LUNES 17 DE ABRIL DE 2000

* Participan cientos de organizaciones por la paz, el ambiente y los derechos


Las protestas, mosaico de colores, nacionalidades e iconos

Jim Cason y David Brooks, corresponsales; Roberto González Amador, enviado, Washington, 16 de abril * ''FMI y Banco Mundial, empiecen a temblar. Los cerdos de hoy son el tocino de mañana'', decía una enorme manta cargada por manifestantes que bloqueaban una de las calles de acceso a las dos instituciones multilaterales. Jóvenes con el cabello pintado con todos los colores del arco iris bailaron junto a enormes títeres (presos políticos hasta anoche), corearon en inglés y español que ''el pueblo unido jamás será vencido'', mientras otros ofrecían consignas desde ''clausuren el capitalismo'' hasta ''más mundo, menos banco'' y ''dénle nalgadas al Banco Mundial''.

El líder boliviano Oscar Olivera (líder de la Federación de Trabajadores de Cochabamba) iba al frente de una gran marcha, junto con líderes estudiantiles, ambientalistas y de derechos humanos, ayudando a cargar la manta de la Movilización por la Justicia Global. Detrás de él, a lo largo de varias cuadras, marcharon, bailaron, celebraron, un universo de organizaciones y activistas promotores de causas diversas.

Desde los pacifistas de Pax Christi a una organización de ''bibliotecarias progresistas'', de activistas de los derechos gay a los granjeros estadunidenses junto con sus contrapartes de América Latina de la red de Vía Campesina. Pasa una manta con la leyenda ''Vivan los zapatistas'', y poco después desfilan decenas de personas vestidas de tortugas marinas --imagen ya famosa desde Seattle. También se escucha la consigna de la otra costa: ''Así es como se ve la democracia''.

Títeres de cinco metros de alto caminan junto a decenas de mujeres de edad avanzada que piden el fin de la avaricia empresarial. Una manta de unos 10 metros de largo y cinco de ancho es portada por unas 20 personas, pues es un mural móvil hecho por Greenpeace que dice que el BM y el FMI son un ''Frankenstein Mundial''.

Otro grupo cargaba títeres con los cuatro caballeros del FMI: ''Avaricia empresarial, desastre ecológico, explotación de los trabajadores y represión''.

Una flauta irlandesa, indígenas estadunidenses entonando canciones ancestrales, una y otra camiseta del Che, del subcomandante Marcos, un contingente de los Veteranos de Guerra por la Paz. Un hombre vestido de mujer grita a quien lo escuche: ''No sean putas del FMI''. Su pancarta lo identifica: ''Putas contra la explotación de las trasnacionales''.

La marcha desfila frente a los austeros edificios federales y detrás de la Organización de Estados Americanos (OEA), pasando lo más cerca posible (tres cuadras) de la sede del encuentro del FMI y el BM y regresa a la concentración en el parque ubicado detrás de la Casa Blanca para continuar la manifestación.

 

Globalizar la esperanza

 

Las Indigo Girls WORLD_FINANCE_PHOTOGRAPHER cantaron, y decenas de líderes de diversas organizaciones sociales tomaron el micrófono a lo largo del día en la concentración que se realizó en el parque detrás de la Casa Blanca. ''Los indígenas han sufrido la globalización durante 500 años'', declaró el líder indígena preso Leonard Peltier en una carta leída ante los miles de manifestantes. ''De nuestra propia experiencia les puedo asegurar que la globalización no es nada menos que el genocidio'', asegura en su texto.

Un líder de una organización de 5 mil pequeños granjeros en Missouri dijo que a lo largo de la semana su organismo se unió a las demandas de cancelación de la deuda, por detener el libre comercio, y hoy contra el Banco Mundial. Sostuvo que estas instituciones buscan ''imponer el modelo agro-fábrica en el campo de todo país del mundo'' y ''eso destruye la autosuficiencia alimenticia''.

John Sweeney, secretario general del AFL-CIO (aunque no promovió que sus bases sindicales se unieran a las protestas de los jóvenes en las calles), así como representantes zapatistas, líderes de organizaciones anti sida y de defensa del consumidor tuvieron su turno al micrófono ante un mar de jóvenes, gran parte de los cuales participaron en la primera protesta de su vida en esta capital que tantas movilizaciones ha visto a lo largo de su historia.