MARTES 2 DE MAYO DE 2000
Ť Cientos de detenidos y decenas de heridos en el Día Internacional del Trabajo
Marchan miles contra el desempleo y la globalización en Europa y Asia
Ť "La gente antes que las ganancias", consigna de obreros, ecologistas, comunistas, antifascistas...
Afp, Reuters, Ap, Dpa y Pl, París, 1o. de mayo Ť Cientos de detenidos y decenas de heridos fue el saldo de enfrentamientos ocurridos durante las manifestaciones del Día del Trabajo en Europa y Asia, que reunieron a cientos de miles de personas. Este año las protestas fueron contra la globalización y el desempleo, y en favor de incrementos salariales, mejores trabajos y la redistribución de la riqueza.
La policía alemana arrestó la madrugada del lunes a más de cien manifestantes de extrema izquierda en Hamburgo, después de un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad en el que 16 uniformados resultaron heridos, al igual que 25 inconformes.
Poco después, en el barrio berlinés de Hellersdorf, grupos neonazis se enfrentaron con antifascistas, lo que provocó la intervención inmediata de la policía con saldo de 50 detenidos, mientras unas 10 mil personas se reunieron en el barrio de Kreuzberg bajo la consigna de "destruir los centros imperialistas". Según testigos decenas de manifestantes fueron detenidos y varios más resultaron heridos.
En Hamburgo los manifestantes lanzaron piedras contra bancos y comercios e incendiaron autos en el centro de la ciudad. Tan sólo en Berlín la policía movilizó a 6 mil 400 elementos y reforzó la vigilancia en edificios gubernamentales. En total unas 500 mil personas participaron en toda Alemania en diversas manifestaciones.
El acto oficial para conmemorar a los trabajadores se realizó en Hannover, donde el canciller, Gerhard Schroeder, reiteró su promesa de reducir el desempleo, mientras los dirigentes sindicales alabaron los logros del programa Alianza para el Trabajo, que conforman junto con los patrones alemanes.
En Londres miles de ecologistas, anarquistas y comunistas comenzaron su protesta en forma pacífica bajo el lema: "Dejen germinar a Londres" y plantaron un jardín frente a la Cámara de los Comunes, pero en la noche destruyeron un local de McDonalds con piedras, palos y martillos en protesta contra "el capitalismo global". Los incidentes se agravaron con la intervención de la policía que arrestó a 37 personas. Nueve policías y varios civiles, entre ellos un periodista, resultaron heridos.
Tras destruir el restaurante, los manifestantes se dirigieron hacia Downing Street, donde se encuentra la residencia de Blair, y después a la plaza Trafalgar, donde pintaron una estatua de Winston Churchill, rompieron ventanas de edificios cercanos y destruyeron automóviles. La policía disparó balas de goma para evitar que entraran a la iglesia de Saint Martin.
El primer ministro británico, Tony Blair, calificó a los responsables de la violencia como "idiotas" cuyo comportamiento fue "un bandidaje desconsiderado y una absoluta vergüenza", y por otra parte se comprometió a hacer los posible para salvar a la automotriz Rover, después de que el consorcio alemán BMW decidió desprenderse de la filial como consecuencia de sus pérdidas millonarias.
En Francia, Suiza y España las manifestaciones transcurrieron en forma ordenada. La demanda de los trabajadores españoles fue por una mayor seguridad en sus empleos, ya que un obrero muere a consecuencia de accidentes de trabajo cada cinco horas. Los franceses pidieron una mejor distribución de la riqueza. Para los suizos, el centro de las manifestaciones fue contra las violaciones a los derechos de los trabajadores y contra el neoliberalismo y los atentados al Estado social.
En Austria unas cien mil personas se concentraron en Viena convocadas por los socialdemócratas para oponerse a la alianza gubernamental entre los conservadores y los ultraderechistas de Joerg Haider, mientras en Yugoslavia unos 4 mil manifestantes se pronunciaron contra el presidente Slobodan Milosevic.
En Roma, Juan Pablo II encabezó el "Jubileo de los Trabajadores", con una misa a la que asistieron medio millón de personas, y en la que el Papa pidió "una globalización justa".
En Rusia los sindicatos y comunistas encabezaron las manifestaciones en demanda de mejoras salariales y la creación de empleos, aunque evitaron criticar al presidente electo, Vladimir Putin. Unos 74 mil soldados y policías fueron movilizados a las distintas ciudades del país, donde se congregaron aproximadamente 500 mil manifestantes.
En Filipinas la policía utilizó cañones de agua para dispersar a los trabajadores y estudiantes, luego que varias personas lanzaron piedras e intentaron romper los cordones de la policía al intentar llegar al palacio presidencial.
En Corea del Sur unos 300 estudiantes lanzaron cocteles Molotov y se enfrentaron con los policías antimotines que impidieron que esa marcha se sumara a otra de trabajadores. En Japón la jornada transcurrió en forma tranquila con la exigencia de reducir el desempleo y en favor de la reactivación económica.
La policía de Nueva York arrestó a 21 manifestantes durante una protesta que reunió a 600 personas en Wall Street. Los manifestantes protestaron contra la "tiranía corporativa", la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial, y el Fondo Monetario Internacional.
En Chicago unas 50 personas se manifestaron frente a la Bolsa de Valores gritando consignas como "la gente antes que las ganancias". La policía informó que la protesta se realizó en forma pacífica, mientras la organización The Chicago May Day Coalition anunció una "serie de acciones" contra la explotación económica y la represión política.