JUEVES 27 DE ABRIL DE 2000
* Eliseo Alberto, escritor cubano, habla de su libro La fábula de José
Por lo mal que nos queremos, la humanidad es una manada dispersa
* El caso Elián González es sintomático y una variante de la persona expuesta, dice
* Mis grandes frases son herencia del bolero, revela el premio Alfaguara de novela 1998
César Güemes * ''La mejor manera de estar a favor de la vida es estando en contra", dice uno de los varios entrañables personajes de la más reciente novela de Eliseo Alberto, La fábula de José, publicada bajo el sello de Alfaguara y que hoy será presentada por el siguiente repertorio: Gabriela Roel, Lilia Aragón, Evangelina Sosa, Julieta Egurrola, Patricio Castillo, Roberto Sosa, José María Yazpik, Rafael Rojas, José Angel Llamas, Jordi Soler y el autor. La idea es hacer una lectura dramatizada y, en seguida, la parte propiamente literaria. (La cita es a las 20:00 horas en el teatro Lídice).
De animalitos de la
pradera a robotrones
ųEsta es una fábula, Eliseo, pero al revés. Quien se ve encerrado es un varón y, los libres, aunque no necesariamente hablen, son seres como Phefé, una perspicaz ardilla.
ųEs una historia en la que el hombre es al mismo tiempo observado y observador, como si un humano nunca se hubiera visto a sí mismo. Es una metáfora y una locura. También es una fábula sobre el animal que fuimos y la bestia que hemos llegado a ser. Un día fuimos animalitos por las praderas y nos hemos convertido en una especie de robotrones.
''Por su lado esto del hombre expuesto también tiene muchas variantes: el caso de Elián es sintomático, se la pasó cinco meses en una casa rodeada de curiosos mientras él vivía en una especie de jaula, sin rejas pero al fin y al cabo jaula. Creo que la novela puede funcionar como una reflexión sobre lo mal que nos conocemos, en tanto animales, los seres humanos, sobre lo mal que nos queremos. Somos una manada dispersa.''
ųEs una extraña fábula, también, porque carece de moraleja.
ųBueno, es un libro con tesis. Quizá el centro de la idea esté en que la capacidad de sacrificio de la raza humana es lo que nos ha hecho hombres y mujeres.
En algún momento del libro dice el escritor: ''En ciertas circunstancias la memoria es una forma de ternura. Entonces se llama nostalgia". Hay aventura llevada al extremo del confinamiento pero también hay reflexión. Es otra de las lecturas que puede admitir La fábula de José: ''La novela es también sobre eso: la soledad, los muchos exilios e incilios del hombre. Todo exilio es una orfandad, un destierro de la infancia. Yo puse a un hombre en una situación extrema para tratar de anudar varias ideas sobre la independencia, la libertad y para decir que un sujeto aun en las circunstancias más cerradas, tiene la posibilidad de un reencuentro consigo mismo; tiene derecho a la absolución".
Independencia y libertad
ųSi bien el personaje central no está necesariamente solo, lo acompaña desde el principio la ardilla Phefé. Una ardilla puede ser una compañera, como es el caso. Ese sí es un elemento clásico de la fábula.
ųY está también Cuco, el orangután, su vecino. La ardilla elige a José en parte porque él le da comida. Y aunque es verdad que es un factor de las fábulas la aparición y actuación de los animales, tuve mucho cuidado en no humanizarlos demasiado. Si alguna carga sicológica o algún protagonismo hay por parte de los animales es porque el hombre los ve así. Digo que el personaje está solo y sucede que poco a poco se le van acercando otros animalitos de su manada, como el propio Lorenzo, Camila, Jordán o Morantes, el malo de la novela y a quien aprecio mucho. Así se conforma una pequeña manada en la cual el centro es el animal que se ve enclaustrado. Eso pasa mucho con diversas especies: cuando capturan a un león, los demás leones vecinos se acercan y merodean el sitio.
No todo viene de Konrad Lorenz
Campean a lo largo del texto algunos de los hallazgos que realizó durante su vida como científico el también prosista Konrad Lorenz. Ya no es usual, como lo fue hace 50 años, llenar los espacios dedicados a la lectura con el trabajo hecho por los ensayistas narrativos. Eliseo Alberto persiste, sin embargo, en mantener esa sana costumbre: ''A mí me gustan mucho los libros de naturalistas, botánicos y biólogos que se dedicaron a hacer, mucho más que un tratado, una obra literaria. Soy un lector asiduo de ese tipo de escritos. Aunque también me encanta acercarme a revistas como National Geographic o de plano a Muy interesante. No te creas que todo viene de Lorenz".
Eliseo Alberto, nacido en Arroyo Naranjo, Cuba, es autor de La fogata roja, La eternidad por fin comienza un lunes, Informe contra mí mismo y Caracol Beach, que le valió el Premio Internacional Alfaguara de Novela 1998. A lo largo de esos volúmenes su prosa se decanta. Hoy revela el secreto: ''Mis grandes frases son herencia del bolero, busco en esos momentos de reflexión filosófica el justo medio entre Hegel y Agustín Lara".