LUNES 17 DE ABRIL DE 2000

* No toleraremos que no rindan cuentas, advierten


Activistas bloquean Washington y cercan la sede del FMI-BM

* Policías, FBI y Servicio Secreto abrieron el paso a ministros

Jim Cason y David Brooks, corresponsales; Roberto González Amador, enviado, Washington, 16 de abril * Unos 15 mil activistas lograron ocupar hoy casi todos los cruces claves de calles en los alrededores de la sede del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y con ello triunfaron al convertirse en el enfoque central de esta cumbre de ministros de Finanzas celebrada aquí.

Las autoridades tuvieron que desplegar todo el cuerpo policiaco de la ciudad, junto con agentes de la FBI, del Servicio Secreto y helicópteros, para lograr que 10 ministros de Finanzas de los 10 países más poderosos del mundo iniciaran su primera reunión esta mañana.

Pero el encuentro se celebró bajo un virtual estado de sitio en el centro de esta ciudad. De hecho, los ministros y sus equipos tuvieron que llegar a las 5 de la mañana para ingresar por la Casa Blanca a escondidas y poder entrar a la sede del FMI y el BM.

''Hoy, el pueblo de Estados Unidos declaró que no toleraremos a estas instituciones que no rinden cuentas a nadie'', declaró Beka Economopoulos, una líder de la Movilización por la Justicia Global. ''Logramos irrumpir sus reuniones a cierto grado y declarar de forma definitiva que no permitiremos que estos encuentros proceden bajo un velo del secreto''.

A las 6 de la mañana los activistas, la mayoría estudiantes universitarios, aparecieron en una zona que abarca 50 cuadras y que anoche había sido declarada como de acceso restringido por las autoridades.

Grupos de acción, cada uno de entre 70 hasta 300 activistas, ocuparon de manera coordinada más de 35 cruces de calles centrales, e impidieron el paso a los autobuses que transportaban a los delegados a las reuniones anuales del FMI y el BM.

En un cruce de la Avenida Pennsylvania, cerca del Banco Mundial, directamente frente a la embajada de México, una delegada de Alemania llegó caminando, aparentemente algo despistada, y rogó a los activistas en cinco puntos diferentes que la dejaran pasar. ''Tengo que entrar. Sin mí, la reunión no puede realizarse'', explicaba a un activista vestido como el Tío Sam. Eventualmente, la mujer se rindió y se quejó con La Jornada que la policía había fracasado en su trabajo.

''ƑDe quién son estas calles? šLas calles son nuestras!'', coreaban los manifestantes esta mañana. Filas de policías con equipo antimotín defendían un perímetro de seguridad frente a los jóvenes que, de forma paralela, defendían su perímetro de resistencia para obstaculizar el movimiento de cualquier representante a las reuniones.

Humor y efectividad guerrillera

En varios puntos, los activistas ''jugaban'' con la policía, intensificando la tensión y después aflojándola. En un cruce de las calles 1 y la 19, por ejemplo, los agentes decidieron ponerse las máscaras antigás. Los jóvenes respondieron de inmediato llamando a un grupo de títeres gigantes, acompañados por tambores y danzantes. La policía desistió.

Pero no siempre fue así. Temprano esta mañana, la policía utilizó motocicletas y bastones para hacer retroceder a un grupo de activistas cerca del Departamento de Tesoro, y abrieron paso para que pudiera ingresar un vehículo oficial. En varias ocasiones más, los uniformados usaron gas de pimienta y en momentos aislados gas lacrimógeno o granadas de humo (hay versiones encontradas) de manera limitada. En general los enfrentamientos no duraron mucho y no brotó la violencia.

Este fue un conflicto moderno del siglo XXI. Mientras la policía utilizó helicópteros para detectar huecos en las filas de resistencia de los activistas para elaborar la logística de cómo transportar y meter a los delegados a la sede del BM y FMI, los activistas usaron radios, teléfonos celulares y señales de mano para frustrar las maniobras de las autoridades.

Un lado lo hacía con toda seriedad militar, el otro con sentido de humor y, por un tiempo, con una efectividad guerrillera.

''Están bien, bien organizados... son muy creativos'', concedió el jefe de la policía de Washington, Charles Ramsey, en conferencia de prensa celebrada dentro del FMI. ''Los manifestantes llegaron y nos cercaron, y estamos haciendo lo mejor posible'', explicó.

Hoy arrestaron a unos 20 manifestantes y ayer el total ascendió a 637; durante los días previos otros 20 fueron detenidos, informó el jefe de la policía esta tarde. ''Y esto creo que todavía no ha terminado'', pero agregó que intentarán usar la fuerza de ''manera mínima''.

Varios cientos de jóvenes vestidos de negro, autollamados ''anarquistas'', corrieron de calle en calle tomando las cajas que venden periódicos, materiales de construcción y todo lo que podían recoger para erigir barreras que obstaculizaran las calles a fin de detener el ingreso de los delegados.

El olor de vinagre llenaba el aire en varios cruces pues los activistas, preparados para aguantar un posible ataque con gas lacrimógeno, habían rociado el vinagre en sus paliacates para cubrir sus narices y bocas con el propósito de reducir el impacto del gas, que finalmente no fue utilizado.

Las acciones no lograron ''clausurar'' las reuniones del FMI y el BM, pero sí tuvieron una real repercusión además de robarse la atención de los medios internacionales. Por ejemplo, las delegaciones de Brasil, Tailandia, Portugal y Francia, entre otras, tuvieron que pasar horas esperando en el Hotel Watergate y se perdieron las sesiones de esta mañana al no poder obtener transporte seguro al FMI, el cual queda a sólo unas 15 cuadras.