SABADO 29 DE ABRIL DE 2000
Ť Comenzó de manera formal la presentación de su reciente disco Arrasando
Pedirle más a Dios es un pecado: Thalía
Jorge Caballero Ť La actriz y cantante Thalía comenzó formalmente la promoción de su más reciente trabajo discográfico, Arrasando, la noche del jueves en el Salón 21. ''Estoy en tan buen momento de mi carrera que pedirle más a Dios sería pecado'', afirmó la cantante, quien lucía un sugerente escote, después de un show case.
A las nueve de la noche, media hora después de la cita, el recinto ya estaba casi lleno. El escenario, adornado con cortinas blancas, trasmitía imágenes de Thalía en colores básicos y detalles de su rostro en positivo y negativo. El sonido local daba la primera llamada y pedía a los fotógrafos que durante el show evitaran el uso de los flashes, sugerencia que se ignoró en cuanto apareció la cantante.
Luego de casi una hora de espera, a las 21:22, se dio la tercera llamada. Se apagaron las luces. El público de las primeras filas gritó y otros se compactaron frente al escenario, pero Thalía, conocida también como la Tres Marías, por aquello de que ha encarnado a María Mercedes, Mari Mar y María la del Barrio, no salió inmediatamente. Se proyectó un video con una retrospectiva de sus facetas de actriz y cantante. Minutos después apareció para interpretar cinco temas de su más reciente material, en el que funde los ritmos: dance, balada, pop y šhip-hop! En esta reciente producción se estrena como compositora de la mayor parte de canciones.
Enfundada en un conjunto azul, Thalía comienza su show con Siempre hay cariño, acompañada de una vistosa coreografía de cuatro bailarines tocando tambores, dos lascivas bailarinas y cuatro coristas, que hicieron un pequeño carnaval en el escenario. Al término de la canción, Thalis, cuando vio a su enardecido público, exclama: "šuy, uy, uy! Muchas gracias. No hay nada mejor que estar en casa, con toda mi familia, y ustedes son mi familia; comenzamos arrasando, porque esta es su fiesta".
Las personas ubicadas en la parte de atrás del Salón 21 se tuvieron que parar para tener una mejor visión. Los meseros se hacían un espacio para servir cervezas, rones, vodkas y tequilas. El público de la parte de enfrente agitaba sobre su cabeza las servilletas para acompañar a Thalis, quien cantaba Regresando. Las luces estroboscópicas lanzaban sus ráfagas de luz que estallaban en el cuerpo de la intérprete de Amor a la mexicana, acentuando su danza y convirtiéndola en fuego.
Llegó la canción que da título a su álbum Arrasando, un hip-hop en el que Thalía hace autoescarnio de los chismes que han girado en torno de su carrera. Se despojó de su saco y se quedó en top, que casi no podía contener esas dos poderosas razones bien formadas. Subía la temperatura en el Salón 21. Thalía pone el micrófono a dos suertudos y la acompañan con el estribillo; increíble, šya se lo saben!
Tres Marías aparecía ahora vestida de rosa para cantar el cuarto tema. Bailaba coordinándonse con sus bailarines. El público se ve feliz. En la quinta canción Thalía volvió a cambiar de vestuario, ahora como inmaculada, con un vestido blanco, que por el estribillo pudimos adivinar que se llama Entre el mar y una estrella. Volvió a la pasarela. El aire juega con su pelo de oro y miel ensortijado. Abandonó el escenario. Los gritos de los reunidos para pedir la otra son tímidos, y quizá por eso no llegó el encore.