DOMINGO 16 DE ABRIL DE 2000
Ť El arte es el único vestigio del hombre, afirma el pintor zacatecano
En 200 años mis cuadros serán claves para la historia, dice Rafael Coronel
Ť Considera que su pintura no deja nada a la imaginación Ť ''La muerte es la última moda
de la vida'', define Ť Expone en el museo de la SHCP una muestra sobre sus 50 años de labor
Mónica Mateos, enviada /y II, Cuernavaca, Mor. Ť De las muchas ciudades que el infatigable viajero Rafael Coronel ha conocido, tres son su adoración: Jerez, donde nacieron sus abuelos y sus padres; Zacatecas, la capital de su estado natal, y el Distrito Federal: ''Es precioso, desde el primer día me deslumbró. Cada semana voy dos o tres veces, camino por las calles, soy anónimo, me voy a La Merced, a Tepito. No me importa el peligro; como todos, me tengo que arriesgar. Eso sí, voy espejeando, cuidándome las espaldas. A mí ya me asaltaron en la ciudad de México, hasta me apuñalaron...''
-ƑEn serio?
-šPu's luego! -dice con cierto aire de orgullo-. Fue un día que iba a una exposición a Bellas Artes... Ya sabes, se pone uno su saco y todo eso. Eran las siete de la tarde, llegué puntual, y una esquina antes, me agarraron unos tipos, me subieron a un taxi y me dieron una golpiza ahí dentro, me quitaron los diez mil pesos que llevaba (porque pensaba invitar a cenar a mucha gente), mi reloj, mi saco, mis zapatos, y me fueron a tirar a la colonia Obrera. Con el coche en movimiento me aventaron pa' fuera, pero como fui deportista supe cómo caer en el pavimento, así como James Bond, me di vueltas en el piso y me paré. Luego llamé a la policía y todo eso. Así es que conozco muy bien el DF, sé todos los problemas, la gente trabaja de una manera alucinante, en los mercados se ve un corredero de un lado para otro, los taxistas se roban el paso a cada rato y me sigue gustando... Es la ciudad más excitante del mundo, se me hace más interesante que Nueva York, Sao Paulo, Nueva Delhi o Tokio.
-Cuernavaca es más tranquila.
-šQué va! No creas que es la ciudad santa. Detrás de las bardas pasa lo que quieras; éstos muros tapan los benditos pecados que todos cometemos -suelta una carcajada-. Mira, lo bonito son los pueblos, donde hay gente que no entiende nada, no sabe lo que es un gobernador o un presidente municipal y se enreda en política sin saber hacia dónde va, por eso cae en trampas: vota por los que no quiere votar. Me gusta meterme en cualquier pueblo, gozar de todo lo que les rodea y platicar con los indígenas porque es como recibir un compendio de filosofía. Una vez me dijeron: hay que morir borracho porque si no se siente muy gacho, šmira todo lo que dice esa frase! Además, en la soledad de los pueblos hay muchísimo que ver.
-ƑQué imágenes le gusta robarse de todo lo que observa para después pintarlas?
-Por ejemplo, hice una serie de los brujos de Catemaco. Ahorita me estoy metiendo a las danzas mexicanas, pero no al folclor, sino tratando de llegar al interior del danzante; no cuando está bailando, sino cuando se sienta con su máscara tirada a un lado. Dicen que estoy haciendo neomodernismo, neoposmodernismo o neo-no-sé-qué, lo cual es un gran abanico donde cada quien hace lo que le da la gana. Lo cierto es que mis cuadros en 200 años van a ser claves para la historia del país. Y no me estoy adornando. Creo que tengo cuadros que reflejan cosas que nos interesan. Parecen obras del siglo XIX porque he querido confirmar el dibujo, hacer una pintura bien estructurada, no dejar nada a la imaginación, como lo hacen todos. Ora nomás los pintores no resuelven una cosa y embarran el color para que la gente se imagine que ahí va una mano. Pues yo pinto la mano, y pareciera que es una pintura estreñida, en un sentido estético, pero no, todo está muy bien estructurado y tiene un por qué, pues dentro de un siglo va a ser válida... bueno, y si no, me da lo mismo. Ya hice lo que pude, estoy contento pintando lo que puedo y lo que debo.
Las mujeres, obras de arte
-Ese color azul de algunas de sus pinturas, es como mirar el cielo de Zacatecas.
-Es el cielo a las seis de la tarde, cuando se está poniendo el Sol. Es el azul que miré durante siglos (soy un pintor muy viejo, Ƒno?). Lo pongo nada más para dar ambientación. Ese azul me gusta desde que era niño. Pero ya lo voy a echar pa' fuera, voy a agarrar otro fondo.
-ƑPor qué le gusta coleccionar máscaras, piezas prehispánicas, cerámica colonial, cosas antiguas?
-Porque el arte es el único y último vestigio que queda del hombre y de una cultura. Por ejemplo, hay muchos jarros en los museos, y eran p'al atole. Es que nosotros en cualquier faceta de nuestra vida hacemos arte. Las mujeres cuando se pintan hacen arte con su cara, se ponen la raya en el ojo, se pintan la boca, se miran en el espejo, se acomodan el pelo y están diciendo ''esto es estético para mí''. Cuando las veo en la calle, pienso: ahí va una obra de arte. Mientras las personas crean que su imagen va a ser vista por otro y se vistan para ello, eso es arte y es válido.
"Incluso, el último reflejo de la muerte es estético, aunque sea hierático. Desde siempre se han arreglado los cadáveres para que 'estén presentables' ante la muerte. Los egipcios embalsamaban a sus muertos, nosotros lo seguimos haciendo, los vestimos, les maquillamos la cara, les ponemos sus zapatos, para imaginar que quien ya cerró los ojos, va a lucir bien en el otro mundo para siempre. Por eso, la muerte es la última moda de la vida".
(La exposición Rafael Coronel. Cincuenta años de pintura (1949-1999) se exhibe en el Antiguo Palacio del Arzobispado -Museo de la SHCP-, ubicado en Moneda 4, Centro Histórico, de martes a domingo, de 10 a 18 horas. Estará abierta hasta el 25 de junio. Posteriormente se presentará en la ciudad de Mérida, Yucatán.)