Lourdes Galaz
Acciones concertadas
Ť La guerrilla urbana en el CGH Ť Alerta en los servicios de inteligencia y cuerpos de seguridad Ť Se exige al rector De la Fuente asuma su responsabilidad en el nuevo operativo policiaco Ť Propuestas de Cárdenas y Labastida para la universidad pública
Primera: la sociedad conoce que hay intentos de diálogo en la UNAM. Se informa que CGH y rectoría pretenden hacer política y vuelven a montar la mesa de negociaciones. Se sientan frente a frente, se lanzan recriminaciones y hasta injurias y en los hechos se acepta que el conflicto universitario no tiene mucho que ver -por ahora, claro- con lo académico, con lo financiero, con lo administrativo y con lo jurídico. Segunda: allá por el sur del DF, en San Francisco Tlalnepantla, hace su aparición un comando de guerrilla urbana (ƑFARP? ƑEVRP?), que no grupo de transgresores de la ley (como les dicen ciertos puritanos del gobierno). Según informes de los servicios de inteligencia militar, algunos miembros del CGH de la UNAM "estarían vinculados con estos grupos de guerrilla urbana". La reaparición de un comando guerrillero en la capital del país, precisamente en la comunidad donde hace unos meses se localizó y detuvo a uno de los presuntos asaltantes al cuartel de la Policía Preventiva que se llevaron un cargamento de armas, creó ahora el ambiente propicio para una alerta de los cuerpos de seguridad nacional y la preparación de un "plan especial" para atender (o crear) las contingencias en estos tiempos político-electorales.
Tercera: ante la inestabilidad en el campus universitario, la persistencia de las acciones y provocaciones del CGH y la incapacidad de las autoridades y sus operadores para asegurar la normalización de las actividades académicas, administrativas y estudiantiles, representantes del gobierno y de rectoría acuerdan en Bucareli una estrategia para evitar el nuevo cierre de la UNAM al cumplirse un año de que el CGH emprendió el paro general (20 de abril de 1999) que duró más de nueve meses. Se convino que el rector De la Fuente públicamente pidiera el apoyo de los cuerpos de seguridad para resguardar el campus. Y es que los responsables de la seguridad nacional exigen que la rectoría asuma su responsabilidad y que De la Fuente y sus personeros no trasladen las culpas a la Policía Federal Preventiva (PFP), como ocurrió en febrero pasado, cuando el vocero del rector, Alberto Pérez Blas, difundió la especie de que su jefe "no fue enterado de la hora y los detalles del operativo policiaco en CU". Cuarta: el 11 y el 12 de abril, la Coordinación de la Investigación Científica, que encabeza René Drucker Colín, y más de mil 300 académicos e investigadores, firman un desplegado en el que se dice que "ante la escalada de violencia, el aumento de la inseguridad y hasta las amenazas de muerte explícitas a miembros de la comunidad" y la advertencia (del CGH) de que se habría de "retomar la universidad", se solicita "al gobierno federal y al gobierno de la ciudad de México que provean a la UNAM con los cuerpos de seguridad para garantizar la integridad física de los universitarios y de sus instalaciones hasta que la UNAM instrumente su propio sistema de seguridad" (sic)".
Quinta: el 13 de abril se reúne el Consejo Universitario y en asamblea conoce (y aprueba) un Informe de la Comisión Especial de Seguridad para transformar el sistema de seguridad y vigilancia de la universidad. El rector De la Fuente dirige al consejo un mensaje en el que subraya: "la violencia no cesa y amenaza con reditar uno de los capítulos más sombríos y oneroso en la historia de la universidad". Más aún, hace lamentos: "ƑDónde está la universidad académica? ƑAcaso la hemos perdido ya para siempre?... si no somos capaces de rescatarla ahora, mucho me temo que no la rescataremos nunca". Y como el fin justifica los medios, ese mismo día en Bucareli hay junta urgente de autoridades de la UNAM con los responsables de la seguridad nacional. La misma tarde del jueves 13, se convino en Gobernación que desde la madrugada del sábado 15 la PFP custodiaría las instalaciones universitarias hasta el 24 de abril. Sexta: los servicios de inteligencia y de seguridad nacional aceptan que se trata de una "acción concertada"... y no precisamente en la UNAM: hay indicios de que en estos tiempos políticos se crea un clima de tensión (Ƒterror?) en el país, y en medios gubernamentales se acusa de una "participación irresponsable" de los medios de comunicación; las relaciones entre éstos y el Estado no viven un buen momento... hay muchos fierros en la lumbre.
Coincidencias: allá en Hermosillo, Sonora, Cuauhtémoc Cárdenas presentó su propuesta sobre educación superior ante la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES), el pasado 24 de marzo. En la misma ciudad, el priísta Francisco Labastida se reunió el viernes con jóvenes de su partido en la Universidad de Sonora (Unison). Detalló su propuesta para mejorar la educación superior y se manifestó porque la universidad mexicana "se empeñe en cambiar radicalmente". Labastida fue interrumpido en el discurso por jóvenes que exigieron la libertad de los presos políticos de la UNAM y manifestaron apoyo al CGH. El presidenciable del PRI ni se alteró, ni perdió el hilo del discurso. Aceptó la protesta estudiantil y la calificó como "una razonable inconformidad" por la decadencia de la universidad pública, que por cierto no es reciente, comenzó hace tres décadas. Y hoy, con el nuevo milenio, la globalización y el cambio de sexenio se abre la oportunidad para ofrecer cambios. Una sugerencia: revise las propuestas de Labastida y de Cárdenas. Tienen coincidencias, aunque la del candidato de la Alianza por México va más allá al sugerir formas de financiamiento innovadoras, como el establecimiento de un sistema de exenciones fiscales a quienes inviertan en la investigación y en la formación de maestros. Habrá tiempo después para confrontar las propuestas... se vienen días de guardar (la computadora). Hasta el miércoles 26 de abril.
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