* Inestabilidad en mercados mundiales: Concamin
Podría derrumbarse el actual modelo de exportaciones
* México no está preparado para la apertura con Asia, opina
David Zúñiga /I * El actual modelo de exportaciones, que privilegia a las grandes empresas y a las maquiladoras en detrimento de la micro, pequeña y mediana empresas nacionales está en peligro de derrumbarse, porque no existen garantías de estabilidad en los mercados internacionales, advierte el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Alejandro Martínez Gallardo, quien reconoce que el que está por concluir fue otro sexenio "perdido" debido a la crisis de 1994-95.
En entrevista, el líder también considera que no es el momento apropiado para pensar en un tratado de libre comercio con Japón, porque México no está preparado para la apertura con Asia.
Martínez Gallardo recuerda que cuando estalló la crisis al comienzo de este sexenio había que buscar una estrategia que apoyara a las empresas capaces de generar grandes volúmenes de mano de obra y conseguir divisas. A nivel macroeconómico la estrategia funcionó, pues México se ha consolidado como exportador pero ahora "la prioridad número uno es trabajar en los cimientos de esa economía y reforzar a la pequeña y mediana empresas".
--ƑNo se hicieron las cosas al revés? Primero se abrió el país y apenas ahora se piensa en reforzar a la industria.
--Bueno, las cosas en la vida no son tan fáciles como uno quisiera. Los tiempos económicos los fija la globalidad y México no puede quedarse rezagado o detenerse a pensar si le convenía o no.
--Ya se menciona la posibilidad de que pequeñas y medianas empresas japonesas se establezcan en México para abastecer a grandes compañías de ese país. ƑNo existe el riesgo de que se desplace a las empresas mexicanas?
--En Concamin pensamos que no es oportuno negociar con Japón porque no estamos preparados. Eventualmente habría que estudiarlo; no nos cerramos a esa posibilidad, pero en este momento tenemos tareas importantes. Una de ellas es aterrizar el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE). Ya lo firmamos, pero ahora requerimos hacer todo el trabajo de campo: conocer a los clientes, saber qué productos se pueden vender allá, cuáles son los trámites y los requisitos para abrir esos mercados, hacer grandes campañas promocionales y de publicidad, así como hacer que los proveedores nos traigan sus productos. Este proceso va a tomar cuando menos un par de años, y eso a marchas forzadas. En el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) la adaptación tomó cinco o seis años.
"La prudencia nos hace pensar que deberíamos darle prioridad a lo que ya tenemos y esperar para negociar con los países asiáticos. Debemos fortalecer la base del aparato exportador globalizado, pues de lo contrario se nos va a derrumbar. Hasta ahora nos ha funcionado muy bien porque se ha apoyado en otros países, con importaciones y exportaciones, además de que las condiciones del mercado internacional lo han permitido, pero no hay ninguna garantía de que esto siga sucediendo.
"Por ello se requiere todo un sistema de cadenas productivas y proveeduría basado en las pequeñas y medianas empresas que le dé sustento a las grandes, y este es un trabajo que apenas se va a iniciar", señala.
--Una de las industrias más vulnerables ante una eventual apertura con Japón sería la electrónica. ƑQué perspectivas existen?
--Si no vemos con agrado una negociación con Japón no es porque sintamos que no tenemos nivel para competir con ellos. Nos hace falta una base de pequeña y mediana industrias y un periodo razonable para ajustarnos, pero calidad y tecnología en las empresas sí la hay y lo hemos demostrado poco a poco: la industria electrónica mexicana es el sector número dos en exportaciones (el primero es el automotriz y el tercero el petrolero).
--Pero la gran mayoría es maquila...
--La maquila no tiene nada de malo. Qué bueno que haya maquiladoras en México: han ocupado mucha mano de obra, nos han traído inversiones y nos ha dado la enorme posibilidad de ir generando una industria a través de ellas. Cuando empezó el boom de la industria maquiladora, especialmente la establecida en Jalisco, era maquiladora al ciento por ciento, pero la integración mexicana no ha cesado de crecer y en unos cuantos años podrá ser mayoritariamente mexicana.
--ƑCuál es, desde su punto de vista, la evaluación de este sexenio, considerando hechos como el aumento de la pobreza y el casi nulo apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas?
--Hay que reconocerlo: de 1994 a la fecha es muy poco lo que se hizo, principalmente porque no hubo financiamiento, trato fiscal especial ni apoyo a través de compras de gobierno. Se han hecho programas muy interesantes de capacitación y consultoría, pero ello no basta: hay que fortalecerlas económicamente.
"A lo mejor voy a ser un poco inmodesto: yo siento que la industria ha sido un factor determinante en los logros de este sexenio y como sostén de las cifras económicas de esta administración. Es claro que en estos años el PIB industrial se ha mantenido por encima de la media nacional. Se respondió a la globalización y a la apertura tan acelerada que tuvimos que enfrentar contra y a favor de la nación más poderosa del mundo, Estados Unidos".
El principal mérito de estos logros, señala, es que se consiguieron prácticamente sin financiamiento. "La industria mexicana, incluso la globalizada, tuvo que recurrir a otras partes del mundo, al capital o los ahorros de la familia. eso es un mérito extraordinario. Por otra parte, no ha habido recursos federales de apoyo. El gobierno destina a la industria aproximadamente 500 millones de pesos para fomentar a la industria; en cambio, al campo se le destinan 20 veces más. Los resultados ahí están: las empresas que agrupa Concamin producen 34 por ciento del PIB; en cambio, el campo tiene una producción realmente pobrecita.
"Lo mismo podríamos decir del empleo: la industria en México genera aproximadamente 6 millones de empleos permanentes bien remunerados, con prestaciones, Seguro Social, Infonavit, etcétera. La comparación con el campo es innecesaria: todos sabemos que los ingresos de la gente del medio rural son infinitamente menores. Para cumplir su misión, las pequeñas y medianas empresas necesitan financiamiento y una política de apoyo real y efectivo".
--ƑHan escuchado alguna propuesta?
--Todo mundo ya está convencido de que es una prioridad. El tema está en las plataformas de Vicente Fox, de Francisco Labastida, y siempre ha estado en la plataforma del PRD.
"Hemos platicado con los candidatos de nuestro proyecto de ley, de los problemas de la pequeña y mediana industria y notamos una enorme disposición para promulgar una ley de fomento a la micro, pequeña y mediana industria.
La crisis de 1994-95, recapitula, "fue mucho más grande de lo que hubiéramos imaginado. Ya no queda otra que decir que después de seis años perdidos, como ha sido recurrente en México, estamos saliendo del problema. Estamos convencidos de que no habrá crisis de fin de sexenio y de que la economía, aunque con traspiés, va a seguir su marcha".