Alberto J. Olvera
La observación internacional y los miedos del PRI
Cuál es la relación que hay entre la reciente expulsión ilegal del país del observador electoral estadunidense Ted Lewis y el hecho de que las posibilidades de un triunfo de la oposición aumentan? A primera vista parece no haber ninguna. Pero analizando el caso, nos daremos cuenta de que nos enfrentamos a la generalización de una política de gobierno que pretende bloquear el monitoreo externo de los procesos políticos internos, que ya se viene practicando activamente desde tiempo atrás en el caso de Chiapas. Y esto es una señal de que los riesgos de una reacción autoritaria se están incrementando ante la creciente posibilidad de que el grupo en el poder pierda las elecciones.
Ted Lewis es el responsable del programa sobre México en Global Exchange, organización no gubernamental con base en San Francisco que se dedica a promover la solidaridad internacional hacia los países del Tercer Mundo en los campos de los derechos humanos, el comercio justo, la educación y la democracia, así como a propiciar el conocimiento mutuo entre los pueblos.
Desde hace años Global Exchange ha promovido visitas de ciudadanos estadunidenses a México y organizado grupos de observadores electorales internacionales. En este terreno ha estable- cido fructíferas relaciones con la Alianza Cívica. Además, Global Exchange ha iniciado un programa para apreoximar a ciudadanos mexicanos a la realidad política de Estados Unidos y propiciar una crítica constructiva, con una mirada externa, de los problemas de la democracia estadunidense. El suscrito ha tenido el privilegio de formar parte de la primera misión de observadores mexicanos a las elecciones primarias de Estados Unidos.
Ted Lewis ingresó a México vía Guadalajara el pasado 9 de marzo con una visa de turista con el fin de tramitar para sí y para otras personas una visa de observador electoral internacional, figura reconocida en la legislación electoral vigente (el trámite directo en México es permitido por la ley). A punto de tomar un avión a la ciudad de México después de haber pasado la migración en el aeropuerto, fue detenido por un agente del Instituto Nacional de Migración, quien le indicó que tenía órdenes precisas de expulsarlo del país. No le permitió hablar con sus abogados, a pesar de que el señor Lewis le hizo notar la incongruencia de que se le expulsara después de haber ingresado legalmente al país.
Las quejas de Ted Lewis ante el cónsul mexicano en San Francisco no han permitido aclarar la situación. El agente de inmigración alega que Lewis se negó a firmar su orden de deportación (que no existía en realidad al momento en que ésta se produjo) y no reconoce el hecho de que ya había ingresado legalmente a México. No se han presentado tampoco las razones para expulsarlo del país. La arbitrariedad e ilegalidad de este acto son alarmantes.
Como contexto, a la fecha más de cuarenta observadores internacionales han recibido notificación del Instituto Federal Electoral (IFE) de que sus acreditaciones han sido concedidas, pero el Instituto Nacional de Migración ha bloqueado la entrega de las visas correspondientes.
La ilegalidad y arbitrariedad con que se está tratando a los ciudadanos extranjeros interesados en prestarle un servicio al país en la forma de vigilar simbólicamente sus procesos electorales y los derechos de los indígenas demuestra que el gobierno tiene miedo de que la presión de la opinión pública mundial pueda cerrarle las puertas a salidas igualmente ilegales y abusivas a sus problemas internos.
ƑPor qué bloquearle la entrada a los observadores electorales internacionales si, como repite incansablemente el señor Woldenberg, todo el proceso está garantizado?
En las próximas semanas la angustia puede hacer presa del partido oficial. Los ataques en los medios contra Fox y Cárdenas y la manipulación de los programas sociales clientelares pueden ser insuficientes para evitar su derrota. La tentación de la compra y coacción del voto en forma masiva y descarada crece, al igual que el riesgo de intentos de fraude el día de la jornada. En esta circunstancia la sociedad civil mexicana no puede descuidarse. Es momento de volver a organizar una gran campaña de observación electoral y de exigir que la presencia internacional no sólo sea permitida, sino bienvenida.
El PRI ha visto en Perú cómo la presión internacional obligó a Fujimori a no llevar hasta sus últimas consecuencias un fraude descarado. ƑEstará poniendo sus barbas a remojar?