VIERNES 21 DE ABRIL DE 2000
Los indígenas, sin representación en la LVIII Legislatura
* Genaro Bautista Gabriel* *
La contienda para las elecciones federales del 2000 se encuentra en su fase de registro de candidatos plurinominales a integrar la LVIII Legislatura del Congreso de la Unión.
En sus discursos de campaña los competidores a la Presidencia de la República mencionan la importancia de los pueblos indígenas, alabando su riqueza cultural y reconociendo la injusticia de que son objeto. No obstante, ningún candidato se ha referido a la justeza de que dirigentes de las organizaciones indígenas incursionen en la Cámara de Diputados o la de Senadores, y en cuanto a los partidos políticos la situación no cambia.
Es importante reflexionar sobre el valor del voto indígena que los partidos se disputan abiertamente en la actual contienda. En términos generales se presume que la población electoral de los pueblos indios es superior a 10 por ciento, pero, al parecer, para los partidos políticos los pueblos indígenas sirven solamente como mercancía electoral; a pesar de las adulaciones hacia estas sociedades, siguen siendo excluidas de la lista de candidatos a las Cámaras.
Los partidos políticos aducirán que los indígenas sí están incluidos, pero el que promuevan a algunos de ellos no significa que obligatoriamente éstos representen el movimiento indígena y, en particular, a los pueblos indios porque más allá de su origen arriban a estos espacios como militantes del partido postulante.
En diferentes momentos, los pueblos indígenas, a través de sus organizaciones, han manifestado a los partidos su interés y han reclamado congruencia con sus declaraciones de apertura democrática y progreso, asegurando un importante número de escaños para los representantes indígenas.
La Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía (ANIPA), el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB), el Comité de Solidaridad Triqui (Cosot), el Consejo Tradicional de Pueblos Indios del Estado de Sonora, la Convención Nacional Electoral Indígena, el Seminario de Análisis de Experiencias Indígenas, entre otras organizaciones del Congreso Nacional Indígena (CNI), han expresado firmemente su deseo y aspiración para que sus representantes puedan acceder a algún escaño del Poder Legislativo este 2000.
Los partidos tienen conocimiento de la demanda indígena de contar con representación política dentro del Legislativo, aceptando en teoría este planteamiento y propuestas específicas sobre el punto.
En este tenor, el PRD ha aprobado resoluciones de sus Asambleas de Pueblos Indios en el sentido de garantizar que 10 por ciento de los espacios legislativos tanto en el ámbito federal como local se destinen a representantes indígenas. Sin embargo, en su dictamen de candidaturas al Senado y a la Cámara de Diputados, es notorio que no respetan esos acuerdos y es difícil que el resto de grupos políticos que conforman la Alianza por México asuma otra actitud diferente a la del sol azteca.
Por su parte, el PRI, en su afán de mantener el control corporativo de los pueblos indígenas, promueve la participación de sus dirigentes en estos espacios. En el PAN, dado su carácter conservador, se presume que los indígenas tendrán menor apertura.
El PVEM puede ser otro de los espacios donde incursionen los indígenas, ya que este instituto político fue el principal impulsor de la Declaración Indígena del Milenio en el marco de la Cumbre Internacional de Partidos y grupos ecologistas del mundo, realizado en la ciudad de Oaxaca a finales de noviembre pasado.
Al menos en el tono que denota el comunicado, el PVEM asume el compromiso de garantizar mayores espacios a representantes indígenas en ambas Cámaras y hace esta recomendación al resto de los partidos verdes en el mundo.
La experiencia indígena en el escenario legislativo es irreal: el PRI es quien más ha contado con legisladores indígenas; la llamada izquierda identificada ahora en el PRD le sigue los pasos; el PAN ha postulado a diputados locales, y de manera reciente el PVEM impulsa parlamentarios indígenas.
El escenario para los pueblos indios no es nada alentador; no obstante, esperemos que la congruencia sobresalga para que los diferentes partidos recapaciten asegurando espacios en la Cámara de Diputados y la de Senadores a los representantes de las organizaciones indígenas del país. *
* Indígena mixteco