. La respuesta del director de la CFE, Alfredo Elías Ayub, a senadores y diputados fue acompañada de una carta del propio director de WANO, W. R. Kindlay, con fecha del 7 de enero. En ambas se declara que Laguna Verde se desempeña dentro de los estándares internacionales y que está aplicando para ser una planta nuclear de excelencia.
Las mentiras del director de la CFE al Poder Legislativo, que tienen serias implicaciones legales, y las del director de WANO, además de mostrar la complicidad del lobby pronuclear ya han sido públicamente desmentidas por Greenpeace, que dio a conocer el informe de WANO. Tanto Elías Ayub como W. R. Kindlay mintieron, seguros de que el documento nunca sería revelado públicamente. El informe, que consta de más de 170 cuartillas contiene las observaciones y conclusiones de los 18 operadores durante su trabajo de campo. La reacción inmediata de la CFE fue, nuevamente, desmentir la veracidad del documento.
Al dar a conocer el documento, Greenpeace envió copias del mismo a la Union of Concerned Scientists (UCS), el Bulletin for the Atomic Scientists y a Greenpeace Internacional, para que fuera evaluado por expertos. La primera respuesta la ha dado David Lochbaum, ingeniero en seguridad nuclear de la UCS, quien concluye en sus comentarios enviados a Greenpeace que ''si cualquier reactor de Laguna Verde sufre un accidente, con todos los problemas documentados por WANO las consecuencias podrían ser desastrosas''.
* Alejandro Calvillo es director de
Greenpeace México