LUNES 17 DE ABRIL DE 2000
Ť Llaman a "protegerla" contra el juicio que pretenden hacerle en Guatemala
Apoyo de ONG argentinas a la demanda de Menchú en España
Ť Para que haya reconciliación debemos enfrentarnos a la verdad y a la historia, dice la premio Nobel
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 16 de abril Ť Organismos humanitarios y personalidades de Argentina apoyarán a la dirigente guatemalteca Rigoberta Menchú Tum, premio Nobel de la Paz 1992, en la demanda que interpuso en Madrid para investigar el genocidio provocado por las sucesivas dictaduras militares en su país, y lanzaron un llamado para "protegerla" frente a los intentos de someterla a un juicio por "traición a la patria", debido a su presentación como querellante ante la Audiencia Nacional de España.
"Con esto se pretende responsabilizar a las víctimas" del genocidio guatemalteco, dice la carta enviada a los organismos por el Movimiento por la Paz, la Solidaridad y la Soberanía entre los Pueblos, en su llamado a reunir firmas para solidarizarse y acompañar a Menchú, dirigiendose al gobierno de Guatemala y a otras instituciones.
La premio Nobel guatemalteca cumplió aquí una apretada agenda la semana pasada que incluyó reuniones con organismos de Derechos Humanos así como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y comentó la situación que vive su país y las demandas del pueblo maya. "No existe ninguna posibilidad real de reconciliación si no enfrentamos nuestra verdad, nuestra historia y si no logramos justicia", dijo Rigoberta aquí.
Su viaje por Buenos Aires y Montevideo ocurrió después de la decisión de la Audiencia Nacional de España, que el 27 de marzo abrió el tercer proceso por genocidio en un país latinoamericano, en este caso Guatemala, donde la cifra de muertos y desaparecidos llega a 200 mil y existen 67 matanzas ya documentadas que podrían llevar a una cantidad mayor.
Sencilla y afable, Rigoberta conmovió a una multitud que se reunió en el teatro San Martín, donde disertó sobre Los Derechos Humanos y los Derechos Indígenas en el Nuevo Milenio, con una introducción de Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980, quien se comprometió a apoyarla en su exigencia de justicia.
Dirigentes de organismos de derechos humanos y sociales así como varias madres del grupo de Fundadoras de Plaza de Mayo esperan acompañarla cuando decida presentarse en Guatemala ante quienes intentan juzgarla en "un acción vergonzosa por traición a la patria, cuando no pueden dar un paso para castigar a los culpables de genocidio, éste sí, una verdadera traición al país y al ser humano".
Todos coincidieron en que la situación que se vive en Sudamérica, tantos años después del alejamiento de las dictaduras, cuando "la impunidad no permite crecer a las democracias" dan la razón a Menchú en su exigencia de justicia. Se recuerda también que el juicio que lleva adelante el juez Baltasar Garzón para juzgar los delitos de genocidio, torturas y desapariciones en las dictaduras del Cono Sur, permitió abrir nuevas puertas hacia la verdad.
En su reunión con el presidente Fernando de la Rúa, Menchú intercedió por sus hermanos indígenas en Argentina, distribuidos en distintas provincias y varios de los grupos enfrentan litigios por el intento de empresas extranjeras de apoderarse de sus tierras o están en el abandono absoluto. "Me sorprendió el conocimiento del presidente sobre la situación indígena aquí y sobre la nuestra", dijo.
Durante su visita a Montevideo estaba candente el tema de la casi desobediencia militar contra el presidente Jorge Batlle. A las declaraciones del ex jefe de Estado Mayor general Manuel Fernández, quien dijo que tarde o temprano "vamos a tener que volver a pelear" con los "enemigos" de la izquierda, lo que le costó su puesto, se sumaron las del ex comandante en jefe del ejército uruguayo, teniente general Raul Mermot, quien durante un homenaje a los militares y policías caídos en los años 60 y 70, advirtió que las fuerzas armadas están "atentas y expectantes". Otros militares hablaron de que los "terroristas prominentes" de aquellos tiempos hoy lo signen siendo "espiritualmente" en sus cargos legislativos.
También Menchú vivió en Argentina una semana donde el racismo de la ultraderecha local pareció tocar límites. El periodista Daniel Hadad, considerado "una creación del menemismo" como otros de su mismo tipo, enriquecidos rápidamente, habló en la portada de su nueva revista La primera, de "La invasión silenciosa", refiriéndose a los inmigrantes de los países vecinos y falsificó cifras para acusarlos del desempleo en Argentina y de la ola de delincuencia. Hadad y otros periodistas tienen programas radiales donde se burlan y atacan a la comunidad de inmigrantes de Bolivia, Paraguay y Perú, entre otros, con una crueldad pocas veces vista aquí.
Tratados como "delincuentes, sucios y feos", esta descripción de los inmigrantes, entre los cuales no hablan de la discriminada y mayoritaria "Argentina morena" que conforma la enorme inmigración interna "es humillante y dolorosa no sólo para nuestros hermanos de la región, sino para nosotros mismos, al comprobar que este tipo de pensamiento pueda ser escrito y difundido con tanta impunidad, cuando es un llamado a la violencia contra los que nada tienen y una discriminación desnuda y cruel violadora de la Constitución", señala un comunicado de organismos humanitarios.