DOMINGO 16 DE ABRIL DE 2000
Ť Estreno mundial del espectáculo a cargo de ZKM Theatre de Zagreb
La fiesta del reino, llamado para volver a la vida
Renato Ravelo, enviado, Santafé de Bogotá, 15 de abril Ť El murió ahorcado por amor. Su amigo murió ahogado. Una fiesta es motivo de convocatoria para regresar a la vida, aunque sea para dejar abierta de nuevo la vena herida del amor por la bella Anka. La fiesta del reino es el espectáculo que el ZKM Theatre de Zagreb estrenó a nivel mundial, como uno de los actos estelares del Festival Iberoamericano de Teatro.
El teatro Faenza, cuentan, fue uno de los cines importantes en los cincuenta, con las películas mexicanas como protagonistas de su esplendor, aunque ahora se ubique en una de las zonas rojas de Bogotá y su habilitación consista en la implantación de unas gradas de madera, que recuerdan la estancia en un circo.
A la cancelación de Carmen le siguió la caída de un rayo cerca del teatro Nacional de la calle 73, que causó problemas a la representación de Linda Marlowe. Se dice que el brujo, normalmente contratatado por Fanny Mikey, le anda fallando aunque no a Ramiro Osorio, quien tiene la oferta para ser el siguiente director del Festival del Caribe en México.
Un mucho de circo tiene la puesta en escena que el director italiano Paolo Magelli realizó con el grupo croata, a la obra de Miroslav Krleza, que en 1915 escribió esta propuesta dramática que rompe con la narración tradicional. Para Magelli la fiesta es una forma de representar la decadencia, la descomposición de la sociedad que de manera inevitable se dirige hacia la guerra y la destrucción. El melodrama amoroso que sirve de hilo conductor permite acentuar estos rasgos. Magelli, quien desde 1973 se encuentra ligado a diversas manifestaciones teatrales eslavas, salió de Belgrado rumbo a Croacia porque encontró en esta zona mayor atractivo de trabajo. Por cierto, desde que en 1983 firmó con un grupo de colegas un manifiesto en contra de la corrupción del teatro en Italia, no ha vuelto a dirigir en su país natal:
''Hago teatro en la parte rica de Europa para obtener el dinero que me permita trabajar donde me gusta, con mi grupo independiente Garage Theatre''.
Absurda violencia
A la bella Anka, quien según el guión original es ahora una prostituta con viruela, le acompaña un grotesco Herkules que parece tomado de un sensacional de luchas, si este género literario existiera en la conflictiva zona croata. Janez, el enamorado, transita por el escenario con su soga como corbata, mientras la Fiesta Real de Zagreb transcurre: ''Tus labios sagrados callan un secreto muerto'', se escucha por los audífonos, en la traducción, y la sentencia es dicha de manera festiva. Aun lo más cruel que se plantea, el reclamo más severo, se acompañan de ese tono. Es como un color en la obra que también fue un sonido, que es murmullo de todos los participantes de la fiesta, sus bravuconadas, sus risas.
Por eso, de repente es posible despojarse de los audífonos y no perder el hilo de la narración. Porque más que una narración se trata de una exposición en la que de repente vuelan Herkules y Anka por dos trapecios o se descuelgan los dos amigos muertos, quienes discuten acerca de lo absurdo de la violencia de la vida en Zagreb. Un acordeón emite los acordes de la canción Amapola, y mientras la Madame y el Posadero reparten entre gritos el vino, un hombre intenta violar a una de las putas y un ciego levanta su bastón como si estuviera erecto. Todos salen corriendo por un incendio, para luego ver cómo Herkules escupe fuego.
Un secreto pasadizo entre el espectador colombiano y ZKM se abre y ante la dureza visual de la escena se produce una carcajada generalizada. Vale recordar que este fue uno de los grupos preferidos de la pasada muestra y el motivo de que este año el festival estuviera dedicado a Croacia, país en el que también se repite esa consigna colombiana de que ''la vida empieza todos los días''.