MARTES 2 DE MAYO DE 2000
Ť En calles y horarios distintos, insistieron en cambios a la política neoliberal
La marcha de los independientes no logró unir consignas en una sola voz
Ť El SME evitó el mitin conjunto, acusó la UNT Ť Declive de la recomposición sindical: investigador
Fabiola Martínez, Karina Avilés y Carolina Gómez Ť Miles de trabajadores del sindicalismo independiente, integrantes del CGH, campesinos y diversas organizaciones sociales marcharon ayer rumbo al Zócalo, para exigir, una vez más, cambios en la política económica gubernamental; manifestar su repudio por los "atentados" contra la industria eléctrica nacionalizada y la educación pública y gratuita, y demandar la "libertad a los presos políticos" de la UNAM.
Por sexto año consecutivo se llevó a cabo la movilización y mitin "no oficial" conmemorativo del Día Internacional del Trabajo, actos en los que los participantes llamaron a la solidaridad de los obreros de México y el mundo, para hacer frente a la "embestida" de las políticas neoliberales.
La figura presidencial fue otra vez el blanco favorito de todas las consignas y el personaje a quien se dedicaron todos los insultos y burlas.
Como en la celebración del año anterior, la advertencia fue tajante: "šNi un voto al PRI!". Ahora, con diferentes matices plurales y hasta bilingües, expresaron su repudio a un partido más: "three, two, one, que chingue a su madre el PAN!".
En la caminata sobre Paseo de la Reforma, los del CGH arrancaron de los postes propaganda de casi todos los candidatos presidenciales, plásticos multicolores que arrastraron por toda la avenida, hasta que en la plancha del Zócalo les prendieron fuego.
Desde uno de los tres templetes instalados en la Plaza de la Constitución, Rosendo Flores, dirigente del SME, dijo que la resistencia obrera debe crecer para detener las pretensiones de "flexibilidad total" en el trabajo y para impedir la desaparición de las políticas sociales.
"Nos dicen necios y globalifóbicos y nosotros decimos que sí, sí lo somos y lo seremos. Nos invitan al diálogo, pero rechazan nuestras propuestas e incumplen lo pactado; así pasó en Chiapas y en la universidad. Se quejan de nuestras acciones, pero insistiremos miles de veces", expresó.
Logros, pero en otro país
En el mismo tono, los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) señalaron que el discurso del presidente Zedillo, en el sentido de que hay "logros y avances" para los trabajadores, "seguramente se refiere a otro país, porque aquí sólo vemos deterioro del salario, menos empleos bien remunerados, ocupación masiva en el sector informal y peores condiciones de vida... seguramente el señor Presidente habla de otro país".
Sin embargo, cada central obrera independiente (UNT, Frente Sindical Mexicano, Coordinadora Intersindical Primero de Mayo) marchó por su lado y, según reconocieron los líderes sindicales, "fue difícil congregar esfuerzos".
Francisco Hernández Juárez y Agustín Rodríguez, presidentes colegiados de la UNT, señalaron que quienes no permitieron la realización del mitin conjunto -acordado así en días anteriores- fueron los del SME. "Estábamos apuntados casi en el último lugar de los oradores; nosotros trajimos a la tropa, pero ellos quieren que sólo hablen (en el templete) los generales, mejor ya vámonos", expresaron.
Esta falta de cohesión de los independientes fue delineada por el investigador Héctor de la Cueva, presente en la marcha, como un declive de la recomposición sindical impulsada el año pasado para protestar por la política económica actual.
"Esa lucha está ahora congelada, todos esperan el desenlace político de julio para, quizás hasta entonces, volverle a dar vigor al movimiento".
Desde las nueve de la mañana, miles de trabajadores del FSM -identificados con el SME y el sindicato de Trabajadores de la UAM, entre otros-, así como un grupo de 500 integrantes y simpatizantes del Consejo General de Huelga, formaron una descubierta que partió del Angel de la Independencia rumbo al Zócalo.
Alumnos de diferentes facultades, entre ellas Ciencias, Ciencias Políticas, Química, FES Zaragoza, y del CCH Azcapotzalco exigieron la libertad de los nueve estudiantes aún presos en el Reclusorio Norte y el cumplimiento de los siete puntos del pliego petitorio.
Algunos con paliacates y otros con pasamontañas entonaron todas las consignas que caracterizan a sus diferentes planteles. "šChicharrón con pelos, chicharrón con pelos...Ciencias...güevos!" "šhongos, peyote y mota, en Filosofía no hay derrota!, šde norte a sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha cueste lo que cueste!".
Como en decenas de marchas anteriores, los del CGH portaron carteles y mantas con las leyendas "špresos políticos libertad!, šluchamos por que la universidad no cierre las puertas a los hijos de los trabajadores, no más cárcel!, šqueremos escuelas, queremos trabajo, queremos hospitales, no militares!".
El contingente fue "amenizado" por la batucada del Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística (CLETA), quien aportó la música para que los estudiantes bailaran y brincaran al ritmo que les tocaran.
Por su parte, los electricistas, quienes desde el inicio de su lucha contra la privatización de esta industria llevaron otra vez a la marcha su enorme zepelin rojo con la leyenda, tantas veces repetida desde febrero del 99: "šEntiende Zedillo, la patria no se vende, este puño sí se ve, aquí se ve la fuerza del SME!".
Una hora después ya estaban listas para avanzar, desde el Eje Central Lázaro Cárdenas y las calles del Centro Histórico tres columnas con decenas de sindicatos afiliados a la UNT, siempre acompañados por una banda de guerra y una escolta que aportó la Alianza de Tranviarios de México.
Minirreuniones por separado
Al frente, como siempre, los amplios contingentes de los telefonistas, trabajadores del Seguro Social, STUNAM, sobrecargos, pilotos, técnicos y manuales, Frente Auténtico del Trabajo, Dina, Volkswagen y más.
Antes del medio día, el Zócalo se empezó a llenar con miles de trabajadores que salían de los cuatro puntos de la Plaza Mayor. El afán de llegar cada quien a su punto, exponer sus consignas y realizar sus mítines y desfiles convirtió la concentración de los independientes en una mezcla de sonidos, aplausos, gritos y minirreuniones por separado.
Frente a la Catedral desfilaban los de la UNT, mientras que sus dirigentes, ubicados en un "templete" de apenas un metro de altura, saludaban a sus agremiados, aunque no lograron encender los ánimos.
A un lado, frente a Palacio Nacional, ya se habían colocado los del FAT con un enorme sarcófago negro y cruces rojinegras, en las que inscribieron cada uno de los conflictos laborales que encabezan las obreras en huelga de la Imprenta Morales, quienes llevan ya cuatro años en lucha; los gasolineros despedidos de Servicios Santa Ursula y Bonar; los académicos del Conalep, a quienes se les niega su registro sindical, así como miles de despedidos injustificadamente.
Por la calle Madero desfilaban los de la Cooperativa Pascual y otros que cada primero de mayo se agrupan en torno a la Coordinadora Intersindical Primero de Mayo, la que en 1995 impulsó al resto de las organizaciones independientes a realizar desfiles alternos al oficial al que convoca el gobierno.
En la retaguardia iban los del Frente Popular Francisco Villa, el Movimiento Proletario Independiente, Unión Popular Revolucionario Emiliano Zapata; miembros de la CNTE, el CUT, el Consejo Nacional de Trabajadores, los empleados del INAH y del Sindicato Independiente de la Secretaría de Salud.
Los trabajadores de sindicatos independientes del sector público, como los de secciones democráticas de la Sedeso, llevaron tres vistosas y enormes ratas hechas de papel, que aludían al presidente Zedillo, al cardenal Norberto Rivera y una más con dedicatoria al candidato panista Vicente Fox.
Antes de prenderles fuego, justo frente a la Catedral, lanzaron la consigna "šel pueblo se cansa de tanta pinche rata!".
Al final, todos estaban desperdigados en pequeños grupos; los opositores a la política neoliberal no alcanzaron a unirse en una sola voz. Sus dirigentes acordaron calles y horarios distintos, y ya entrada la tarde, cada quien, por su lado, se retiró.
Ť No se vieron las grandes mantas de antaño
Desairan asalariados desfile del Congreso del Trabajo
Ť Se esperaba la llegada de 200 mil; sólo hubo una décima parte
Rosa Elvira Vargas y Elizabeth Velasco Ť Reloj en mano, los organizadores de la ceremonia oficial del primero de mayo certificaron que no rebasó el tiempo previsto: 60 minutos, 60. Suficientes, para que el gobierno y la cúpula obrera cumplieran el rito. En todo caso, la única expectativa no cumplida para los líderes del Congreso del Trabajo fue la escasa respuesta que recibieron de los asalariados a su convocatoria para llenar la plancha del Zócalo.
Porque además, ayer brillaron por su ausencia esas gigantescas mantas que antaño vestían los edificios que rodean el corazón de la ciudad, casi todas para elogiar la labor presidencial. Ni la siglas de la FSTSE, CT, CTM, CROC, la FTDF y de otras organizaciones obreras aparecieron en la explanada.
Unicamente eso sí, fueron colocadas las de los siempre incondicionales petroleros y ferrocarrileros. Entonces, tan exigua presencia gráfica, hizo sobresalir implacable aquella que en esta ocasión se desplegó en la fachada del hotel Majestic, y que de frente al Presidente, su gabinete y la dirigencia obrera en pleno, decía: "Zedillo, ya no protejas a Espinosa Villarreal. Grupo Parlamentario del PRD en la ALDF".
Como los dirigentes sindicales se sienten dueños del tiempo y la preferencia política de sus agremiados, tampoco se detienen demasiado en suponer cuáles son sus gustos musicales. Por eso, desde antes de las 8 de la mañana y para alegrar a los contingentes, potentes bocinas reproducían cumbias y otros ritmos tropicales que eran aprovechados por los líderes seccionales para incitar una animación que en rigor, nunca se consiguió.
A las 9 en punto, cuando muchos trabajadores habían pasado lista con su delegado sindical y estaban al atisbo de aquél para emprender el retiro, el presidente Ernesto Zedillo llegó a la Plaza de la Constitución.
Las ovaciones y el agitar de banderitas y gorras surgieron en las primeras filas de la valla que esta vez fue colocada a escasos 10 metros del, eso sí, altísimo templete desde donde funcionarios y líderes obreros dominaban el panorama.
Sin embargo, la algarabía y las porras quedaron delimitadas a unos cuantos cientos de trabajadores -ferrocarrileros, petroleros, comerciantes y de la Federación de Trabajadores del Distrito Federal- a quienes por estrategia siempre se coloca en la vanguardia, no precisamente del sector obrero pero sí de la bulla y el entusiasmo.
La LFT no se modifica, se adecua
Un recorrido desde las calles de 5 de Mayo, Francisco I. Madero, Allende y otras que desembocan a la plancha de concreto, permitió constatar que los 200 mil asalariados que esperaba congregar Leonardo Rodríguez Alcaine, apenas si llegaban a 10 por ciento.
El, sin embargo, cuando todo había concluido, se mantenía en su dicho de que los trabajadores del movimiento obrero oficialista habían acudido a cumplir con su compromiso histórico y que había llegado hasta este lugar, "más de 200 mil compañeros''.
Inconmovible en esa certeza, tampoco tuvo empacho en contradecir aquello que había sostenido en su discurso. El artículo 123 de la Constitución no necesita reformas, dijo ante los trabajadores aunque luego ya ante otros micrófonos, éstos de la prensa, señaló que si bien la Ley Federal del Trabajo no se modificará, "se va a adecuar, que es diferente''.
Las ausencias gremiales en esta ceremonia del Día del Trabajo fueron más evidentes cuando Zedillo, al iniciar su discurso, mencionó a los trabajadores mineros, metalúrgicos y de la petroquímica y nadie acusó recibo. Saludó a los de la industria del hule, automotriz y los del autotransporte y casi ninguna voz respondió a ese fuerte llamado presidencial. Tampoco se escuchó a nadie responder desde el sindicato electricista, desde los azucareros, los empleados del sector de alimentos, refresqueros, restaurantes y servicios turísticos.
Asimismo, quedaron sin réplica, los reconocimientos del mandatario a los cementeros, a los maestros, a los jóvenes trabajadores, médicos y enfermeras.
Eso sí, la ovación se produjo cuando el jefe del Ejecutivo aludió a los empleados del gobierno del Distrito Federal, a quienes de manera significativa definió como "la base de la vida institucional de la capital de la República''.
Faltarían, cómo no, saludos especiales para ferrocarrileros y petroleros, quienes enfundados en trajes de mezclilla y con sus eternas -y ya en desuso- gorras de la misma tela, lo aclamaban, aunque más tarde, ya en corto, acompañaban sus saludos con no pocas peticiones de justicia laboral.
Más de 15 minutos de cercanía
Esta vez el mandatario hizo de su última cita con el sector obrero oficial, aquel que nunca objetó la cancelación del tradicional desfile del Trabajo, un recorrido de mayor cercanía, en el que tomó más de 15 minutos.
Se detuvo a saludar, a escuchar peticiones, a recibir gorras -que en al menos en un par de ocasiones se colocó fugazmente- banderines, cartas y felicitaciones "por todo lo que ha hecho por los trabajadores, señor Presidente''.
Feliz cuando el mandatario saludaba a sus huestes, el líder ferrocarrilero Víctor Flores se acercó para alentar las porras, para mostrarle a Zedillo la "alegría'' de su gente, para presentarle a algunos de sus allegados.
Zedillo abordó, luego de saludar a burócratas de Hacienda y de la Semarnap y de despedirse afectuoso de Rodríguez Alcaine, la camioneta que 60 minutos después de su llegada, lo llevaría de nuevo a la casa presidencial.
Detrás y sin poder contenerse, Elsa Medina Espinosa, gritaba con la fuerza, todavía mucha, de sus 82 años: "šEl kilo de frijol, a 12 pesos; el kilo del arroz... todo, la luz cara; la agua, cara, el gas caro, dónde vamos a dar, señor Presidente! Todo esto... nos estamos muriendo. Nuestros hijos no pueden comer. Por eso yo salgo a llorar aquí, a México, yo no puedo estar en un pueblo, muriéndose las familias de hambre... nos siguen engañando.''
Ť Marcharon organizaciones oficiales e independientes; exigen mejora salarial
Rechazan privatizaciones en 20 estados
Ť CROC y CTM en Jalisco convirtieron la conmemoración en acto político en favor del PRI
De los corresponsales Ť Reclamos de mejoras salariales y en contra de las privatizaciones de los servicios que presta el Estado fueron una constante durante los desfiles y actos conmemorativos del Día de Trabajo realizados en una veintena de estados. En algunas entidades las marchas de las organizaciones oficiales contendieron con las de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y de otras organizaciones. En ningún estado ocurrieron incidentes mayores.
En Guadalajara, Jalisco, más de 100 mil trabajadores participaron en ocho diferentes marchas y mítines para recordar el Día del Trabajo, pero mientras los sindicalistas independientes aprovecharon para denunciar que los gobiernos de Ernesto Zedillo y Alberto Cárdenas Jiménez han propiciado la "anulación de prestaciones, pago por hora y aumento de la jornada laboral a 12 horas, y la cancelación del derecho a la libre afiliación sindical", las concentraciones organizadas por la CROC y la CTM fueron convertidas en actos políticos de apoyo a Francisco Labastida Ochoa.
En Morelia, la capital michoacana, en las dos marchas realizadas por la Unión Nacional de Trabajadores la constante fue el rechazo a las privatizaciones y a reformar la ley laboral, además de demandar un efectivo derecho al trabajo y respeto a los contratos colectivos.
Impiden a albañiles mostrar mantas de protesta en Tabasco
En Villahermosa, Tabasco, se realizaron dos marchas. La oficial que presidió el gobernador Roberto Madrazo, fue más bien un acto de proselitismo priísta, donde el orador Cutberto de la Cruz Arellano, secretario general de la CTM local, aprovechó para comprometer el voto de esa central obrera para Francisco Labastida, así como a favor del candidato al gobierno del estado, Manuel Andrade Díaz, al tiempo que se le impidió a trabajadores del gremio de la construcción a que mostraran pancartas y mantas de protesta durante ese desfile obrero.
En Culiacán, durante el desfile, maestros, universitarios, taxistas, jornaleros agrícolas y empleados del sector salud demandaron incremento salarial, mejores condiciones laborales, aumento al monto de aguinaldo y combate a la inseguridad pública.
Por su parte, el gobernador de Querétaro, Ignacio Loyola Vera, encabezó un foro en el que se conmemoró el Día del Trabajo en sustitución del desfile obrero tradicional, que en este año se canceló para evitar que se utilizara con fines proselitistas; en tanto ocho organizaciones sociales marcharon en protesta por la cancelación del desfile y en demanda de servicios básicos para sus comunidades, además de iniciar un plantón permanente hasta que las autoridades den respuesta a sus peticiones.
Exige la UNT en Pachuca nuevo modelo económico; participa el CGH
Mientras tanto, más de mil integrantes de la UNT marcharon por las principales calles de Pachuca y realizaron un mitin frente al palacio de gobierno para exigir un nuevo modelo económico que atienda las necesidades de los más pobres y "no llene los bolsillos de los más ricos". De hecho hubo dos marchas, la de los profesores "institucionales" y la de la UNT que estuvo apoyada por estudiantes de la normal rural Luis Villarreal de El Mexe y representantes del Consejo General de Huelga (CGH) de la UNAM.
En Jalapa, Veracruz, en algunas protestas de grupos independientes también se exigieron respuesta a sus demandas de empleo, salarios dignos, vivienda y servicios públicos; el desfile oficial transcurrió sin incidentes. En esta ocasión participaron también cerca de mil ahorradores de esta capital y Córdoba, quienes demandaron al gobernador Miguel Alemán el cumplimiento de sus promesas de ayudarlos a recuperar su dinero.
Con dos marchas y un plantón, sindicalistas oficiales, independientes y socios de las cajas de ahorro popular Veracruz conmemoraron en Coatzacoalcos el Día del Trabajo.
Durante el desfile en la ciudad de Veracruz, el candidato al Senado por la Alianza por México, Dante Delgado Rannuro, interrumpió los contingentes de obreros para realizar proselitismo y ofrecer apoyo a las demandas laborales a cambio de sufragios el próximo 2 de julio.
En tanto, la participación del contingente del PRD en el desfile obrero del Día del Trabajo provocó enfrentamientos verbales entre el secretario general de la CROC en Baja California Sur, Juan Sánchez Ortiz, y el dirigente del PRD en el municipio de La Paz, Martín Ceseña Cosío. Sin incidentes mayores culminaron los desfiles que con motivo del Día del Trabajo se efectuaron en Mexicali y Tijuana.
En Chihuahua, obreros de empresas maquiladoras afiliados a la UNT estuvieron a punto de provocar un choque con la oficialista CTM, a quienes insultaron y agredieron durante el desfile; sin embargo, todo quedó en un conato de agresión que fue sofocada por la policía municipal.
En Tuxtla Gutiérrez y los distintos municipios de Chiapas, trabajadores de diferentes gremios y sectores imputaron al gobernador Roberto Albores Guillén la política económica que han sostenido las autoridades estatal y federales, exigiéndole mayores salarios y prestaciones laborales.
En Mérida, Yucatán, el día transcurrió con marchas aisladas de obreros y sindicalizados, grupos oficialistas en convivios breves, demandas de mejoras salariales y cientos de policías en constante vigilancia. En Campeche marcharon más de 13 mil trabajadores.
El desfile en Tepic, Nayarit, estuvo a punto de terminar en una batalla campal cuando miembros del sindicato de taxistas se enfrentaron a golpes y empujones con la comitiva del ex gobernador Rigoberto Ochoa Zaragoza, a quien pretendían impedirle su participación por "ratero y traidor".
De su parte, en Zacatecas, la CTM boicoteó el desfile de los sindicatos independientes afiliados a la UNT, provocando un riesgoso encuentro entre ambos contingentes en una misma calle, que a punto estuvo de originar un zafarrancho por la disputa a seguir avanzando y una enérgica rechifla a los charros, que fueron encabezados por el gobernador Ricardo Monreal.
"Nada con Francisco Labastida", fueron algunas de las consignas que un centenar de trabajadores del gobierno de Quintana Roo lanzó frente al gobernador priísta Joaquín Hendricks Díaz y líderes obreros, durante el desfile.
La marcha tradicional oficialista, que año con año era encabezado por el gobernador frente al palacio de gobierno, por primera vez fue sustituido por un desfile de sindicalistas independientes, integrada por profesores indígenas, miembros del Colegio Médico de Durango, y jornaleros agrícolas que exigieron su reconocimiento como obreros del campo.
Miles de obreros de las centrales oficiales desfilaron con desgano y en forma pacífica en Monterrey, Nuevo León. (Cayetano Frías, Raúl López, Alejandro González, Carlos Camacho, Jesús Lastra Ríos, Pedro Juárez Mejía, Jorge Alberto Cornejo, Miroslava Breach Velducea, Martín Sánchez Treviño, Andrés Timoteo Morales, Rodolfo Villalba Sánchez, Luis A. Boffil Gómez, Angeles Mariscal, Alfredo Valadez Rodríguez, Javier Valdez Cárdenas, Lorenzo Chim, Rubén Villalpando, René Alberto López, David Carrizales, Guadalupe López, Jesús Narváez y Emmanuel Salazar, corresponsales)