VIERNES 21 DE ABRIL DE 2000

* Su criterio no es la solidaridad, dice experto


Créditos a países en desarrollo, negocio redondo para el BM

* Los estragos de su política relegan a AL del conocimiento

María Esther Ibarra /I * Para los organismos financieros internacionales resulta un ''negocio redondo'' otorgar créditos a los países en vías de desarrollo, pues estimaciones del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo indican que de 50 mil millones de dólares que invirtieron en una década, recuperaron 500 mil millones.

De esta manera, son ''lágrimas de cocodrilo'' los planteamientos del Banco Mundial de reconsiderar su política hacia los países del Tercer Mundo, asegura Luis Yarzabal, del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe.

En ese contexto, comenta que el cambio del BM en torno a su política en materia de educación superior hacia los países en vías de desarrollo no implica que en adelante tendrá una postura solidaria o humana, porque ''como todo organismo bancario, opera con base en criterios de eficacia económica'', advierte Yarzabal.

Aunado a eso, ''las catástrofes que provocaron las políticas de ese organismo financiero en América Latina y en todo el Tercer Mundo se han traducido en un crecimiento de su deuda externa y el incremento de pobres'', sostiene Yarzabal en entrevista con La Jornada.

En el ámbito educativo señala que los estragos en los países latinoamericanos se reflejan en que apenas aportan uno por ciento del conocimiento a nivel mundial, por lo cual ''nos hemos convertido en maquiladores y consumidores de las tecnologías de las naciones industrializadas''.

De visita en México, donde participa como profesor invitado al seminario Educación superior y desarrollo social en América Latina, que se imparte en la Universidad Autónoma de Morelos, el también consultor internacional educativo explica que si bien los países de la región tuvieron un crecimiento económico modesto, no lograron mantenerlo entre otras cosas porque se ven obligados a destinar más recursos para el pago de su deuda externa.

Comenta que el déficit fiscal se hizo a expensas de la disminución del gasto social, que impactó de manera ''brutal'' en salud y educación, aunado al proceso de privatización realizado ''sin ningún orden y con poca transparencia''.

Para América Latina eso se ha expresado en que 50 por ciento de su población se encuentre en la pobreza y, de ese porcentaje, el 40 por ciento en el nivel de pobreza crítica. Es decir, ''hasta el año pasado más de 200 millones de latinoamericanos viven en esas condiciones de marginalidad''. Plantea que el desarrollo de las instituciones de educación superior está ligado a ese contexto de pobreza, por lo cual habrá que realizar esfuerzos mayúsculos para salir del estado catastrófico en que se encuentran.

El mea culpa del Banco Mundial

Producto de 18 meses de trabajo, un grupo de 13 expertos convocados por el Banco Mundial y la UNESCO formularon el documento Peligro y promesas: La educación superior en los países en desarrollo, donde se hace una especie de mea culpa sobre los problemas y dificultades que atraviesa la enseñanza universitaria, en torno a la cual ese organismo financiero ejerció recomendaciones para desalentarla a través de otorgar mayores recursos a la educación básica y técnica.

En el documento se menciona que desde los años 80 ''muchos gobiernos nacionales y donantes internacionales han asignado a la educación superior un nivel de prioridad relativamente bajo''.

Los análisis económicos ''estrechos de mira'' y ''equívocos'', en opinión del grupo de especialistas educativos, han ''contribuido a la opinión de que la inversión pública en las universidades e instituciones de educación superior reporta ingresos insignificantes en comparación con las inversiones dirigidas a escuelas primarias y secundarias, así como que la educación superior aumenta exageradamente las desigualdades de ingresos''.

Admite la ''fuerte presión'' que enfrentan los sistemas de educación superior en los países en desarrollo, al destacar la ''falta crónica de fondos'' para atender el incremento de la demanda educativa.

Añade que ''con frecuencia el profesorado carece de calificaciones suficientes y de motivación'', además de estar ''mal compensado'' en materia salarial. Asegura que la docencia que reciben los estudiantes ''es mala y los currículos son incompletos".

Ante esto, el Banco Mundial y la UNESCO ahora señalan que los países en vías de desarrollo ''necesitarán trabajar bastante duro, pero sin esperar alcanzar'' mayores niveles educativos, sino sólo para mantener que lo que han logrado.