VIERNES 21 DE ABRIL DE 2000

* Leyó Rivera Carrera misiva de Juan Pablo II a los presbíteros del mundo


Condena el Papa la presencia del pecado entre sacerdotes

José Antonio Román * En la misa del Santo Crisma, y ante miles de feligreses que abarrotaron la Catedral Metropolitana, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, presentó la carta que el papa Juan Pablo II dirige este año a los presbíteros en ocasión del Jueves Santo. En la misiva, el pontífice señala que el martirio de los sacerdotes acompaña toda la historia de la Iglesia, y "marca también el siglo que acabamos de dejar atrás, caracterizado por diversos regímenes dictatoriales y hostiles a la Iglesia".

Juan Pablo II dice a los presbíteros que la historia de amor entre Dios y el hombre continúa a pesar de la "oscura presencia del pecado" en la vida de los sacerdotes. "Muchas veces la fragilidad humana de los ministros ha ofuscado en ellos el rostro de Cristo".

Durante la lectura de la carta del Papa, el cardenal Rivera estuvo acompañado por sus cinco obispos auxiliares, el cabildo de la Catedral Metropolitana, medio centenar de presbíteros y un número similar de seminaristas. En la larga misa, que duró poco más de dos horas, se bendijeron los santos óleos, que son los aceites puros de olivo que se usan durante todo el año para administrar los diferentes sacramentos.

Tradicionalmente, este Jueves Santo es el día del sacerdocio, pues los ministros realizan la eucaristía en memoria de Jesús.

La misiva papal, presentada ayer en forma oficial al presbiterio de la arquidiócesis primada de México, fue firmada por Juan Pablo II en el momento en que concluía la celebración eucarística en el cenáculo, el pasado 23 de marzo, durante su reciente visita a Jerusalén, en un hecho histórico. Desde ese lugar se dirige a los sacerdotes del mundo, a los "más jóvenes o más avanzados en años", a los que viven su vocación con "alegría y entusiasmo" o los que pasan por momentos de "dolor, cansancio y quizá de desconcierto".

Desde el inicio de su pontificado, en 1978, Juan Pablo II se ha dirigido en 22 ocasiones a los sacerdotes a través de una carta especial, que se inspira en la celebración del Jueves Santo, día en que la Iglesia recuerda de manera especial el último día de Cristo antes de morir. Incluso, en varias partes de la carta se percibe la emoción con la que por primera vez en la historia un Papa volvía a celebrar la eucaristía en el cenáculo.

El Papa invita a los sacerdotes que sienten el peso de la vida a encontrar en la eucaristía "el consuelo prometido" por Jesús la noche de la Ultima Cena, el secreto para vencer su soledad, el apoyo para soportar sus sufrimientos, el alimento para retomar el camino después de cada desaliento, la energía interior para confirmar la propia elección de fidelidad.

Por la tarde, también en la Catedral Metropolitana, el cardenal Norberto Rivera y el cabildo de dicho recinto religioso encabezaron la celebración de la Ultima Cena, donde se recordó la acción del lavatorio de pies hecha por Jesucristo a sus discípulos.

Durante su homilía, el cardenal Rivera destacó la importancia de esta celebración, pues en ella ųdijoų se instauró la eucaristía dentro de la Iglesia católica, como una forma de recordar que Jesús estará siempre entre los hombres. El arzobispo primado de México encabezó una procesión con el "Santísimo" por los pasillos de la Catedral, con lo cual concluyeron las celebraciones del Jueves Santo.

Crearon 14 diócesis en 20 años

 

Ante el rápido crecimiento de las poblaciones, durante los últimos años el Vaticano ha establecido una política tendente a dividir a las diócesis y arquidiócesis del mundo, a fin de atender con mayor cercanía y eficacia la tarea de la nueva evangelización convocada por el papa Juan Pablo II.

En esta política, México no ha sido la excepción. Durante los últimos 20 años, bajo el mandato de este pontificado, los delegados apostólicos y los nuncios en turno han creado 14 nuevas diócesis, con las que el territorio nacional está dividido actualmente en 84 diferentes circunscripciones eclesiásticas, mientras que los obispos y arzobispos mexicanos llegan a más de 120, entre activos y eméritos.

Las diócesis más recientes, dadas a conocer hace apenas una semana, son las de Córdoba y Orizaba, resultado de fragmentar el territorio de la arquidiócesis de Jalapa. En promedio, sólo durante los últimos 20 años se ha creado una diócesis cada 17 meses.

A finales del siglo XIX había sólo 28 diócesis en todo el país, de las cuales, cinco ųMéxico, Oaxaca, Guadalajara, Durango y Monterreyų tenían el rango de arquidiócesis. Entre 1900 y 1950 sólo se crearon cinco nuevas diócesis, una cada 10 años. Es decir, durante los últimos 50 años se han creado 51 diócesis, casi dos terceras partes de las 84 que tiene el país en este momento.

Sin embargo, todavía no se ha tomado una decisión definitiva sobre el futuro de la arquidiócesis primada de México, sencillamente la más grande y populosa del mundo católico. Aun antes de la salida del cardenal Ernesto Corripio Ahumada, en ese entonces arzobispo primado de México, hace seis años, ya había varios proyectos de dividir la arquidiócesis en cinco y hasta en ocho nuevas diócesis, tal como ha ocurrido con las grandes arquidiócesis del mundo.

No obstante, el Sínodo Diocesano, asamblea donde los representantes de los mil 800 presbíteros y religiosos que existen en la ciudad de México, se expresó mayoritariamente porque no se divida el territorio, deseo que presentó en Roma el actual arzobispo primado de México, desde su llegada hace cinco años.

Los recientes nombramientos de cinco obispos auxiliares, para el cardenal Rivera parecen indicar que la decisión del Vaticano es no dividir la arquidiócesis, pero, según versiones eclesiásticas, todavía se desconoce con certeza el futuro que le aguarda a la circunscripción que en 1530 fue erigida como diócesis, y que en 1546 alcanzó el rango de arquidiócesis.

En 20 años se han creado las diócesis de Tuxtepec, Nezahualcóyotl, Cuautitlán, Coatzacoalcos, Atlacomulco, Ciudad Lázaro Cárdenas, Nuevo Laredo, Chilapa-Chilpancingo, Tlapa, Parral, Ecatepec, Matehuala, y las más recientes de Córdoba y Orizaba.