PAGINAS 9 Ť Lourdes Galaz
La batalla por el Congreso
Ť Los operadores del gobierno y el PRI se preparan para ganar la Presidencia, en la recta final... Ť Que no habrá otro debate de presidenciables... Ť Nadie espera tener la mayoría en las Cámaras...
La presentación de los seis presidenciables juntos en un evento preparado para hacer proselitismo por televisión resultó interesante sólo para la gente interesada. Pero nada apasionante ni sorpresivo para la gran mayoría de los mexicanos alejados de la política y de las campañas electorales, que seguro no intentaron cambiar de programa (Ƒla telenovela por un debate?) o, por qué no, ni llegaron a encender el televisor. Para quienes estiman confiables las encuestas sobre temas diversos, tan de moda en ciertos noticiarios nocturnos de la televisión, contrariamente a lo que esperaban hasta los mismos presidenciables, el debate no habría definido el sentido del voto de los televidentes. Desde la víspera, un sondeo del telediario de Joaquín López Dóriga mostró que 84 por ciento de los televidentes que opinaron (6 mil 614 en una hora) ya sabe por quién votar, con debate o sin debate. Y es que luego de casi dos años de campañas los presuntos votantes han sido atosigados con declaraciones, mítines, spots, conferencias y todo tipo de actos y hechos políticos que se difunden en prensa, radio y televisión y todo lo que se ha podido comprar con los más de 2 mil millones de pesos gastados (hasta ahora). Por cierto, como el debate de anoche, los contenidos de los medios en estos tiempos electorales sólo tienen atenta a la gente interesada en el último chascarrillo del político en campaña y en los escándalos relacionados con la corrupción y el narcotráfico... Luego de la pasarela montada para la tv, hoy lo verdaderamente interesante en el mundillo de los políticos y en el mercado electoral es saber si Fox, Cárdenas y Labastida se ponen de acuerdo para un segundo encuentro a fines de mayo. Le comento que, anoche mismo, en el PRI y en las oficinas de su candidato se sentían "satisfechos" con la presentación de Labastida y, sin embargo, se daba por seguro que no se aceptaría otra pasarela de presidenciables... El acto del World Trade Center confirmó que más allá del interés por un avance democrático, en este país lo que importa es si continúa gobernando el PRI o es desplazado.
Los días de guardar en la Semana Santa y el encuentro de los presidenciables resultaron buenos motivos para desviar la atención de aspectos más interesantes de la política pública. No trascendió la bomba informativa que lanzó el INEGI casualmente los días feriados: la Encuesta de Ingreso-Gasto de los Hogares, que revela que en los últimos años se acentuó la desigualdad social. Los ricos se hicieron más ricos y los pobres se hicieron más, muchos más. Al comenzar el milenio la población vive peor que hace 100 años, cuando se gestó la primera revolución social del siglo XX: š60 millones de mexicanos tienen un ingreso promedio de 18 mil pesos al año! šNo hay debate sobre los peligros de una globalización descontrolada que día a día aumenta la distancia entre ricos y pobres! Tampoco es asunto para el debate nacional el futuro de la universidad pública. El mero día del acto conjunto de los presidenciables, casualmente los medios publicitan el discurso del rector Ramón de la Fuente donde acusa que el conflicto en la UNAM "es cada vez más extrauniversitario" y que los intereses del Consejo General de Huelga (CGH) son "eminentemente políticos"... sus "objetivos encarnan una lucha contra el Estado" (sic). La UNAM tiene por delante días difíciles, tanto que al interior de la comunidad universitaria se teme su clausura. Y los asuntos de la universidad no son tema de debate, como otros de primer orden (la creciente inseguridad, la impunidad, la corrupción), y en la política pública son desestimados los días previos al encuentro televisado de los presidenciables. La mira está puesta en los resultados del 2 de julio. Crece la incertidumbre. Con todo y los errores y las pifias que se acreditan a Vicente Fox y al PAN (caso Fobaproa, para no ir más lejos), se advierte que por primera vez el PRI y su candidato Labastida pueden perder las presidenciales. Los estudios de opinión muestran que cada vez son más los ciudadanos que estarían dispuestos a votar por cualquier partido, menos por el PRI. Hay contactos entre los operadores políticos del gobierno y los partidos para impulsar una gran concertación nacional que haga posible un gobierno sin mayoría y sin control del Congreso.
Las diferencias entre la victoria del PRI y la del PAN-PVEM se advierten en los resultados de la batalla por las curules y los escaños. La presencia de Cárdenas y el PRD con su Alianza por México en la Cámara de Diputados y el Senado será definitiva para la gobernabilidad en un sistema en el que nadie tendrá la mayoría. Cuentas claras: un partido o coalición tendría el control en la Cámara de Diputados si gana 167 distritos electorales con un máximo de 42 por ciento de la votación nacional. Sumaría 251 curules (167 de mayoría y 84 de representación proporcional). Si el PRI logra elevar el porcentaje de votación y, como presume el equipo de Labastida, el priísta alcanza 46 por ciento de los sufragios válidos, estaría en riesgo de no tener el control en la Cámara de Diputados como ocurre en la actual Legislatura federal. Eso lo saben bien los operadores del gobierno. Igual están ciertos que en las próximas elecciones el oficialismo también está en riesgo de perder su fuerza mayoritaria en el Senado de la República, donde se disputan 128 escaños (64 de mayoría, 32 de primera minoría y 32 de representación proporcional). Están por registrarse las listas de candidatos al Congreso y el oficialismo no las tiene todas consigo. Las cuentas más favorables al PRI suman 63 escaños a su favor y 65 para los opositores, aunque hay indicios de que tendría menos senadores. Esto porque, de entrada, los estrategas electorales del priísmo contabilizan como perdidos los 11 estados hoy gobernados por el PAN o el PRD, además de entidades críticas donde la directiva priísta tiene focos rojos como Chiapas, México y, por supuesto, Morelos...
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