JUEVES 13 DE ABRIL DE 2000

* El Kremlin busca una figura que se levante como líder de los clanes caucásicos


Rusia negocia con grupos de la diáspora chechena

* Retirado de la política, Ruslan Jasbulatov sale de su ostracismo y podría encabezar la república

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 12 de abril * En medio de crecientes presiones internacionales en defensa de los derechos humanos en Chechenia y en favor de una solución política a la guerra, Rusia busca afanosamente una figura de la diáspora chechena capaz de satisfacer a los diferentes clanes como eventual líder de la república caucásica, pero impuesto desde Moscú.

Hasta donde es posible saber en tan delicados asuntos, desde hace unos días se llevan a cabo intensas negociaciones entre el Kremlin y los grupos más representativos de la diáspora chechena, que está llamada a desempeñar un papel fundamental en el orden que se propone establecer --y de alguna manera restablecer-- Rusia para Chechenia.

La importancia de la diáspora estriba no sólo en que fuera de su territorio, sin contar a los más de 220 mil refugiados de la presente guerra, residen permanentemente más de 800 mil chechenos, esto es, cuatro quintas partes de la población total.

No menos importante es que la diáspora refleja la estructura social y los intereses de los distintos clanes, que a su vez están integrados por los llamados teyp, una suerte de agrupaciones familiares y territoriales que tradicionalmente se han erigido en máxima instancia de decisión en zonas consideradas como feudos propios en la república.

Encontrar una figura de consenso es perentorio para el Kremlin y, hasta el momento, sus diferentes apuestas han resultado fallidas. Sucesivamente se quiso atribuir ese rol a Malik Saidulaiev, el controvertido empresario designado presidente del resucitado Consejo de Estado; Bislan Gantamirov, ex alcalde de Grozny sacado de la cárcel ex profeso y que ha tenido una destacada participación al frente de su milicia, junto a las tropas federales; y el muftí o líder musulmán Ahmed Kadyrov, cuyas posiciones son fuertes sólo en la región de Gudermes.

Ninguno de los tres, al interior de Chechenia, cuenta con el apoyo suficiente para ser aceptado por la mayoría de los clanes, con lo cual más que solución devendría problema.

Todo parece indicar que, en un cuarto intento, el Kremlin está dejando que sea la propia diáspora la que escoja a su líder y que las tendencias empiezan a favorecer a Ruslan Jasbulatov.

Retirado de la política activa como presidente del Parlamento de Rusia desde que Boris Yeltsin ordenó bombardear su sede y disolvió el Legislativo en octubre de 1993, Jasbulatov salió de su ostracismo y parece entusiasmado con la idea de encabezar la república, impulsado por algunos de los principales clanes de la diáspora chechena.

Acostumbrado a no dar pasos en falso, Jasbulatov parece contar ya con el respaldo de Bislan Gantamirov, que renunciaría a sus aspiraciones de líder; Salambek Jadzhiev, ex primer ministro checheno y actual potentado petrolero, y Aslambek Aslajanov, presidente de la Unión de Pueblos de Chechenia, entre otros.

Si se convence ųy vence, en algunos casosų a los clanes que todavía ven con reticencias la candidatura de Jasbulatov, es probable que esta misma semana el experimentado político presente al presidente electo Vladimir Putin un plan de solución negociada para Chechenia.

La iniciativa de Jasbulatov, de lo poco que ha trascendido de su entorno, se basa en la creación de un nuevo órgano federal, una comisión de Estado para el arreglo de la situación en Chechenia, que asumiría las funciones de un gobierno paralelo, apoyado por el ejército ruso.

 

Nada con Masjadov

 

Aunque en los últimos días el presidente checheno, Aslan Masjadov, se ha distanciado ųciertamente de modo tardíoų de Shamil Basaiev y otros jefes militares a quienes responsabiliza de haber provocado la guerra al invadir Daguestán, y ha reiterado su ofrecimiento de iniciar negociaciones "sin condiciones previas", Moscú no lo considera interlocutor válido.

El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Serguei Ivanov, fue muy claro al responder a la enésima propuesta de diálogo de Masjadov: "Si él no tiene condiciones previas, nosotros sí".

Dichas condiciones, como el desarme completo de los combatientes rebeldes y la entrega de sus jefes militares, son incumplibles por Masjadov, que enfrenta él mismo procesos penales.

La coyuntura es favorable a la propuesta de Jasbulatov o alguna otra de similar alcance y, al margen de su viabilidad para resolver los problemas reales de Chechenia, no se descarta que sirva de tapadera ante las exigencias foráneas de iniciar negociaciones para un arreglo político.

Por lo pronto, es muy significativo el cambio de tono, inducido desde el Kremlin, en la respuesta de la Duma a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE). La declaración aprobada en lo general fue matizada a tal extremo que en la última votación se retiraron los señalamientos más duros, acorde con los esfuerzos diplomáticos que realiza Rusia para evitar una ruptura con Europa.