LUNES 24 DE ABRIL DE 2000

Ť Censuran la decisión del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz


Patentarán la propiedad intelectual de investigaciones

Matilde Pérez U. Ť A unas semanas de que en Alemania se celebre el primer Foro Global de Investigación Agrícola, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) -uno de los institutos más influyentes de la Revolución Verde y poseedor de los bancos de germoplasma de maíz y trigo más importantes del mundo- determinó patentar la propiedad intelectual de sus investigaciones. De esa manera terminó su crítica a esa acción a la que calificó como una amenaza al intercambio científico.

Organizaciones ecologistas, no gubernamentales y defensoras de los derechos humanos pusieron en tela de juicio la decisión y consideraron que el CIMMYT -asentado en Texcoco, estado de México- cayó en la tentación de usar las patentes como una carta de negociación con los "gigantes genéticos". A su vez, la Fundación Internacional para el Progreso Rural (RAFI) -organización dedicada a la conservación y uso sustentable de la biodiversidad y al desarrollo social y ecológicamente responsable de las tecnologías útiles para los campesinos- manifestó su desacuerdo en torno a la determinación del CIMMYT.

En un texto que difundió entre las organizaciones ecologistas y campesinas de México y de Latinoamérica, RAFI aclaró que su intención no es "atacar ni aislar", con la crítica al CIMMYT sino llamar la atención al consejo consultivo de esa institución por "su desacertado cambio de política", ya que -consideró- no es un seguro para que empresas privadas o públicas sin escrúpulos se apropien de su trabajo para actividades comerciales. Además, pone en riesgo su misión de investigación, prioridades y principios de trasladar ese conocimiento a los países en desarrollo.

La decisión de la institución -abundó RAFI- no asegura que los "gigantes genéticos" le aporten sus conocimientos sino que, "y eso es seguro, es que pretenderán vendérselos a precio de mercado". Indicó que en Estados Unidos hay más de tres millones de solicitudes de patentes pendientes solamente sobre materiales genéticos humanos y como las patentes son un negocio del sector privado, el costo promedio de un litigio en ese rubro supera los 250 mil dólares por patente. "ƑEl CIMMYT tomaría esos recursos de su presupuesto de investigación en la perspectiva incierta de violaciones de patentes en Washington, Munich o Tokio?".

Tras advertir que si el CIMMYT no está preparado para defender sus investigaciones que tiene de los "patentadores rapaces", RAFI destacó que "no ganará en ninguna corte". Por ello, le sugirió que en lugar de patentar sus investigaciones, utilice dos mecanismos legales alternativa o conjuntamente, según lo requiera la situación: sacar en EU las llamadas "patentes no patentes", es decir la entrega legal de la invención al dominio público; también, publicar sus investigaciones y trabajar con otros institutos para asegurarse que la opción de publicación previa sea efectiva, de esa manera obstaculiza la posibilidad de que cualquier otro solicite una patente sobre la misma información.

Así no estaría participando en el sistema de patentes, el cual ha criticado, subrayó RAFI. Insistió en que "el CIMMYT más que optar por una política que lo ponga en combinación con los gigantes genéticos, forje nuevas alianzas en el sector público o con asociaciones que establezcan formas de conducta y colaboración para evitar posibles transgresiones. "Esas opciones" -sugirió- "deben ser estudiadas por el CIMMYT antes de tomar el camino ya apisonado de la propiedad intelectual y que ha llevado a los científicos a dejar de trabajar para el interés público".