VIERNES 21 DE ABRIL DE 2000

* Más de 400 grupos armados en Sao Paulo


Peligro de otra matanza de campesinos, dicen los sin tierras

* La tensión crece y la autoridad no hace nada: José Rainha

* Más de 5 mil policías en los festejos del descubrimiento de Brasil

Dpa y Afp, Sao Paulo, 20 de abril * El líder del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), José Rainha, denunció hoy que es inminente el "peligro de una nueva matanza" de campesinos en la conflictiva región de Pontal de Paranapanema, en el interior del estado brasileño de Sao Paulo, a manos de grupos presuntamente al servicio de terratenientes.

"Hay más de 400 grupos armados. Tienen carabinas, fusiles, ametralladoras, y nadie hace nada. Es un clima tenso", denunció Rainha, quien dijo que una nueva matanza sería peor que la ocurrida en el amazónico estado de Pará en 1996, pues en Pontal son 800 las familias campesinas acampadas.

Esa región se caracteriza por la existencia de grandes territorios apropiados ilegalmente por hacendados que ahora exigen abultadas indemnizaciones por las "mejoras realizadas", en caso de ser expropiados por el Instituto de Colonización y Reforma Agraria.

El MST emprendió esta semana una ofensiva de ocupación de tierras y protestas en todo el país, coincidiendo con la conmemoración de los 500 años de la llegada de los colonizadores portugueses a Brasil.

La protestas fueron criticadas por el propio presidente Fernando Henrique Cardoso, quien alertó que "la fiesta de los 500 años no debe ser un convite a un velorio".

El comité Brasil otros 500 ųente que agrupa a indios, negros, sin tierras, sindicalistas y estudiantesų espera reunir en el centro de Porto Seguro, ciudad del nordeste donde de celebrarán los eventos oficiales, a más de 10 mil personas.

Pero más de 5 mil policías están apostados en las afueras de la ciudad para impedir la llegada de los manifestantes, que se unirán a los indígenas que desde el lunes celebran una conferencia en las afueras de la ciudad.

Este jueves, pataxós, guaraníes, kaiowás, macuxis, y decenas de tribus presentes describieron las enfermedades y problemas de identidad que tienen los aproximadamente 330 mil indígenas brasileños, y hablaron del tema de las 568 reservas indígenas, de las cuales sólo la mitad han sido demarcadas, pese a que el plazo para cumplir con esa tarea terminó en 1993.

"El gobierno dice que demarcar las tierras costaría unos 100 millones de dólares que él no tiene. Por ello, estamos dispuestos a avergonzar al Estado y lanzar una campaña internacional para obtener recursos", delaró José Adalberto.

A las afueras de Porto Seguro, la protesta de los movimientos negros consistió en construir una pequeña aldea, idéntica a las que hacían sus antepasados cuando huían de la esclavitud.