MARTES 25 DE ABRIL DE 2000
Ť Recibió el Premio Cervantes 1999
La literatura, río invisible que corre por nuestro interior, dijo Edwards
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 24 de abril Ť El paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares rezumó hoy su propio pasado, en un acto de pura liturgia literaria: la entrega del Premio Cervantes 1999 a Jorge Edwards. Desde 1976, en este claustro de Castilla La Mancha, la literatura en castellano es galardonada.
Se reconoció a la literatura chilena en su rico y prolífico pasado, Edwards (Santiago, 1931), el primer escritor chileno en recibir el Cervantes, escudriñó en su discurso ese ''espacio mental, esa corriente, ese río invisible que corre por el interior de todos nosotros'', que es la literatura.
''La concesión de este premio es un honor y me conmueve. También y así lo comprendí desde el primer instante, es un reconocimiento que se hace a traves mío de la literatura chilena en su tradición y en su rica diversidad'' dijo Jorge Edwards.
''La literatura es un espacio mental, una corriente, un río invisible que corre por el interior de todos nosotros, y la de Chile es una nota particular dentro del gran conjunto hispánico: una estrella lejana, periférica y a la vez curiosamente cercana, entrañablemente familiar dentro de la maravillosa constelación de nuestra lengua", señaló el Premio Cervantes en su discurso La aventura del idioma.
La trayectoria de Edwards va de su etapa diplomática en los años del gobierno socialista de Salvador Allende, de la mano de Neruda, hasta el exilio y la persecución de la dictadura de Augusto Pinochet. Su libro más emblemático, Persona non grata, publicado en diciembre de 1973, arremetió contra el gobierno de Fidel Castro.
Para llegar a la obra cumbre de Cervantes, Edwars fue de la mano de Azorín y Unamuno. ''Llegue al Quijote, como digo, de la mano de sus grandes exégetas del 98, y encontré en ese libro algo que después no he hallado en ningún otro autor: ni en Dante ni en Rabelais ni en Moliére ni en el mismo Goethe. Algo que Cervantes solo comparte, quiza, con Shakespeare, aunque de otra manera, de un modo más fantasioso, más aéreo, más bromista: un elemento de compasión profunda, de humanidad, de ironía, una distancia que consuela y que redime, transmitidos con una gracia unica.
Edwards leyó: ''Cervantes es nuestro contemporáneo, como Borges, como Neruda cuando viaja al corazón de don Francisco de Quevedo, y esto significa que el centro del idioma está aquí, en esta sala, en esta vieja e ilustre universidad, y tambien en todos nuestros vastos territorios, desde la Araucania de don Alonso de Ercilla y de Neruda hasta el Comala de Juan Rulfo, y desde la meseta polvorienta de don Antonio Machado hasta el Genil de los viejos poetas andaluces''.
La entrega del Cervantes (100 mil dólares, una medalla y una escultura) fue presidida por el rey Juan Carlos, quien dijo: ''Edwards representa al hombre que es paradigma del Chile moderno, americano pero también europeo de adopción'', y destacó su compromiso por la defensa de las libertades.