MIERCOLES 26 DE ABRIL DE 2000
Ť Casi de manera atropellada fluyeron en el debate los programas de campaña
La repetición de propuestas ganó espacio a los ataques personales
Ť Los candidatos coincidieron en lograr una reconstrucción nacional y un cambio de modelo económico
José Gil Olmos, Fabiola Martínez, Juan Manuel Venegas y Juan Antonio Zúñiga Ť En un esfuerzo por ganarle espacio al ataque, los candidatos repitieron ayer por la noche, casi de manera atropellada, las propuestas que han sido ejes de su programa de campaña en discursos que no sorprendieron pero que prometen una reconstrucción nacional y un cambio de modelo económico.
Todos hablaron de reformas constitucionales y de alcanzar un acuerdo nacional que garantice la transición democrática de manera pacífica. Todos ofrecieron el combate a la corrupción y la pobreza, así como dotar a los ciudadanos de instrumentos de participación directa en la toma de decisiones. Lo cierto es que de los 90 minutos disponibles para presentar sus principales propuestas en política, economía y desarrollo social, en menos de la mitad del tiempo al aire sólo esbozaron ideas generales y al final llamaron a los ciudadanos a emitir un voto razonado.
Presentación
Porfirio Muñoz Ledo propuso un proyecto de largo plazo y soluciones concretas a problemas urgentes. Dijo que el estadista no debe pensar en las próximas elecciones sino en las próximas generaciones, y que es responsabilidad de la política edificar con los jóvenes y para los jóvenes una nueva moral, ''una nueva República''. Ante ello, pidió a los ciudadanos ''no dejarse arrollar por la mercadotécnica vacía'' porque -expresó- ésta no es una elección de supermercado.
Cuauhtémoc Cárdenas de entrada se dirigió al público y convocó a cambiar, juntos, el rumbo del país. En plural, dijo que el 2 de julio los mexicanos tomarán una decisión trascendental: ''O seguimos como vamos o logramos un cambio definitivo en el rumbo del país y en la condición de desarrollo de nuestra nación''. Luego, se dirigió a Francisco Labastida y a Vicente Fox y los retó a dar a conocer la lista de los defraudadores del Fobaproa.
Vicente Fox Quesada abrió su participación mencionando que, por primera vez en la historia del país, un candidato de oposición está adelante en el camino a la Presidencia, y advirtió que el día de las elecciones es una oportunidad histórica para acabar con 70 años de malos gobiernos y con crisis económicas recurrentes. Se comprometió entonces a convocar a un gobierno plural, incluyente y ciudadano. ''En el país entero está encendida la luz de la esperanza'', expresó.
Manuel Camacho Solís hizo un llamado a la ciudadanía para reflexionar en torno a las oportunidades de desarrollo económico y social que tiene el país. Desde su presentación, el candidato del Partido de Centro Democrático cuestionó a Francisco Labastida y, aunque aclaró que no era ''un asunto personal'', le hizo un reclamo sobre lo que a su juicio son los pendientes que dejó el abanderado priísta en sus diversos cargos como funcionario.
Francisco Labastida Ochoa, luego de dar respuesta a Camacho -''él es un empleado de Fox y responde porque le ofreció una chamba''- reconoció que ha habido errores en los gobiernos priístas y que es inaceptable la existencia de 40 millones de mexicanos en pobreza o que se use el poder para enriquecer amigos o camarillas de políticos. Ante esto, insistió en su iniciativa de ''un cambio con rumbo'' para el país, dejar atrás ''la etapa de apretarse el cinturón'', hacer que crezcan el empleo y los salarios, así como abatir la corrupción y la violencia.
Gilberto Rincón Gallardo, de principio a fin de su intervención, se refirió a un cambio del país con respeto a la pluralidad y ''sin caudillismos''. Prometió que con el proyecto de su partido, los individuos podrán alcanzar igualdad de oportunidades y que se logrará ''hacer política de otra manera''.
Política
Manuel Camacho: El eje de su propuesta en la primera ronda temática, que recalcó en dos ocasiones, fue someter al Presidente de la República al control legal y fijarle la obligación de rendición de cuentas: ''Desmontar el aparato autoritario que permite a los presidentes usar la fuerza pública fuera de la Constitución''. También promover nuevos equilibrios entre los poderes de la Unión, es decir, ''una nueva arquitectura política o institucional para hacer gobernable al país''. En vano esperó la respuesta de Labastida a las cuentas pendientes en sus gestiones como secretario de Gobernación.
Cuauhtémoc Cárdenas: El aspirante de la Alianza por México ofreció un gobierno que combatirá a fondo y con decisión la corrupción y el crimen organizado y, también, que cumpla los compromisos adquiridos, como los acuerdos de San Andrés en materia de derechos y cultura indígenas, pues con ello, dijo, llegará la paz en Chiapas. Señaló que es necesario convocar a una amplia revisión de la Carta Magna para incorporar mecanismos de participación ciudadana como plebiscito, referéndum e iniciativa popular. Asimismo, para que se cumplan los derechos al trabajo, a la vivienda y a la salud. Esto es, un gobierno de libertades, un régimen donde sea efectivo el respeto a la diversidad y a los derechos de los mexicanos.
Gilberto Rincón Gallardo: Propuso avanzar en el camino de la ''izquierda democrática'' y alentar un verdadero cambio que termine con las exclusiones y ofrezca espacios de participación para toda la sociedad. Criticó al PRI, al PAN y al PRD por convertir al Congreso, dijo, en un circo y por lucrar electoralmente con el ataque a la UNAM. ''Decir el cambio soy yo es lo más viejo que existe en la política mexicana... por ello, a quienes armaron esta trampa les digo que millones de mexicanos no seremos jamás ni foxistas ni labastidistas''.
Vicente Fox: Nosotros estamos proponiendo una transición a la democracia, rebasando un régimen de 70 años con todos sus vicios, con todas sus desviaciones, con toda su corrupción, para transitar a una verdadera democracia, sostuvo el panista luego de invitar a su gobierno de transición a Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Camacho Solís y Porfirio Muñoz Ledo. Destacó que la alternancia es en sí misma un gran paso para reconstruir las estructuras políticas del país y lograr el equilibrio entre los poderes a fin de acabar con el presidencialismo.
Porfirio Muñoz Ledo: Como en todas sus intervenciones, el abanderado parmista delineó la propuesta de la corriente política que encabeza desde su salida del PRD. Propuso a la ciudadanía ''enterrar con su voto al régimen político que ha generado una de las clases dirigentes más corruptas del planeta''. Ello, dijo, no con la instauración de nuevos políticos elementales o mesiánicos, sino con una verdadera transición que culmine en una nueva Constitución federalista: abolir el presidencialismo, el caciquismo y la impunidad.
Francisco Labastida Ochoa: El priísta dedicó el mayor espacio de esta ronda a atacar a Vicente Fox Quesada, y para ello comparó los gobiernos que ambos encabezaron en Sinaloa y Guanajuato, respectivamente. Sentenció en tono retador: ''Hablar de cambio es muy fácil.... Se necesita coraje, decisión y compromiso con la gente''. Y agregó: ''Me recuerdas al viejo PRI''.
Economía
Cuauhtémoc Cárdenas: El abanderado de la Alianza por México advirtió la necesidad de un cambio en el modelo económico que, dijo, es de Carlos Salinas de Gortari y lo siguen Labastida y Fox: ''Tenemos necesidad de una nueva política económica en donde seamos nosotros los mexicanos quienes decidamos nuestro destino y no en las grandes capitales financieras del mundo'', señaló. Propuso destinar el uno por ciento del producto interno bruto para acelerar el crecimiento de la economía nacional, una reforma fiscal justa, reactivar el campo, atender a la pequeña y mediana industrias, revisar los acuerdos comerciales internacionales y hacer de la política petrolera el eje del crecimiento económico. Rechazó la idea de privatizar Pemex y la industria eléctrica.
Francisco Labastida: El sinaloense tomó la tarjeta equivocada y habló del tema político. En una autocrítica a su partido dijo que está impulsando cambios al interior del PRI y luchando por la honestidad. ''Estoy trabajando para transformar al partido, para construir un nuevo PRI que recupere los ideales de Luis Donaldo Colosio''. Luego cuestionó los gobiernos encabezados por Cárdenas y Fox, y trató de ensalzar los resultados de su gestión en el estado de Sinaloa.
Vicente Fox Quesada: Sólo un párrafo dedicó el guanajuatense a la materia económica. Y señaló que es indispensable hacer crecer la economía a una tasa de 7 por ciento, generar un millón 350 mil empleos anuales y cuidar el agua, la tierra y los bosques como asuntos de seguridad nacional. Toda su intervención la dedicó a defenderse de las acusaciones de Labastida sobre que su familia fue beneficiada en el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
Gilberto Rincón Gallardo: A partir de la construcción de una estructura productiva ''fuerte y dinámica'', propuso una reforma al sistema financiero y al esquema fiscal, revisar los tratados comerciales, las leyes laboral y de medio ambiente. El objetivo, dijo el candidato de Democracia Social, es rescatar el papel del Estado, el cual ''no puede limitarse a la administración de las variables económicas''. Como el resto de los aspirantes presidenciales, prometió cambiar la política económica para reducir los índices de pobreza, fortalecer el ingreso y el empleo de los mexicanos. ''Reforma incumplida de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional, situación que se explica por las red de complicidades que benefician a la minoría''.
Porfirio Muñoz Ledo: El parmista fue directamente al grano y dijo que México no puede seguir aceptando sumisamente las políticas de ajuste. Es urgente, afirmó, redefinir el interés nacional y redistribuir con justicia, el progreso". Propuso la renegociación del TLC, el reajuste de la deuda externa, la reforma del sistema financiero y la creación de una comunidad latinoamericana que comparta una moneda regional.
Manuel Camacho Solís: El ex regente tomó la invitación de Vicente Fox y lo emplazó a que en cuatro semanas se abran públicamente las cuentas del Fobaproa. Des- pués aclaró que una política económica justa no debe depender de la privatización de Pemex o la Comisión Federal de Electricidad. Aceptó la necesidad de una reforma educativa para tener nuevos empleos, y una reforma laboral. El objetivo, "dejar de ser un país de migrantes y maquiladoras".
Desarrollo social
Gilberto Rincón Gallardo: Calificó de "gran prioridad nacional" la educación y propuso una política social que no discrimine a las minorías. "Estamos convencidos de que el camino para vencer la pobreza no puede ser la violencia armada, sino la promoción de proyectos productivos". Una vez más rechazó la intolerancia y el abuso que han crecido en México, dijo, ante el beneplácito de partidos como PRI y PAN. "En este país somos mucho más que dos, y exigimos respeto para la diversidad", expresó.
Francisco Labastida Ochoa: El priísta no tocó el tema, y los tres minutos disponibles en esta ronda los utilizó única y exclusivamente para atacar a Fox, a quien acusó de no tener carácter ni decisión para jugársela con el país y con los que menos tienen.
Manuel Camacho Solís: La posición del ex comisionado para la Paz fue la de atacar la pobreza mediante mayores recursos para la nutrición, educación y salud de los niños, reduciendo para ello en 90 por ciento los gastos para campañas políticas; deducir las colegiaturas de los impuestos, invertir en la infraestructura de los servicios y emprender una gran reforma judicial, así como crear una secretaría de Justicia.
Porfirio Muñoz Ledo: De entrada dijo que en México 40 millones de personas viven con un ingreso diario menor a un dólar, situación que calificó como "vergüenza" y "prueba del fracaso económico del régimen". Como los otros candidatos, prometió utilizar el 10 por ciento del PIB para la educación; establecer la educación obligatoria de 12 grados y aumentar a 150 pesos diarios el salario mínimo.
Vicente Fox Quesada: Reconoció que en el campo está la mayor pobreza del país, y aseguró que trabajará con las comunidades indígenas creando una oficina especial en la residencia de Los Pinos. Prometió una "revolución educativa", para lo cual duplicará el presupuesto, y establecer tres años de prescolar. Prometió crear un programa de becas para jóvenes de escasos recursos, llevar las universidades al campo y crear un instituto de formación permanente.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano: Propuso modificar el artículo 27 de la Constitución para recuperar los derechos arrebatados a los campesinos mexicanos para en- frentar, sobre esta base, los problemas del campo. Se manifestó a favor de ampliar la cobertura de Progresa y Procampo a toda la población que lo requiera sin presiones partidistas o clientelares, reasumir la responsabilidad del Estado en el combate a la pobreza, poner en práctica una política salarial que coloque las percepciones de los trabajadores siempre por arriba de los índices de inflación. "Tenemos necesidad de poner en práctica una política social que termine con las desigualdades y combatir de frente a la pobreza que hoy afecta a dos terceras partes de la población".
Mensaje final
Francisco Labastida: Para cerrar, el candidato del PRI pidió a la ciudadanía que en los dos meses venideros evalúe las propuestas y vote por el cambio, por el futuro del país y por recuperar la esperanza. "Soy hombre de palabra y voy a cumplir a fondo con lo que he prometido".
Cuauhtémoc Cárdenas: "La lucha no me cansa", sostuvo para concluir, y pidió el voto no sólo para cambiar el gobierno, sino para que nazca "un nuevo régimen". Recordó que dos veces alcanzó el triunfo --1988 y 1997-- y que ahora es necesario encabezar la transición democrática pacíficamente.
Porfirio Muñoz Ledo: Lamentó la "injuria y banalidad" que a su juicio utilizaron en el debate el resto de los candidatos. Dijo que el deber de los aspirantes presidenciales es rescatar el prestigio social de la política. Criticó a quienes "hostigan" con llamar al "voto útil" porque --dijo-- es la sociedad la que decidirá. Por último, propuso construir un acuerdo político para asegurar la transición política a la democracia. "No he de rendirme, ustedes (los ciudadanos) habrán de valorar", concluyó.
Gilberto Rincón Gallardo: "El voto por el PDS no es un voto desperdiciado, eso es falso; es, por el contrario, un voto de garantía de que nadie será perseguido por ser diferente, y para que nos gobierne la ley, no un nuevo caudillo", dijo. El candidato de Democracia Social pidió un voto por la tolerancia y un voto útil --a favor de su partido-- para romper el cerco que han puesto PRI, PAN y PRD con "ríos de dinero en las campañas. Es el momento de darle una rosa a los mexicanos", expresó, en alusión al emblema de su partido.
Manuel Camacho: Al igual que en su campaña, el candidato pecedista cerró su discurso con un llamado a construir "un nuevo pacto social" para dar claridad al rumbo del país. Dijo que la prioridad nacional es limitar el poder presidencial, solucionar los conflictos en Chiapas y en la UNAM y rendir cuentas del Fobaproa. Pidió el voto para ayudar a la alternancia y a la construcción de nuevas instituciones.
Vicente Fox: Dijo que la ciudadanía está ante dos proyectos: el del PRI, encabezado por Francisco Labastida, y otro "de los que creemos y podemos cambiar el país". Cerró su intervención pidiendo el apoyo ciudadano para crear un gobierno incluyente, integrar un proyecto común de nación y convocar a todos los mexicanos a un gran acuer- do. "Tengámonos confianza, creamos en nosotros mismos, derribemos el muro de la corrupción, la pobreza y el desempleo, cons- truyamos juntos un México de oportunidades, un México exitoso y triunfador. Como lo hicieron Mandela y Walesa, en México es posible hacer los cambios".
Ť Labastida, blanco de Cárdenas, Fox y Camacho
Pese a la rigidez del formato, sí hubo intercambio de ataques
Ť El sinaloense incluyó en sus críticas incluso al "viejo PRI"
Juan Manuel Venegas, Juan Antonio Zúñiga, José Gil Olmos y Fabiola Martínez Ť Contra las expectativas que los mismos candidatos generaron -vamos a hacer propuestas, decían todos- y a pesar de la rigidez del formato, el debate entre los aspirantes presidenciales rompió, por momentos, la camisa de fuerza para tornarse en un ríspido intercambio de acusaciones y descalificaciones, principalmente entre Vicente Fox, Cuauhtémoc Cárdenas, Francisco Labastida y Manuel Camacho Solís. Gilberto Rincón Gallardo y Porfirio Muñoz Ledo optaron por hacerse a un lado.
Labastida, por momentos acorralado, recibió toda suerte de ataques. Le llovió al priísta: corrupción, narcotráfico, complicidades, impunidad, inseguridad y abandono del campo; pero lo que más resintió fueron los señalamientos en torno del fraude bancario y el ocultamiento de las listas del Fobaproa, tema que fue explotado por Cárdenas.
Pero el candidato priísta también respondió. De buscachambas acusó a Camacho; de incongruente, mentiroso y grosero a Fox, y de mal gobernante a Cárdenas.
Y a cada defensa del sinaloense correspondió la contraofensiva de sus contrincantes: "a mí se me puede quitar lo majadero, pero a ti lo corrupto, šnunca!", le reviró Fox; "arrebatamos la ciudad de México a la corrupción, por eso decimos que ya no deben tener cabida en el gobierno ni los Espinosa Villarreal, ni los Jorge Carrillo Olea, ni los Mario Villanueva", regresó Cárdenas. Manuel Camacho, en tanto, llegó con resortera en mano y suficientes piedras para no dejar pasar sus intervenciones sin acusar a Labastida y su partido de todos los males del país.
En punto de las 19:00 horas, los seis acudieron a la cita. Cuauhtémoc Cárdenas cumplió su palabra, planteó sus propuestas y se desmarcó de sus dos principales adversarios; Vicente Fox, en su medio consentido: la televisión, aprovechó para presentarse como el centro de la transición política del país; Francisco Labastida se postuló como el abanderado del cambio real, y en su intento se volteó contra su propio origen: el viejo PRI.
Manuel Camacho no dio descanso a su "resortera", y no perdió un minuto sin hacer blanco en el candidato priísta, mientras Porfirio Muñoz Ledo, en la lectura, perdió al orador y la tribuna quedó sin tribuno. Gilberto Rincón Gallardo conmovió más que con sus propuestas, con su trayectoria de la vieja izquierda.
Finalmente, todos, abrieron su juego.
Primer round
El primero en hacer uso de la palabra fue el parmista Porfirio Muñoz Ledo, pero quien abrió fuego fue el pecedista Manuel Camacho.
La parsimonia inicial de quien fue "campeón de oratoria" en la universidad contrastó con su belicosa campaña y su habitual desbordamiento verbal. No se dio la oportunidad de la improvisación; cauto y hasta medroso, consideró que su presencia en el debate era "la victoria de la equidad" en un proceso "desigual y dispendioso", pero sin la honda de David, ubicó a Cárdenas, Fox y Labastida como representantes de "tres partidos de gobierno que han disfrutado no sólo los beneficios del poder, sino más de 90 por ciento del tiempo dedicado a las campañas en radio y televisión". No dijo nada más.
Con la soltura de la experiencia -al final de cuentas era el único de los seis que verdaderamente ha debatido-, Cárdenas entendió que la mejor defensa es el ataque, y así arrancó. Dirigiéndose al auditorio, recordó que "Labastida, el candidato del PRI, es el candidato del continuismo (...) que representa la corrupción del régimen, las complicidades del régimen con el narcotráfico y con el crimen organizado".
También tuvo para repartir a Vicente Fox, a quien identificó, junto con su partido, Acción Nacional, como cómplices en el ocultamiento de la lista de los defraudadores de la banca. "Saben también -se dirigió a las cámaras- lo que representa Fox. El, más allá de que se haya puesto, siendo diputado, unas orejas para tratar de caer bien en ese auditorio, votó como diputado todas las reformas salinistas".
Sustentado en las encuestas que lo ubican hoy a la cabeza de la contienda, apareció la soberbia de Fox, quien emuló la voz del profeta y anunció: "en menos de 70 días podemos terminar con más de 70 años de malos gobiernos". No hizo alusiones personales. En su elemento, cuidó su imagen por encima de todo.
Repletas sus bolsas de piedras, Camacho pintó su raya: "este es un momento histórico", y apuntó su resortera: "el poder ha servido a una facción, a una facción de políticos corruptos, de tecnócratas dogmáticos y de empresarios asociados en la corrupción con nuestros políticos. El representante de esta facción es el señor Francisco Labastida". Aclaró que no era un asunto personal con el priísta, pero el ex canciller le dejó caer un alud de grava.
"Yo le pregunto aquí a Francisco Labastida, Ƒsi el poder puede servir a la gente cuando el dejó pendiente el asunto de Acteal; cuando echó abajo los acuerdos de San Andrés; cuando cerró los ojos ante el asunto de Aguas Blancas y de los paramilitares; cuando no hizo la reforma del Estado; cuando no logró resultados para reducir la inseguridad, y cuando en su oficina se terminó de cocinar y negociar el Fobaproa, que es el acto más grave que se ha hecho contra la economía del pueblo de México en el siglo XX?".
Y sin dar tregua siguió con la andanada: "Yo le pregunto a Labastida, Ƒsi con el equipo que tiene piensa que el poder puede servir a la gente, con personalidades como el señor (Eduardo) Bours, que está en el corazón del Fobaproa; con (Emilio) Gamboa, con (Manlio Fabio) Beltrones, con (Rubén) Figueroa, con el señor doctor (José María) Córdoba?, que ya anda por ahí, cerca".
Era mucho lo que Labastida tenía que responder, y apenas era el primer round. Quizás por eso, sólo le atizó un leve empellón al bravucón de Camacho: "percibo que Manuel ya empezó a atacarme, ya lo esperaba. Sabemos que Vicente Fox le ofreció una chamba en el gabinete, y ya está actuando, obviamente, como su empleado".
Segundo round
El ex comisionado para la paz en Chiapas inició la segunda ronda y bajó la intensidad del bombardeo. Se limitó a señalar: "para el señor Labastida, el Fobaproa, el salario y el empleo, Acteal, los acuerdos de San Andrés, las reformas del Estado, las complicidades, no son temas importantes. No ha respondido por ninguno de éstos". Guardó su resortera y pasó al ámbito de los conceptos.
Cárdenas, por su parte, aprovechó el turno para tomar distancia de Fox y Labastida y dejarle bien claro al primero que su lucha no es la de él: "a mí no me atan las manos mis amigos, las complicidades. Mis amigos no son los amigos de Fox ni los de Labastida, que están en las listas ocultas del Fobaproa".
Fox, sin atacar a Cárdenas, buscó las cuerdas y propuso lo que hasta ahora el PAN ha rechazado: "Cuauhtémoc, te invito a que juntos abramos las listas del Fobaproa y denunciemos a todos los que delinquieron con el rescate". Y aprovechó para extender la invitación a Manuel y Porfirio: "a ustedes los necesito en la recta final, porque estamos proponiendo un gobierno de transición, un cambio, y México les necesita para gobernar y aterrizar esa transición democrática".
Entonces embistió al candidato priísta: "señor Labastida, hoy nos habla de impunidad y de su gran descubrimiento, de modificar la figura del fuero, šhágase la voluntad en los bueyes de mi compadre! Que se haga para los secretarios de Estado, pero no para él (Labastida)".
El abanderado tricolor respondió con un golpeteo centrado en el "mal gobierno" de Fox en Guanajuato: "se dedicó a viajar, más de 40 por ciento del tiempo lo pasó viajando, tres días de cada semana. Viajó a Nueva York, a París y Singapur, desde luego a muchas ciudades (de México), hizo más de 40 viajes y se pasó en algunos de ellos más de 20 días, lo que no queda claro en qué ganó el estado de Guanajuato y los guanajuatenses con esos viajes. No terminó un solo hospital, miles y miles de niños quedaron sin vacunar y sin atención médica...".
Y le pegó al de San Cristóbal donde más le duele: sus hermanos. "El (Fox) se queja del Fobaproa, pero se olvida que hace muy pocos meses apoyo públicamente la aprobación del Fobaproa; también se olvida que parte de los negocios de su familia están metidos en los asuntos del Fobaproa".
Tercer round
Cárdenas nuevamente repartió sus dardos entre el panista y el priísta, y en materia económica deslindó su propuesta: "nos oponemos a la iniciativa de Fox de privatizar la industria petrolera y estamos en contra de la política oficial, que apoya el partido de Labastida, de desmantelar la industria petrolera para que vaya poco a poco desmantelándose. Estamos en contra de la propuesta que ha hecho Ernesto Zedillo y que apoyan tanto Fox como Labastida para privatizar la industria eléctrica".
El ex gobernador de Sinaloa, intentó tomar desquite en su oportunidad: "Ƒqué nos ofrece el ingeniero Cárdenas? šUn cambio! La gente se pregunta: Ƒqué cambio obtuvo en estos años en los que el PRD ha estado al frente de la ciudad de México?". Y aprovechó para reincidir sobre Fox y los gobiernos panistas de Baja California, Chihuahua y Jalisco, identificados por la violencia, Ƒqué cambio han tenido?, preguntó Labastida.
Siguió Fox. Y antes de hacer una apología de su mandato en tierras guanajuatenses, retó a Labastida a probar la acusación de que las empresas de la familia Fox están en el Fobaproa. "Y si lo hace, entonces sustrajo información ilegalmente, que seguramente le dieron sus cuates de Hacienda".
Camacho, quien a estas alturas del debate parecía un "fiel escudero" de Fox -comentaban no pocos de los casi 200 periodistas que seguían el debate-, mantuvo la puntería contra el sistema que representa Labastida: "necesitamos una política económica justa, que en los auges reparta los beneficios, lo que no ha ocurrido en nuestro país en los últimos 20 años. Y necesitamos que en los momentos de crisis se repartan las cargas de otra manera, porque si no, regresamos a lo que ha sido el gran error histórico de la administración de Zedillo: apoyar a los grandes banqueros y a un grupo pequeñísimo de empresarios, y pasarle toda la cuenta al resto de la sociedad para los próximos 36 años".
Cuarto round
Labastida abrió esta cuarta ronda, que ya para entonces no representaba para él una carrera de velocidad, sino de resistencia. Públicamente se quejó del malhablado de Fox: "me ha llamado chaparro, mariquita; me ha dicho la vestida, me ha dicho mandilón. Ha hecho señas obscenas en televisión, y a mí, no es que eso me ofenda, sino que está ofendiendo a las familias mexicanas con esos dichos, adjetivos y señas y con las majaderías que ha utilizado... Hoy como cambió de piel, vino más pulidito, como que se quiere olvidar de las groserías y de los adjetivos que ha estado utilizando, y yo creo que cada quien tiene que asumir la responsabilidad de lo que hace y de lo que dice. Vicente no debe huir de sus palabras, sino hacerse responsable de ellas...".
Vicente Fox apuntó directo al pájaro: "estimado señor Labastida, a mí tal vez se me quite lo majadero, pero a ustedes lo mañoso, lo malo que son para gobernar y lo corrupto, no se les va a quitar nunca".
Entre las quejas de Labastida y los puntillazos de Fox, Cárdenas siguió en su tónica de desmarcarse. Al guanajuatense le pidió que convenza a su partido para reabrir el caso Fobaproa, y le recordó que fue el voto blanquiazul el que impuso esta enorme carga a los mexicanos. Al sinaloense le refutó su comentario de la ronda anterior: "le digo que mi gobierno en el Distrito Federal quitó, arrebató, la ciudad a la corrupción".
Quinto round
En la despedida, cinco de los seis candidatos aprovecharon su tiempo de dos minutos para invitar a la población a votar por ellos. Cinco se mostraron amables y uno de ellos, Rincón Gallardo, hasta una rosa ofreció al que vote por él.
Pero Manuel disparó: "les dije que iba a haber una sorpresa". La expectación vibró por segundos, y ante el asombro de propios y extraños reveló la incógnita: "la sorpresa es que Labastida no contestó". Y en el salón de los 200 periodistas se dejó escuchar: "šuuuuuuuuh!".
Ť El sistema es tan grande que crecerá, aclaran
Labastida sufrió un descalabro, diagnostican viejos priístas
Ť Congruencia en el discurso y las actitudes de Cárdenas
Rosa Elvira Vargas Ť Por momentos, Francisco Labastida Ochoa reflejó la desesperación de un púgil que sentía perdida la pelea y, ya sin fuerza, trataba de contratacar.
Y pese a lo que se percibió como una especie de naufragio, mordaces algunos viejos priístas que siguen habitando "el nuevo PRI" auguraron desde el World Trade Center: "el sistema sigue siendo tan grande, que los próximos días nuestro candidato crecerá en proporción inversa al tamaño del descalabro de esta noche".
Minutos después de terminado el debate, el PRI recicló su eterno triunfalismo. Los aplausos y coros que se escuchaban a lo lejos relajaron la vigilancia, y se pudo llegar hasta el sitio donde el equipo de campaña de Francisco Labastida lo rodeaba, lo vitoreaba y le daba esos sonados abrazos tan comunes entre los políticos.
El, su candidato, todo sonrisas y arrobo, recibía el beso de su esposa María Teresa Uriarte, siempre acompañada de Ignacio Toscano. Acogía la felicitación de Esteban Moctezuma, de Emilio Gamboa, de Elba Esther Gordillo, de Leonardo Rodríguez Alcaine. Y así, en esa misma actitud y entre algunos gritos de "šFrancisco, Francisco!", seguidos de otros "šduro, duro!", se acercaban Carlos Rojas, Marcos Bucio, Beatriz Paredes, Carlos Almada y Fernando Solís Cámara, y Dulce María Sauri, Jesús Silva Herzog y Eduardo Bours.
Instantánea de una escena de euforia, que en un rápido traslado de cámaras llegó más tarde, cerca de las 10 de la noche, a la explanada del Monumento a la Revolución, donde hacía mucho rato unos 2 mil militantes priístas -sin preocuparse por la llovizna y delimitados por vallas metálicas- mataban el tiempo mientras esperaban la llegada de su candidato entre el saborear de las viandas obsequiadas por los organizadores, escuchar a un cansado animador y agitar con desgano las banderitas.
Eran los mismos que después de la obligada porra lanzada al paso del candidato -protegido por su impenetrable cuerpo de seguridad- daban fe de su procedencia gremial, de cómo y por qué habían ido hasta ahí. Surgía el grito de un grupo numeroso: "Labastida, amigo, Silvia está contigo", mientras volaba el papel picado y se elevaban globos tricolores. Otros más allá, ratificaban: "Billeteros con Labastida".
Pero también, clarito, había otro hombre que, megáfono en mano, a saber por qué, repetía: "Comprobantes, al rato, comprobantes al rato".
Ya caían fuertes gotas, y al pie del histórico monumento, Dulce María Sauri aseguraba que anoche había ganado su candidato con "claridad y contundencia". Luego, el mismo Labastida, con su imagen reproducida en una gigantesca pantalla, dijo que el suyo es un equipo que ya ganó y va a ganar.
Pero en el mismo discurso, que había ofrecido sería el más corto de su vida ante la amenaza de lluvia, lanzó: "Hoy es el principio del fin de quien hizo una candidatura sólo con la palabra pero que atrás no trae hechos que lo respalden".
Momentos previos, protestas y expectativas
Faltaban todavía dos horas para el comienzo del encuentro y una manta colocada enfrente del World Trade Center, quién sabe por quién, recibía a políticos, periodistas y autoridades electorales: "La Asociación Nacional de Préstamo, Renta y Alquiler de Banquitos, con Labastida. Con usted siempre, aunque perdamos". Y ni modo, el ingenioso texto despertaba sonrisas, algunas, por cierto, muy mal disimuladas.
El primero en arribar, en su camachomóvil, -una camioneta roja que él mismo conducía- fue el candidato del Partido de Centro Democrático. Se suponía que la prensa no podría ver la llegada de ninguno de ellos porque todos se dirigirían del estacionamiento, y por esos laberínticos accesos, hasta su camerino y de ahí, previos afeites o detalles de última hora, pasarían al salón donde tendría lugar el debate.
Pero fiel a su costumbre de caminar por donde le place y hacerlo sin más compañía que sus cercanos, Cuauhtémoc Cárdenas entró por la puerta central del edificio y se dirigió hasta el sitio para él reservado, acompañado de Andrés Manuel López Obrador, Carlos Imaz, Lucas de la Garza, Imanol Ordorika, Alfonso Vaca e Ildefonso Aguilar, Jesús Zambrano, Jesús Ortega, Carlos Torres, Dante Delgado, Paco Ignacio Taibo II, Pedro Etienne Llano, Julio Moguel, Javier González Rubio y otros.
Relajado, sin detener su marcha, comentó que había pasado la mañana en su oficina, que llegaba con la expectativa de qué dirían sus contrincantes e informaba que hoy miércoles tendrá actos de campaña en esta capital y que el jueves estará en la Costa Grande, en Guerrero.
Abajo, en la calle, y sin que a nadie se viera disposición de hacer cumplir acuerdos tan difícilmente logrados, quedaban los jubilados de los Talleres Gráficos de la Nación, que multiplicaron sus pancartas para reclamar a Francisco Labastida: "Firmaste un decreto para despojarnos de nuestra cooperativa. Te vemos, te oímos, tú no nos escuchaste. Falso, mentiroso".
Y ahí siguieron también los panistas mexiquenses de Tlalnepantla, que aseguraron que como a ellos nadie les impuso alguna limitante, continúan con su apoyo por todos lados a donde se traslada Fox. En plantón permanecieron priístas inconformes de Coacalco que repudian a su candidato a alcalde Fabricio Hernández y le reclamaban a Labastida la "imposición" del ex administrador de aguas del municipio.
Y con un dossier que entregaban a todo el que encontraban a su paso, llegaron hasta ahí aquellos que se dicen despojados por el gobierno capitalino de sus terrenos en Tlayapaca, allá por Santa Fe. La denuncia en sus mantas era no sólo contra Cárdenas sino también contra Rosario Robles.
En todo esto nunca se advirtió la presencia de policía uniformada que tratara de replegar a los manifestantes, ni de suspender la circulación vehicular. Los políticos del PRI llegaban y, con más o menos acoso de los que protestaban, ingresaban al edificio. Sin embargo, hubo empujones cuando arribó el candidato tricolor al gobierno capitalino, Jesús Silva Herzog, acompañado de Heladio Ramírez.
La cita ineludible
En punto de las 7 de la noche, en esas imágenes alternadas, una las cuales correspondía a la del próximo presidente de México y a medida que pasaban los minutos, viéndolos, oyéndolos a todos, algunas certezas se confirmaban, mientras otras sufrían un dramático y quizás definitivo viraje.
Más tarde se sabría que Labastida, por cierto, violó también uno de los acuerdos previos y se hizo acompañar al salón del debate, no de una sino de cuatro personas.
Y es que el priísta desairó el servicio de maquillaje que ofreció la Cámara de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) a los candidatos y llegó con su propia maquillista y un ujier que le cargaba, en un gancho, media docena de corbatas y a las que por cierto sí debió recurrir, cuando advirtió que Camacho Solís llevaba una prenda de igual tonalidad que la suya.
Dos hechos ocurrían simultáneamente cada que el candidato oficial terminaba una de sus intervenciones. La maquillista lo retocaba y, en el salón donde seguían el debate los priístas, surgía el júbilo y los aplausos a un nivel tal que aquello se escuchaba en los demás salones que se destinaron a cada partido y al de los invitados especiales.
En este último siguieron el desarrollo del encuentro los consejeros del Instituto Federal Electoral, con su presidente, José Woldenberg; los líderes de los partidos políticos -con excepción de Amalia García que permaneció en el área destinada al PRD-, así como los directivos y anfitriones de la CIRT.
Mientras tanto, en la sala de prensa, y a medida que surgían los primeros señalamientos personales entre los contendientes, los ššuuuuhh!! se acompasaban con un frotar de manos para prepararse a lo que vendría.
Al cabo del tiempo establecido todo fue cerrándose como en un círculo. Labastida viró hacia el pugilato, y usó las intervenciones que tendría que haber destinado para hablar de economía y de política social, para exigir a Fox que le repitiera aquellos insultos y denuestos que le ha dedicado en la campaña, como "chaparro, mariqueta, Lavestida, mandilón, güero" y demás. En la opinión de muchos, ahí se habría sellado la suerte del sinaloense en el encuentro.
El panista Vicente Fox, por su parte, y a decir de alguien del grupo selecto de invitados especiales, consiguió transmitir ante las cámaras la imagen que se había propuesto, y hasta se dio el lujo de ser magnánimo, pues de antemano se consideraba ganador.
Y Cárdenas, en tanto, se mostró congruente en su discurso y sus actitudes. Fue al debate e "hizo su trabajo".
La gran sorpresa, a quien muchos ubicaron como el ganador fue Gilberto Rincón Gallardo. El veterano luchador de izquierda y quien de inicio daba la impresión que se acogería sólo a su discurso de la nostalgia, fue poco a poco apoderándose de la atención, pero quién sabe qué tanta gracia le haría cuando Fox le ofreció acoger todas sus propuestas.
Pero sobre Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Camacho Solís no hubo entre los presentes dificultad alguna para coincidir que fueron ellos los perdedores del debate.
Y es que la única gran decepción del respetable fue el candidato por la propuesta Nueva República-PARM. "ƑQué le pasó?", se preguntaban insistentes. "šPero si este era su terreno natural!", destacaban con incredulidad. "šEra Porfirio en el fantasma de Porfirio!". "ƑDónde quedó su porte, su ironía, la actitud de estadista que siempre ha cultivado?", se preguntaban.
A Camacho Solís, de plano nadie le entendió. Ni dio las sorpresas que anunció, ni impactó en sus propuestas. Su lenguaje, como cuando aludió a los "tecnócratas dogmáticos", resultó siempre confuso.
Fobaproa, sin duda, el gran tema. Cambio, el término más empleado.
Las alusiones a Ernesto Zedillo escasearon y quizá por eso la Presidencia de la República declinó emitir el boletín que había anunciado por la mañana.
Pero eso sí, a los seis debatientes les faltó el diagnóstico del país. Cada uno calculó su terreno. Hubo uno, sin embargo, el priísta, al que desfalleciente se le dificultó despegar la espalda del encordado. Y pedía más maquillaje.
Ť Labastida: no ando con actitudes presuntuosas
Que la ciudadanía diga quién ganó
Claudia Herrera Beltrán Ť Minutos después de debatir con sus cinco adversarios, el abanderado del PRI a la Presidencia, Francisco Labastida Ochoa, rehuyó las actitudes "presuntuosas" al afirmar que el verdadero ganador fue el pueblo mexicano y dejó a éste la misión de hacer calificativos.
Luego de haber ocupado buena parte de sus intervenciones para responder a los ataques de Vicente Fox, Manuel Camacho y Cuauhtémoc Cárdenas, el priísta rechazó haber ido al encuentro con la espada desenvainada, y aclaró que su intención sólo fue precisar algunos asuntos, haciendo frente a "mentiras y descalificativos".
Labastida platicó brevemente con reporteros en el lobby de un hotel cercano al World Trade Center. A su lado, tomada del brazo, estaba con un gesto gustoso su esposa, María Teresa Uriarte, y lo rodeaban colaboradores cercanos.
La conversación con medios de comunicación comenzó a las 21:20 horas y duró escasos 10 minutos, ante la premura del priísta por llegar a la verbena popular que lo esperaba en el Monumento a la Revolución.
Ante representantes de los medios de comunicación -que se arremolinaron en torno de él, quien sentado en un pequeño sillón no dejaba la mueca sonriente de costumbre y hablaba como si ya tuviera la banda presidencial en su pecho- afirmó que después de las elecciones va a trabajar para construir la reconciliación de las fuerzas políticas del país.
-ƑCómo califica el debate?
-Lo importante es que la gente opine y califique. No ando con ninguna actitud presuntuosa de quién ganó.
Ť Llegaré al 2 de julio delante de mis adversarios
Cárdenas: avancé en este debate
Matilde Pérez U. Ť Más allá de los análisis, de la opinión de académicos y de las encuestas, "llegaré al 2 de julio delante de todos los demás candidatos", pero serán los ciudadanos quienes califiquen ese día, y eso es lo más importante, dijo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, candidato de la Alianza por México a la Presidencia.
Sonriente y atento a todas las preguntas durante la conferencia de prensa que ofreció luego de asistir al festejo en el monumento a Juárez, expresó seguro: "Sí gané terreno en este debate, aunque el formato fue rígido y el tiempo reducido para hacer una convocatoria al voto".
Acompañado por su esposa, Celeste Batel; la jefa del gobierno capitalino, Rosario Robles, y sus principales colaboradores, Cárdenas insistió en que su campaña irá en permanente ascenso durante su recorrido por el país y en sus encuentros con los diversos sectores sociales.
Ante las reiteradas aseveraciones de que las primeras encuestas después del debate lo colocaban en un tercer sitio y hasta de su "declinación" a favor de Vicente Fox, aclaró: "El 2 de julio calificarán los votantes y, como lo he dicho más de 25 veces en los últimos días, llegaré a la elección".
Sobre el desempeño de sus adversarios en el debate, comentó: "Todos hicimos nuestro mayor esfuerzo; pusimos el máximo empeño por llegar a la opinión pública".
Francisco Labastida y Vicente Fox, abundó, "ignoraron lo que dije, y el que calla otorga"; ambos lo hicieron por ser candidatos del régimen; el primero no puede negarlo, y el segundo, además de ponerse "unas orejas" cuando fue diputado, votó a favor de todas las reformas salinistas.
Ť El triunfo será producto de nuestro esfuerzo
Viene la etapa más difícil: Fox
"Nos quedan sólo 68 días para las elecciones. Esta va a ser la etapa más difícil de la campaña. Sin duda, México entero ha despertado, se ha arremangado la camisa y el triunfo será producto de nuestro esfuerzo. Por eso debemos estar más alertas que nunca, para que no nos quiten nuestro futuro", dijo Vicente Fox en conferencia de prensa ante sus partidarios.
Al oír una pregunta acerca de si teme un atentado, el guanajuatense intentó una frase de bronce. "No tengo tiempo de sentir temor. Sólo tengo tiempo para trabajar por México".
Encantado con las encuestas telefónicas que por abrumadora mayoría lo declararon vencedor en el debate, Fox mencionó cinco sondeos de abril. "En cuatro de ellos vamos cinco, cuatro y tres puntos arriba de Labastida, y sólo en uno, del periódico Reforma, estamos tres puntos debajo de Labastida. Esto quiere decir que vamos bien."
Agregó: "Nuestra meta es llegar a finales de mayo con una ventaja de diez puntos porcentuales sobre el candidato del PRI. Sólo así lograremos ganar con 20 millones y 51 por ciento de la votación".
En la etapa final de la campaña, dijo, "nos va a faltar tiempo para exponer los 65 programas de trabajo que tenemos, y entre ellos hay algunos que son fundamentales: el de crecimiento con desarrollo humano, poniendo énfasis en la revolución educativa y en la salud; el de buen gobierno, basado en la calidad de los servicios y el de recursos para el desarrollo. Pero, insisto, debemos ser muy cuidadosos para que no nos arrebaten la victoria." (Jaime Avilés.)
Ť Con el PRI, el poder jamás servirá a la gente
Perdió el sinaloense: Camacho
Carolina Gómez Mena Ť El perdedor del debate presidencial fue Francisco Labastida, pues con su "silencio e incapacidad" de fijar una posición política respecto a los principales problemas del país puso en evidencia que el poder en manos del PRI jamás servirá a la gente, señaló, casi al borde de la euforia, Manuel Camacho Solís, candidato presidencial del Partido de Centro Democrático.
En conferencia de prensa ofrecida al término del debate, Camacho resumió el "miedo" de Labastida en una frase: "El que calla otorga", y manifestó: "Todo el país se dio cuenta de que el hombre que aspira a gobernarlo no cumple con su palabra", no sólo porque su frase de campaña no es más que eso, sino porque con su negativa a responder algunos señalamientos, corroboró que "es el representante de los políticos corruptos y de los hombres que se han enriquecido con los favores del gobierno".
Camacho desestimó mencionar si hubo un ganador del debate, ya que "eso le corresponderá decidirlo al electorado", pero dijo sentirse conforme con lo realizado en el encuentro, pues consiguió sus propósitos: exponer su propuesta política, fijar su posición "antirrégimen" y, de paso, poner en evidencia ante el país al candidato del tricolor.
Sobre el desempeño de los demás candidatos, dijo que Cuauhtémoc Cárdenas se mostró "congruente", Vicente Fox, "como el de siempre, sin novedad", Porfirio Muñoz Ledo, "muy prudente", y Gilberto Rincón Gallardo "defendiendo la posición de los grupos excluidos".
Ť Rincón critica la escasez de propuestas
El PDS mostró que es opción real
Carolina Gómez Mena Ť Gilberto Rincón Gallardo, candidato del Partido Democracia Social a la Presidencia, estimó que este primer debate demostró a los electores que ese instituto político es una opción diferente y real para las próximos comicios.
En conferencia de prensa, ofrecida al término del encuentro de aspirantes a la Presidencia en el World Trade Center, Rincón Gallardo resaltó que cumplió su objetivo principal: mostrar al electorado que Democracia Social es una opción viable para el 2 de julio y de paso poner en evidencia que, con "argumentos políticos de fondo", se puede acortar la brecha que imponen las desigualdades económicas y en la distribución de los tiempos para los nuevos partidos en los medios de comunicación.
No quiso particularizar en torno a un posible triunfador, pero sí sugirió que los grandes perdedores de este debate fueron aquellos que "derrocharon" la mayor parte de sus 14 minutos en exponer descalificaciones personales e incapacidad durante sus gestiones de gobierno.
En este punto, Rincón lamentó, aunque no mencionó nombres, la pobre participación de esos abanderados que no centraron sus participaciones en propuestas e ideas que hagan sentir al pueblo la esperanza de un mejor futuro.
Por último, el candidato del PDS confió en haber desempeñado un buen papel durante el encuentro, pero sobre todo celebró haber logrado transmitir los ideales y el proyecto de gobierno de su partido a los electores.
Ť Fox y Rincón Gallardo, los ganadores: analistas
Disección de los candidatos presidenciales en la televisión
Ť Ni su vestimenta escapó al escrutinio de la lupa mediática
David Aponte, José A. Román y Alma E. Muñoz Ť Del debate, los medios de comunicación pasaron a la disección de los candidatos. Ni sus mensajes políticos, ropa, peinados y comportamientos escaparon a la lupa.
El análisis del "cara a cara" entre los seis aspirantes presidenciales sólo quedó en la defensa de sus aspirantes preferidos.
Alguna televisora contó con los comentarios de una especialista en imagen, quien calificó hasta la forma de vestir, el peinado y los movimientos corporales de Porfirio Muñoz Ledo (PARM), Cuauhtémoc Cárdenas (Alianza por México), Vicente Fox (Alianza por el Cambio), Manuel Camacho (PCD), Gilberto Rincón Gallardo (PDS) y Francisco Labastida (PRI); el orden corresponde a la primera aparición en el World Trade Center.
Los medios electrónicos vendieron la idea de un gran análisis del debate con importantes politólogos y representantes de los partidos, que se redujo a miembros, colaboradores y simpatizantes de los tres candidatos más fuertes.
No había pasado ni siquiera la primera media hora de conclusión del encuentro entre los aspirantes a ocupar Los Pinos, cuando algunas televisoras y radiodifusoras empezaron a difundir resultados de sus propias encuestas, las cuales ubicaron a Vicente Fox como virtual triunfador del primer round en la contienda electoral. Por cierto, el panista recibió consejos por escrito de Diego Fernández de Cevallos para defenderse en el debate.
Otros medios manejaron la visión de que Rincón Gallardo "ganó la batalla".
Jorge G. Castañeda, politólogo afín a la campaña foxista, dijo que lo de anoche se dividió en dos debates. Uno, entre los dos "aspirantes reales" a gobernar el país, Fox y Labastida, y otro entre los cuatro pequeños.
En un panel transmitido por Televisa, en el espacio informativo de Joaquín López Dóriga, el escritor consideró que el panista fue quien mejor manejó el debate; "no barrió", pero sí mostró un avance frente a su contrincante priísta.
Jorge Alcocer, subsecretario de Gobernación en época de Labastida, manifestó que el candidato priísta "mostró carácter". De plano dijo que el político sinaloense ganó, a pesar de que Fox tiene "la lengua rápida".
En el mismo espacio, Héctor Aguilar Camín respaldó la visión de que el triunfador de la noche fue Gilberto Rincón Gallardo. A diferencia del primero, consideró que "no vi tan claramente ganador a Fox". Pero sí vio que el debate le dio una presencia inusitada, no esperada, del representante del PRI.
Paco Ignacio Taibo II criticó la estrategia foxiana de "polarizar el voto" entre el PRI y el PAN, y censuró la intención de Fox de tratar de convertirse en el paladín del cambio en México. En ese mismo tenor, opinó que Francisco Labastida pretende hacer creer a los ciudadanos que con él sí cambiará el priísmo.
"...Cárdenas es lo que es y trasmite la sensación de que hay un proyecto de toda la vida de soberanía, consistencia, y por otro lado hay un candidato que es capaz de apropiarse de cualquier programa, con tal de arañar votos y que no me da ninguna confianza, más allá de la que Jorge (Castañeda) deposita en Fox y creo que lo hace por la cercanía que tiene con él...", anotó.
En el Canal 40, Carlos Imaz, dirigente del PRD en el DF, señaló que Vicente Fox incurrió nuevamente, conforme a su costumbre, en francas contradicciones en varios temas, como el de la educación, la industria petrolera, el Fobaproa y la energía eléctrica.
Fox demostró que tiene un doble discurso, dijo Imaz, quien consideró que el gatopardismo es una de las características más notables del candidato de la Alianza por el Cambio.
Al panel asistieron también Manuel Meme Garza, del PRI, y Eduardo Sojo, coordinador de asesores de Vicente Fox. Cada uno defendió lo expresado por sus respectivos candidatos en el debate, segundo en la historia de las elecciones presidenciales en México.
Sin embargo, el más insistente en sus críticas fue el dirigente perredista, quien incluso citó fechas y lugares en los que Fox incurrió en dichas contradicciones. Una de ellas fue ante el Episcopado Mexicano, donde habló del tipo de educación pública que se impartiría durante su gobierno, que incluiría valores religiosos, mientras que en el debate insistió en que la educación sería laica, pública y gratuita.
Sojo Garza señaló que en varias ocasiones las declaraciones de Fox son tergiversadas. "No hay que inventarle cosas", pidió su coordinador, quien sostuvo que en la "modernización" de Pemex ha habido malas interpretaciones.
Al referirse a las encuestas, Meme Garza desestimó que el país haya llegado al momento en que los sondeos desplacen a las elecciones, por lo que pidió reservas sobre la publicación de estos instrumentos que miden la presunta preferencia electoral de los ciudadanos.
El candidato del PDS, el más centrado
En Multivisión, el ideólogo del empresariado mexicano, Juan Sánchez Navarro, evaluó el desempeño de los candidatos, excepto de Camacho Solís.
"Gilberto Rincón Gallardo me pareció más centrado, sólido en sus argumentaciones. El es del grupo de la chiquillada, de los que no tienen aspiraciones ni oportunidades de ganar, pero me pareció bien.
"De Muñoz Ledo me sorprendió que leyera, cuando él es uno de los mejores expositores y oradores que he conocido. No sé qué sucedió con él. Probablemente no quería salirse del temario que se había propuesto. No me pareció adecuada su posición.
"En cuando a Labastida, me pareció que estaba acorralado. Me dio la impresión de que su frontal ataque contra Fox significaba el temor de perder la elección frente a la oposición, representada básicamente por el panista.
"Vicente Fox me gustó en el sentido de que dejó de tener algunas expresiones un poco chabacanas, vulgares, pero quizás era algo que necesitaba el auditorio al que se refería en aquel momento. Ahora estuvo mucho más ponderado. A mí me gustó mucho también.
"Cárdenas fue más de lo mismo. No encontré ninguna novedad en él. El mismo discurso. Lo sentí cansado incluso. Me parece que aunque fue agresivo, era la misma actitud que ha tenido en las dos ocasiones anteriores".
Una televisora incluso se dio el lujo de contar con la presencia de una especialista en imagen. Gabriela Vargas definió el comportamiento, vestimenta, peinado y movimientos corporales de cada uno de los candidatos.
A Fox lo vio "rejuvenecido, bien peinado", vaya hasta pulido en sus modales. "Quiso dar una imagen más presidenciable... En contraste, se dijo sorprendida por el hecho de que Muñoz Ledo acudiera a tan importante cita con una "corbata arrugada" y que haya utilizado el recurso de la lectura. Consideró que estaba un poco pasado de peso y desaliñado.
Vargas describió a Francisco Labastida como un político bien vestido, aunque el color de su corbata roja evidenciaba al tradicional político priísta, es decir, con resistencia al cambio, por lo menos en la manera de vestir. Sin embargo, lo calificó como un hombre agresivo, con tono convincente, que utilizó mucho tiempo en ataques.
Para Cárdenas el análisis fue otro: "tono aburrido, cansado, con poco entusiasmo en sus palabras. Parece que tiene flojera".
Gilberto Rincón Gallardo, según la especialista, fue el ganador de la contienda. "Habló como su nombre lo dice, con gallardía, sobre todo cuando se refirió a ese defecto físico y de cuando estuvo en la cárcel. Lo sentí sencillo, es un hombre inteligente. Aunque leyó, se comunicó bien".
Finalmente, puso a Camacho Solís como el gran perdedor. "Atacó, atizó, con un lenguaje corporal de las manos muy bien estudiado... A pesar de su cara redonda utilizó lentes redondos que no le favorecen".